El modelo de crecimiento de la economía andaluza se baza, en estos momentos, en la intensa expansión de la construcción, en el turismo y en la fuerte demanda interna (consumo de las familias), cuya base se encuentra en el aumento experimentado por la renta a partir del año 1996 y en los tipos de interés que se vienen manteniendo extraordinariamente bajo desde hace tiempo.

Las estimaciones de crecimiento para el 2006 señalan que la economía andaluza crezcan en torno al 3,5 %, dos décimas por encima del conjunto de la economía española y más de un punto respecto a la de la Unión Europea (UE). Ello, sin duda, contribuirá decisivamente a que el PIB andaluz por habitante alcance en el próximo año por primera vez el 75 % de la renta media per cápita de la UE y dejar de ser considerada región pobre o Objetivo 1. Este crecimiento permitirá a la economía andaluza superar, la mítica barrera, de los tres millones de personas ocupadas.

A lo largo de la última década, la economía andaluza ha funcionado mejor que la de la UE porque ha sabido adaptarse con mayor flexibilidad a un mundo en rápida evolución (proceso de globalización). Pero también en nuestra región queda mucho por hacer.

La opinión, generalizada entre los economistas, sobre la buena marcha de la economía andaluza es que ésta va a seguir experimentando excelentes tasas de crecimiento en el corto plazo, pero existen dudas de que esta situación de bonanza pueda mantenerse debido a la debilidad de su base económica. A pesar de su intenso crecimiento, ésta presenta déficits estructurales importantes que se deben acometer y resolver, de forma decisiva, por parte de las Administraciones Públicas y por el tejido productivo andaluz en esta fase de crecimiento económico.
El Observatorio Económico de Andalucía, a través de su Barómetro, dirigido por el profesor Francisco Ferraro, señala que los problemas más acuciantes de nuestra economía es el bajo nivel de renta que posee respecto a la media de la UE, lo que la sitúa entre las regiones más pobres de Europa, o lo que es lo mismo, región Objetivo 1; el desempleo sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los andaluces; así como la deslocalización de empresas, la inmigración, la seguridad ciudadana y el deterioro del medio ambiente.

Este modelo de crecimiento debe buscar nuevas bases que incrementen la productividad a través del capital humano y de la investigación. Por tanto, nos encontramos ante una economía dual con unos sectores productores de bienes y servicios no comerciables internacionalmente (construcción y la mayor parte de los servicios) que tiran fuerte de la economía y otros sectores productores de bienes comerciales que se encuentran prácticamente estancados. La gran pregunta que nos hacemos desde hace algún tiempo es cuánto puede durar este patrón de crecimiento sin entrar en crisis.

La economía andaluza de cara al próximo 2006 y sucesivos años debe apostar por un cambio en su modelo de crecimiento que sea más sostenible y duradero desde el punto de vista económico y medioambiental. Los ejes de este nuevo modelo de crecimiento deberán centrarse en potenciar los siguientes factores:

* Mejorar el gasto en I+D. Las últimas cifras sobre investigación y desarrollo (I+D) publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de manifiesto el descenso experimentado por el mismo, que desciende un 2,2 % y pasa de 903 millones de euros en el año 2003 a 883 millones en el 2004. El porcentaje de gasto en I+D sobre el PIB andaluz también descendió, de un 0,89 % en el 2003 a un 0,80% en 2004. Se acentúa así las diferencias con la media española y con las comunidades más desarrolladas: España, 1,07 %; Madrid, 1,76 %; País Vasco, 1,54 % y Cataluña, 1,44 %. El descenso andaluz rompe además con el crecimiento constante observado en los últimos años, especialmente en el 2003, cuando el gasto en I+D creció un espectacular 54 % y pasó de suponer el 0,62 % del PIB al 0,89 %. Esta bajada dificulta además que se puedan cumplir los objetivos programados por la Junta de Andalucía que al final de la legislatura (2008) se haya duplicado el gasto en I+D respecto al año 2003, lo que supone superar el 1,2 %.

* Incorporación de los factores medioambientales. El crecimiento económico, las mejoras sociales y la protección y la gestión del medio ambiente no son objetivos antagónicos, sino complementarios y sinérgicos. La economía andaluza y su tejido productivo deben generar más crecimiento pero éste debe ser un mejor crecimiento. Al ser Andalucía una región pobre en recursos naturales, no se puede aceptar un modelo de crecimiento basado en una disponibilidad ilimitada de recursos. De hecho, es posible explotar muchas sinergias entre la protección del medio ambiente, la mejora de la base de nuestra actividad económica y del empleo, en cantidad y calidad. En este sentido, hace hincapié un reciente estudio publicado por la Consejería de Medio Ambiente denominado ‘La huella ecológica en Andalucía’, en el que se pone en duda el actual modelo económico andaluz por su elevado consumo de recursos naturales (hídricos, energéticos,saturación urbanística de la costa, etc).

* Propiciar una mayor internalización de las empresas. El tejido productivo andaluz tiene que apostar por una mayor internalización de sus empresas y de sus productos para responder al intenso proceso de globalización y mundialización en el que ha entrado la economía mundial en esta última década. Las exportaciones andaluzas se concentran en el mercado europeo, básicamente en la UE: Europa, 77 %; América, 10,1 %; Asia, 5,5 %; África, 4,5 %; Oceanía, 0,4 % y otros, 2,5 %. Por tanto, las empresas andaluzas tienen que desarrollar nuevas estrategias para ganar cuota de mercado y diversificar sus exportaciones hacia mercados emergentes como EE.UU., China y Norte de África. La Administración andaluza debe de seguir apoyando este esfuerzo con la puesta en marcha de políticas de fomento de las exportaciones como el Plan de Internalización de la Empresa Andaluza puesto en marcha en el año 2002.

Por tanto, la economía andaluza debe afrontar el año 2006 como un reto para ir cambiando las bases de su modelo de crecimiento económico puesto en marcha en los últimos años y buscar nuevos sectores que le garantice un crecimiento más sostenible y armónico con su entorno medioambiental.

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