De ámbito nacional, para un sector que carecía de un convenio en la gran parte del país, afecta a todos los tipos de servicios veterinarios, incluyendo los que se prestan en centros sanitarios veterinarios, en otros tipos de centros o de manera ambulatoria, y tanto los dedicados a animales de compañía como a los de trabajo y a los de producción, así como también a otras actividades veterinarias tales como laboratorios de bromatología.

Engloba tanto la actividad privada como la realizada en fundaciones; instituciones públicas, como puedan ser las universidades, o entidades sin ánimo de lucro, como los servicios veterinarios que se prestan en las asociaciones protectoras de animales.