Habiendo transcurrido varias etapas de desarrollo económico y social en la Unión Europea, temporalizadas en sus diferentes fases 1986-1993; 1994-1999 y 2000-2006, las Políticas de Cohesión y Desarrollo vía aportaciones económicas a través de sus diferentes Fondos Estructurales (FEDER: Fondo Europeo de Desarrollo Regional, FEOGA: Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria, FSE: Fondo Social Europeo e IFOP: Instrumento Financiero de Operaciones Pesqueras), así como otros Fondos de Cohesión, nos encontramos en una de las etapas cruciales, dentro de todo el proceso de reestructuración social y económica en el marco de la Unión Europea.

El territorio español ha sido en las etapas antes señaladas, uno de los países que más se han beneficiado de los Fondos de Cohesión, cuyas aportaciones económicas en mayor cuantía han sido realizadas por otros países de la U.E.; entre otros motivos la renta media per cápita era inferior a las de otros países que componen la misma. España ha recibido incluso más que Portugal, Grecia e Irlanda. En concreto, Andalucía al ser considerada Objetivo número 1, también ha recibido junto a Extremadura la mayor cantidad de Fondos Estructurales y de Cohesión de todo el territorio nacional.

Dentro de las políticas de cohesión en apoyo al crecimiento y el empleo, la Comisión de las Comunidades Europeas establece una serie de directrices estratégicas comunitarias para la nueva etapa que se avecina 2007-2013. Todo ello basado principalmente en la renovación de la Agenda de Lisboa.

Según se publica expresamente en la comunicación de la comisión COM (2005) 0299-Bruselas 5.7.2005, el Marco para las Políticas de Cohesión 2007-2013, está basado en una serie de principios ya tenidos en cuenta en etapas anteriores, tales como concentración, convergencia, competitividad regional y empleo, cooperación territorial europea y gobernanza en sus diferentes dimensiones.
En cuanto a las directrices a seguir para la política de cohesión 2007-2013, se enumeran las siguientes:

* Hacer de Europa y de sus regiones lugares más atractivos en los que invertir y trabajar.
* Mejorar los conocimientos y la innovación en favor del crecimiento.
* Más y mejores empleos.
* Tener en cuenta la dimensión territorial de las políticas de cohesión.

Dentro del marco de ‘La Europa de las Regiones’ en que nos encontramos, Andalucía vuelve a ser región receptora de Fondos, encontrándose incluso a niveles de países y regiones recientemente incorporados que en teoría creíamos que estaban mucho menos desarrolladas que nosotros.

Los niveles de disparidad en la Unión Europea se han incrementado drásticamente con la reciente ampliación a 25 Estados miembros, amplificándose considerablemente con la posible incorporación de Bulgaria y Rumanía a la Unión en el año 2007.

Son muchos los dirigentes políticos a nivel regional que recientemente se vanaglorian de poder volver a recibir fondos estructurales y de cohesión, cuando en realidad ello es síntoma inequívoco de no haber aprovechado bien los recursos recibidos en etapas anteriores, pudiendo tener actualmente niveles que nos permitiese estar por encima de esos otros países del Este de Europa recién incorporados.

Ahora que tenemos tan al día los estatutos de Autonomía, ‘La Europa de las Regiones’ se subdivide en comarcas para acercar los Fondos Estructurales y de Cohesión a nuestros municipios y provincias, bien sea vía Iniciativas Comunitarias -Leader +, Equal, Urban e Interreg-, Programas de Desarrollo y Diversificación Rural, etc.

Es lógico que todo el dinero que se reciba será bienvenido, a nadie le amarga un dulce, pero si hubiésemos hecho los deberes en etapas anteriores, partiríamos de una situación más privilegiada, codeándonos con regiones más desarrolladas y con proyectos de más envergadura.

josevalero@economistas.org