Una vez realizadas las transferencias de las Políticas Activas de Empleo, en virtud de lo cual y según Real Decreto 467/2003 de 25 de abril se traspasa del Estado a la Junta de Andalucía -vía Servicio Andaluz de Empleo-, la competencia en materia de Programas de Formación y Empleo, tales como Escuelas Taller, Casas de Oficio, Talleres de Empleo y Unidades de Promoción y Desarrollo.

Curiosamente, hace sólo unos días, concretamente el 15 de abril de 2004, se publica en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía número 73, la Orden de 8 de marzo, por la que se regulan dichos Programas de Formación en alternancia con el empleo.

Creo que, todos o casi todos los Ayuntamientos de los pueblos y ciudades, consorcios, asociaciones, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro de nuestra querida Andalucía, esperaban como agua de mayo, que dicha normativa reguladora fuese publicada lo antes posible.

Dándole un repaso a la Orden, compruebo muy gratamente, que la filosofía con que nacieron los programas de Escuelas Taller, Casas de Oficio y Talleres de Empleo, no ha cambiado para nada; yendo un poco más lejos, no se ha modificado ni la denominación de estos programas, cosa que algunos dudábamos hace unos meses. En definitiva, no ha cambiado prácticamente casi nada, cosa lógica, dado que cambiar un producto que ha funcionado bien durante años no es lo más recomendable, aunque siempre se podrá mejorar.

La filosofia sigue siendo la misma, formación a determinados colectivos desfavorecidos en el mercado laboral, alternando el aprendizaje y la cualificación con un trabajo productivo en actividades relacionadas con el mantenimiento de entornos urbanos, rurales y del medio ambiente, recuperación y promoción del patrimonio artístico, histórico, cultural o natural, actividades de interés público, social o artesanal, sobre todo aquellas actividades que permitan la inserción, a través de la profesionalización y adquisición de experiencia, de los alumnos trabajadores participantes, como así expone la propia Orden en su publicación.

Existen una serie de módulos complementarios obligatorios, cuyo contenido lo determinará el Servicio Andaluz de Empleo, completando los ya existentes antes de las transferencias del Estado a la Junta de Andalucía. Estos módulos complementarios son:
*Módulo de Alfabetización Informática.
*Módulo de Prevención de Riesgos Laborales.
*Módulo de Sensibilización Medioambiental.
*Módulo de Fomento de la Actividad Emprendedora.
*Módulo de Igualdad de Género.
*Módulo de Igualdad de Colectivos Desfavorecidos.

En realidad, la mayoría de estos módulos ya se estaban realizando en estos Programas de Formación y Empleo antes de estar regulados en normativa alguna.

Tendrán preferencia para formar parte de dichos programas los siguientes colectivos:

*Usuarios de Andalucía Orienta.
*Mujeres.
*Demandantes de empleo de larga duración.
*Demandantes de empleo en riesgo de exclusión. Tales como discapacitados, minorías étnicas, inmigrantes legalmente documentados, etc.

Excepcionalmente, y según la disposición transitoria primera de la Orden, las solicitudes para acogerse al programa de Escuelas Taller, Casas de Oficio y Talleres de Empleo se presentarán en el plazo de un mes a partir de la publicación de esta en el BOJA, es decir hasta el 15 de mayo de 2004.

Un problema general que tienen la mayoría de Ayuntamientos no es otro que la líquidez necesaria para poner en marcha y mantener durante su periodo legal este tipo de programas. Hasta ahora era solventado dicho problema recibiendo transferencias puntualmente en el momento de comienzo de cada fase del proyecto, siendo ésta una de las asignaturas pendientes de la Junta de Andalucía, ya que algunos programas tardan un año en cobrarse desde que se emite la resolución. Aquí habrá que adelantar el dinero correspondiente a cada fase, para que el proyecto funcione y no tengamos que ver imágenes de monitores y alumnos-trabajadores, a las puertas de los ayuntamientos para poder cobrar.

Esperemos que los proyectos sean aprobados o denegados atendiendo fundamentalmente a razones técnicas, así como a la calidad de los proyectos, dejando a un lado el color político de cada ayuntamiento. Ello se cree un tanto difícil, dados los precedentes de estos programas en años anteriores, cuando abundaban en unos pueblos y escaseaban en otros.