La celebración del X Aniversario de la creación del Museo Guggenheim de Bilbao lo ha consolidado como una auténtica referencia internacional. Transcurrida una década, el Museo bilbaíno ha demostrado que la inversión institucional, económica y social realizada entonces en un proyecto cultural sin precedentes en España ha superado con creces las expectativas en sus tres facetas: rendimiento económico, generación de imagen turística y gestión cultural. El proyecto de Frank Ghery cambió los usos y modos de la arquitectura contemporánea y es el más publicitado de la historia de la arquitectura desde sus orígenes hasta la actualidad. Nacido como un rutilante amontonamiento de volúmenes, se presentó como un edificio destruido y su puesta en marcha no estuvo exenta de críticas y protestas. Pero, la ubicación de aquel amasijo metálico, cuidadosamente pulido, supuso toda una revolución para Bilbao: la rehabilitación y recuperación de una parte abandonada de la ciudad -el antiguo cinturón industrial de Abandoibarra-, para el disfrute de los bilbaínos y de todos los millones de turistas que en estos años se han acercado, atraídos por el potente imán que ha supuesto desde entonces el Guggenheim.

Más allá, significó la introducción en España de un nuevo concepto de museo, según el cual los espacios museográficos son concebidos como "franquicias nacionales e internacionales", mediante un sistema de préstamos de colecciones permanentes entre grandes museos de todo el mundo. Hace algunos años que los grandes centros occidentales -el propio Guggenheim, la Tate de Londres, el Pompidou de París, el ruso Hermitage o el francés Louvre- marcan la pauta de la museografía europea, volcándose en la exploración de proyectos de colaboración en Pekín, Shangai, Singapur y Taiwán, al calor del boom económico del sureste asiático y China. En Shangai, la filial del Pompidou acordada con el gobierno chino, se abrirá en 2009 en una sede remodelada, por la que el museo francés no pagará nada y recibirá dinero por su gestión y el préstamo de obras de su colección permanente. En definitiva, una nueva concepción macroeconómica de los museos.

Pero además, las exposiciones se proyectan hoy de manera más atractiva para el público, ya que los acuerdos de préstamos a gran escala entre museos permiten el montaje de muestras espectaculares en número, complejidad y calidad de las obras de arte presentadas, un auténtico reclamo turístico que genera importantes beneficios económicos. Son las denominadas rompetaquillas -'blockbusters'-, que han supuesto un cambio de mentalidad institucional: el museo se ha sacudido complejos para convertirse en el negocio del arte por el disfrute del arte. La idea no es nueva, pero sí está más generalizada, ya que la primera exposición considerada como tal fue ‘Tesoros de Tutankhamon', que en 1976 recibió la visita de ocho millones de personas en EEUU. El beneficio para el espectador es igualmente evidente: la posibilidad de acceder a obras de todo el mundo que, de otra manera, quizá jamás podría contemplar. Sólo hay que recordar la muestra dedicada a Rusia hace dos años en el Guggenheim, que fue capaz de reunir y mostrar piezas representativas del arte ruso de todas las épocas.

En una línea parecida, en Andalucía, el Parlamento autonómico acaba de aprobar la nueva Ley de Museos de Andalucía, que sustituye a la de 1984 y supone un cambio en la concepción de los museos, transformados en herramientas a disposición del desarrollo económico. Al tiempo, obliga a los espacios gestionados por la Junta a abrir en vísperas de festivos y lunes festivos y establece una metodología especial de las exposiciones, basada en su carácter temporal y en su concepción como focos de atracción turística.

Al mismo tiempo, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha presentado el nuevo plan museológico del futuro Museo de Bellas Artes de Sevilla, que duplicará su espacio expositivo (y también su personal), al incorporar a su sede actual del Convento de la Merced, el cercano Palacio de Monsalves, lo que conllevará la peatonalización de la zona. El Ministerio de Cultura ya ha anunciado una partida de los Presupuestos de 2008 destinada a este proyecto y también su apoyo al nuevo Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana. El proyecto de adecuación arquitectónica empezará a ejecutarse a comienzos del 2008 y su rehabilitación durará tres años. Se prevé que el nuevo museo, con sus dos secciones de Bellas Artes y Arqueológico, abra sus puertas en 2012. Los fondos del Bellas Artes están embalados desde 1997, porque la sede donde hasta entonces se exponían, el Palacio de Buenavista, fue convertida en el Museo Picasso.

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