Aprovechando las fechas en las que estamos, a modo de reflexión me gustaría escribir una carta a los reyes magos y manifestar mis ilusiones acerca de la socioeconomía andaluza. A lo mejor, se me olvidan algunos deseos, pero bueno tampoco hay que ser egoísta porque como se suele decir los reyes tienen que regalar a mucha gente y no podemos pretender que todo nos toque a nosotros, o también puede ser que no hayamos sido suficientemente buenos para que nos traigan tantas cosas.
En primer lugar, antes las próximas elecciones generales y autonómicas que se avecinan me gustaría que se desarrollasen en el mejor clima posible, superando el grado de crispación al que hemos estado sometidos en la última legislatura. Que los políticos y políticas se centrasen en sus proyectos en pos de la ciudadanía en vez de en las descalificaciones al adversario y que ésta fuera la última vez que coincidieran las elecciones generales con las autonómicas permitiendo así un debate sobre la autonomía de primera clase que decidieron en su día la ciudadanía andaluza.
Deseo que se elimine el problema del desempleo, ya que nuestra tierra posee una tasa que casi dobla a la nacional, que a la vez es de las mayores de la Unión Europea. Además, el desempleo femenino es muy superior al masculino y nuestra tasa de actividad es inferior a la media española. Para eso me gustaría que se traspasaran parte de las competencias en políticas activas de empleo a las Administraciones Públicas Locales y que se hiciera unas políticas de fomento del empleo, estables, consolidadas y coordinadas entre todas las Administraciones y los Agentes Económicos y Sociales.
También me gustaría que se incrementara el número de empresas. Que todos los andaluces y andaluzas contribuyéramos a consolidar una cultura emprendedora y que se crearan y buscaran nuevas oportunidades de negocios. Que se eliminaran las trabas financieras a la hora de pedir un préstamo para realizar una inversión y por supuesto que por parte de las Administraciones se tuviera una política urbanística que frenara la especulación inmobiliaria de forma que se pudiera acceder a suelo industrial y locales comerciales.
Otro deseo sería que tuviéramos un sistema financiero más competitivo y que nuestras cajas de ahorro aprendieran a realizar una labor social a través de sus fundaciones más implicadas con el desarrollo social de Andalucía.
Me gustaría que los esfuerzos presupuestarios se destinaran a gastos sociales, a una educación y sanidad pública y de calidad para todos y todas; y que por fin se implante definitivamente la Ley de Dependencia.
Que las inversiones en infraestructuras de los Presupuestos Generales del Estado estén dedicadas a eliminar los desequilibrios regionales, invirtiendo en las más necesitadas. Que se concluyan definitivamente las obras del AVE y se conecte definitivamente a los principales núcleos urbanos andaluces. Que se finalice también la autovía del Corredor de la Plata y que tengamos un Metro en Sevilla, Málaga y Granada.
Que no hiciera falta el subsidio agrario porque se le diera alternativas al campo andaluz y extremeño, que tampoco hiciera falta recibir ayudas europeas porque se hubieran eliminado los desequilibrios regionales con las regiones más desarrolladas de Europa, ni ayudas a los precios agrarios porque nuestros productos fueran lo suficientemente competitivos para no necesitarlas.
Que tengamos un mundo justo y equilibrado y que Europa siga siendo el principal referente de la Economía del Bienestar Mundial sin olvidarnos de la solidaridad con los países más subdesarrollados. Y que seamos más solidarios con la inmigración que sólo es un indicador de nuestro desarrollo socioeconómico.
Que tengamos una Andalucía moderna sin renunciar a sus tradiciones, conectada a la red, informatizada y formada en nuevas tecnologías. Que nuestras empresas sigan abriéndose al exterior y se agrupen y sean fuertes por medio de la economía social.
En definitiva, que no perdamos la ilusión y que sigamos creyendo en nuestras posibilidades, siendo conscientes que aunque todavía queda mucho camino por recorrer, vivimos en un territorio con enormes potencialidades de desarrollo. Y sin caer un chovinismo no lo cambio por nada.