Una de las bases actuales de las políticas activas de empleo es la promoción de los nuevos yacimientos o empleos de futuro. Es decir, aquellas profesiones donde la oferta no cubre la creciente demanda, provocado principalmente por factores de demanda como la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, nuevos gustos y hábitos de vida, el aumento de la esperanza vital, la creciente urbanización, el incremento de la renta real disponible, etc.

En estos sectores realmente se están encuadrando las profesiones generadoras de empleo. Por lo tanto, uno de los principales objetivos de las políticas activas de empleo es precisamente orientar y formar a los Recursos Humanos, con el objeto de que puedan afrontar el mercado laboral en mejores condiciones de empleabilidad. A partir de esta finalidad, el siguiente paso sería plantearse estas actuaciones en función de la realidad en la que se encuentran inmersos estos nuevos empleos. Desde este punto de vista hay que tener en cuenta que la cualificación de estas profesiones que generalmente en su mayoría son prestaciones de servicio, como servicios de la vida diaria, medioambientales, asistenciales, a las empresas, a domicilio, etc., han sufrido una evolución en función de la maduración de sus incipientes mercados, pasando por diferentes etapas:

* Prestación gratuita. En un primer lugar, el servicio se presta de forma gratuita dentro de la familia, o aprovechando la solidaridad social: vecinos, amigos voluntariado, etc. Por ejemplo, como el cuidado de personas mayores que tradicionalmente se ha realizado o través de sobre todo hijas o familiares cercanos. En ocasiones esta situación debe considerarse por la Administra-ción, pues es un caso muy claro de barrera para la incorporación de la mujer al mercado laboral y debe de articularse ayudas para que estos servicios se puedan ofrecer en el mercado no de forma gratuita, fomentando la conciliación de la vida laboral y doméstica.

* Prestación en economía sumergida: Generalmente, el siguiente paso a la prestación gratuita no es el mercado legal, sino gratificaciones económicas posteriores a la prestación informal. En este sentido destacar, las grandes bolsas de economía sumergida que están surgiendo a partir de la explotación laboral sobre todos de mujeres inmigrantes en el servicio doméstico y el cuidado a personas. Por lo que hay que intentar tanto desde la ciudadanía, como desde la Administración evitar esta situación. En este punto, los profesionales que se dedican a la orientación laboral deben informar sobre los riesgos de esta situación tanto a las personas que trabajan como a las que emplean y de cuales son la vías para la regularización de estas personas.

* Prestación no cualificada. Cuando la prestación del servicio florece a la economía legal, en la mayoría de los casos no existe todavía ni una formación reglada, ni ocupacional, ni una regulación laboral que determine tanto los perfiles profesionales como las condiciones laborales. En este estadio de evolución es cuando se debe de actuar desde la formación ocupacional y profesional no reglada; ya que la formación reglada es bastante rígida y tanto sus titulaciones con temarios no se adaptan a estas nuevas realidades con la misma velocidad que el mercado laboral. En este sentido también son muy necesarias prospecciones de mercado que ayuden a delimitar estos perfiles profesionales, así como la formación y orientación que se necesiten.

* Prestaciones cualificadas. El último paso de maduración, al cual no llegan muchos de estos servicios, es el reconocimiento de los perfiles profesionales a través de una regulación al respecto y/o una consideración profesional en el mercado: tareas a desempeñar, convenios laborales específicos, etc. Ahora eso sí, este no es un camino de rosas, puesto que estos servicios todavía no están valorados suficientemente en los mercados, ni tampoco están asociados a un status social, pero sin embargo son necesarios y en ocasiones se prestan en condiciones no muy dignas para las personas trabajadoras. Por lo que hay que ir potenciando la mejora en la calidad en el empleo de los mismos.

En definitiva, si queremos realizar una actuación integral desde las políticas activas de empleo con respecto a los empleos de futuro tenemos que tener en consideración los diferentes estadios de maduración de los diferentes servicios, así como una actuación tanto decidida como necesaria puesto que por una parte éstos están demandados en el mercado; y por otra, cumplen una gran labor en el empleo, ya que generalmente se suelen emplear a mujeres bajando el desempleo femenino que sigue siendo todavía casi el doble que el masculino.

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