El tema de la inmigración últimamente se esta abordando en nuestro país desde diferentes puntos de vista. No en vano, según las últimas encuestas del CIS es la tercera cuestión que más preocupa a la ciudadanía española después del paro y el terrorismo. Y aunque existen diversas opiniones del tema, algunas muy xenófobas, afortunadamente la mayoría de la población española considera a los inmigrantes como seres humanos que deben ser tratados de igual manera que la población autóctona. Eso sí, cuando se les pregunta sobre la igualdad de derechos, la cuestión es otro cantar, puesto que la población española teme perder con la llegada de inmigrantes el status social que se ha conseguido lograr en los últimos años. Por todo ello, en el presente artículo me gustaría detenerme en una paradoja que en mi opinión es la que más escuece como es la coexistencia de paro nacional (somos de los países con más desempleo de la Unión Europea) y el incremento de la mano de obra extranjera. Quizás esta paradoja la pueden entender mejor esa multitud de andaluces y andaluzas que tuvieron la necesidad de emigrar a otros países y regiones en busca de nuevas oportunidades y que afortunadamente han vuelto a nuestra tierra.

La principal respuesta que se ha dado desde la mayoría de los autores cualificados/as en esta materia como Pachón L., Fernández L. o Moreno A., a esta paradoja es la existencia de un mercado laboral fragmentado en dos partes:

* Un mercado laboral primario con unas condiciones laborales y sociales deseadas por la fuerza laboral autóctona.

* Un mercado laboral secundario, con unas condiciones laborales y sociales no deseadas por esta población autóctona y por consiguiente con huecos de trabajo que quedan por cubrir. Según algunas teorías económicas, sobre todo de corte clásico, digamos que estas condiciones laborales tenderían a mejorar de forma que estos puestos de trabajo se harían atractivos a la población autóctona produciéndose un pleno empleo. Pero claro, aunque en algunos sectores esto se está produciendo en la mayoría de actividades relacionadas con el mercado laboral secundario, estas condiciones no mejoran, en ocasiones porque el mercado no puede pagar los costes laborales exigidos o simplemente porque se está compitiendo en una economía global en condiciones de precios.

Pero las actividades relacionadas con este mercado laboral secundario son necesarias para el funcionamiento de la economía y la sociedad española, ya que tienen un valor estratégico para nuestro crecimiento económico y nuestro bienestar pues:

a) Son actividades vinculadas con la construcción, sector que en los últimos años ha sido uno de los motores fundamentales, junto con el consumo interno, del crecimiento económico tanto de la economía española en general como de la andaluza en particular.

b) Otro sector importante donde quedan puestos de trabajo vacantes es el de la hostelería y restauración, básico para el desarrollo de la economía andaluza.

c) Y si tenemos que hablar de otro pilar fundamental para la economía andaluza, no podemos olvidar al sector agrario y ganadero, donde existen multitud de peonadas sin cubrir.

d) Por otra parte, los servicios a las personas dependientes: mayores, menores y personas con discapacidad; también están siendo uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía, donde no se están cubriendo todos los puestos de trabajo que se están generando. Estas actividades como bien describe Parella, S. además cumplen una doble labor tanto económica como social. Pues estos trabajos están permitiendo la incorporación en el mercado de trabajo de las mujeres españolas. Ya que desgraciadamente el reparto de tareas entre los dos géneros es todavía una quimera sin lograr.

Pues bien qué pasa con estos puestos de trabajo vacantes. Pues que la mayoría de las personas desempleadas españolas no los quiere cubrir por diversos motivos. Pero principalmente por unas malas condiciones laborales relacionadas con el salario y los horarios y también por el status social asociado a esos puestos de trabajo. Porque quizás queda mejor socialmente ser un administrativo con un sueldo bajo y unos horarios interminables que un empleado doméstico con mejores condiciones laborales.

Otro motivo también puede ser que el empresariado quiera tener un tipo de trabajadores o trabajadoras ‘dóciles’ y más productivos. Pero el principal motivo de que estas actividades no sean deseadas por las personas desempleadas españolas es precisamente el nivel de bienestar de nuestro país. Ya que digamos que la Administración y las redes sociales y familiares de estas personas, les permite buscar otros trabajos dentro del mercado primario. Además, no podemos olvidar que el empresariado para contratar una persona trabajadora inmigrante debe pedir una certificación negativa a todos los servicios de empleo de que no existe ninguna persona desempleada española que quiera cubrir ese puesto de trabajo. Y que también las personas trabajadoras inmigrantes son cotizantes tanto a la Seguridad Social, como al sistema nacional de desempleo y el resto de las Haciendas. Por todo ello, no tenemos mas remedio que reconocer que la mano de obra extranjera es necesaria para nuestra economía y que las personas trabajadoras inmigrantes generalmente no quitan oportunidades de empleo a las personas desempleadas españolas, ya que éstas desean y aspiran a otros puestos de trabajo. Por lo tanto no quitemos oportunidades a seres humanos que han tomado una de las decisiones más duras que se pueden tomar, como es dejar a sus seres queridos y a su entorno en busca de una esperanza, fruto de la necesidad a veces extrema que están viviendo en sus lugares de origen.

Andalucía, a lo largo de su historia ha sido multicultural, emigrante e inmigrante, y por lo tanto tiene el deber de ser tolerante con esta nueva situación.

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