Cuando me sugiere nuestro editor un resumen en materia de comunicación anual, (aquí desde nuestra independencia editorial y de redacción sólo se sugiere), hago un esfuerzo subjetivo de aquello que recuerdo como significativo. Por ejemplo, como no podía ser menos, la politización mediática para reparto de nuevos canales en abierto, a la espera de la apertura digital, hecha con interruptor analógico. La irrupción de la nueva Sexta, tras la aparición de la Cuatro genera la pugna por el mundial de Alemania, desligada ya la TVE de estos menesteres. Pero es que un accionariado mayoritario ligado a grandes productoras como Globomedia y Mediapro, propietarias de la Sexta, alarma a Antena 3 y Telecinco que dudan les sigan suministrando series en boga y audiencia al estilo de “Los Serrano”, “Aida”, “Siete Vidas”,etc. Ya lo advertíamos “tiempo ha” que debíamos acostumbrarnos a dejar en el baúl de los recuerdos la era de los grandes Share, y acostumbrarnos al reparto. El cese del polémico entrenador de fútbol del Madrid, Luxemburgo, ha dejado para otra ocasión la comunicación, (órdenes ), vía ondas a través del “pingajillo” colocado en la oreja del capitán.

El 2005 trajo otra polémica politizada, en términos andaluces, con la creación del cacareado “Consejo Audiovisual”, cuya independencia quedó en entredicho por el empecinamiento del conjunto del arco parlamentario. Su Presidente, el profesor Vázquez Medel, ha situado la prueba del nueve en la posibilidad o no de actuar sobre Canal Sur. ¡Difícil arbitraje!

Los Veinticinco de Europa, alcanzaron en términos internacionales, un acuerdo sobre el controvertido asunto de retener los datos de las telecomunicaciones entre 6 y 24 meses, por mor de prevención del terrorismo. Nos dejó en términos televisivos las “Crónicas Sardianas” y más definitivamente nos abandonaron Campmany o Haro Tecglen, y en el cielo continua su particular Beatlemanía el bueno de Joaquín Luqui, en sus 40 Principales Celestiales. Se creó la red de ciberpolicías para la lucha de delitos de internautas; cuyos usuarios (la globalidad total de internet) en Andalucía, no superó el 30,5% de usuarios con frecuencia, 33,6 como media nacional y 44,6 en Madrid según datos del anuario de la Sociedad General de Autores 2005.

Como anécdota que llamará a la copia a los creadores de series y programas televisivos, se puso en marcha la posibilidad de decidir sobre los capítulos y final de telenovelas a través de las opiniones vías SMS y de la experiencia del Channel 4 británico interactiva.

No quiero obviar por lo que atentado a la libertad de expresión se refiere, la interferencia mediante emisor de la Televisión Local de Gibraleón por parte de un Concejal. O los ataques a la COPE que ha generado más de 500.000 mil firmas de apoyo en Europa a la Cadena; por más que me disguste la verborrea histérica – informativa, del muy culto eso sí, Jiménez Los Santos, cuyo epíteto más suave para dirigirse a Zapatero o a Mayor Zaragoza, ¡sálvese quién pueda de Federico!, es “ese tío…”.
Se cumplieron 25 años de los Comités de Redacción, esperanza blanca en los medios, frente al dominio editorial de los Grupos. Volvimos a tomar conciencia de la Saturación Publicitaria y de la Eficiencia de la misma, cada vez más difícil de recordar en los spots televisivos, por lo abusivo de su número. Ya se buscan otros indicadores además de la exposición, tales como la creatividad, la capacidad de la marca para generar recuerdo o de la notoriedad en función de la audiencia. Seguimos incorporando nuevos acuñamientos para nuevas formas comunicativas, los “Blogs”, por ejemplo, que dan posibilidad a un sistema abierto de formato, mediante enlaces sobre una temática concreta y permiten participar con comentarios o enlazando otros comentarios. Y es que en Internet hay una nueva lógica de intercambio, producción y distribución cultural libre, de productos audiovisuales, que en la era de la globalización y producción multimediática de Grupos en expansión, nos sitúa en la antesala de una nueva etapa de condiciones legales para la reproductibilidad.

Y ¡como no!, además de una novia cadáver, una “nueva novia bella” ha emergido para la Bestia King Kong. Esta última por el director de la saga de los Anillos, Peter Jackson. Superará en efectos, ordenadores y sonido 5.1, pero dudo que, salvando la sensualidad de Jessica Lange en la segunda versión, supere en belleza poética la original en blanco y negro de Merian C. Cooper y Edgar Wallace. Y, pese a todo lo exponible, lo tiene difícil la Noami Watss, frente a la original Fay Wray. Cuya mejor loa sobre el mito del celuloide lo dejó en un librito tan acertado como sencillo, Romá Gubern, referido a la primera versión; olvidada en el más cerrado de los cajones, la versión nipona por profilaxis cinematográfica. En fín, ¡Feliz 2006 si nos dejan!, y si no, por si acaso, nos lo tomamos.