Los 400 euros prometidos por Zapatero a todos los trabajadores y pensionistas que pagan IRPF si gana las elecciones se han convertido, en sólo un día, en la propuesta electoral más criticada y despreciada desde todos los frentes en lo que llevamos de precampaña. La oposición, los nacionalistas, los independentistas, los aliados parlamentarios del Gobierno, sindicatos, pensionistas, consumidores, los autónomos, las familias, parte del PSOE… Todos han criticado sin contemplaciones la promesa-regalo del presidente del Gobierno, con términos como «caciquil», «jugarreta», «esperpento», «oportunista», «pura demagogia», «frívola» e «irresponsable», entre muchos otros.

Tanto Comisiones Obreras como UGT rechazaron de plano el anuncio del presidente. CC.OO. lo calificó de «imprudente» y «oportunista». Según este sindicato, propuestas como ésta «casi rozan la falta de respeto» a los ciudadanos. La opinión de UGT es parecida. «No es una medida progresiva», sentenció. A su juicio, no favorece más a las menores rentas. La promesa-regalo de Zapatero ni siquiera ha gustado a los consumidores. Facua-Consumidores en Acción ve «injusto que un asalariado que cobra miles de euros al mes reciba lo mismo que otro cuya renta no alcance ni siquiera los mil. La forma es incorrecta y profundizará las desigualdades».