Iba yo camino del tabanco a escribir estas líneas sin comprender apenas el sueño que esta noche me había asaltado, en pleno follón navideño. Le daba vueltas a lo que recordaba de la película nocturna. En los caminos que venían de oriente, una caravana de kilómetros y kilómetros de camellos hacía imposible el tráfico y la comitiva de los Reyes Magos no podía llegar. El tiempo iba pasando y apenas avanzaban unos metros. Tanto era el atasco que las mejores previsiones anunciaban que  ésta no llegaría a España antes de la primavera. Habían prometido hasta la saciedad regalos que superaban con creces los de los últimos cuatro años. Había para todos los gustos y estaba previsto que cumplirían con las peticiones de todos los estratos y estamentos. Y, precisamente en ese momento, en un alarde cinematográfico, la escena cambiaba por completo, y aparecía un pasillo dieciochesco por el que deambulaba mucha gente. Y de golpe, el plano de la ficticia cámara del sueño se cerraba y aparecía el busto parlante del presidente del gobierno que anunciaba que los Magos de Oriente no llegarían hasta el mes de marzo, si todo iba bien, y las previsiones se cumplían. De lo contrario, aunque llegasen en marzo, por no sé qué jaleo del AVE, que ahora no recuerdo, no podrían comenzar a repartir los regalos hasta unos meses después, y ni siquiera podía asegurar que los pudiesen repartir todos. En ese preciso instante me desperté de golpe, con el pijama sudado, como de haber bregado en demasía, la boca seca y la mente confusa. Todo había sido un sueño. Eran las seis y diez de la mañana y tenía que levantarme de la cama.

Era tan sólo un sueño sin la menor importancia, un desahogo de imágenes que nuestro "disco duro" almacena, y que la noche permite descargar. Pero me hizo pensar durante todo el día. Y, ahora, camino del tabanco, le sigo dando vueltas. Como no soy Putifar no puedo llamar a José a que me lo interprete. Y, claro está, pienso que en este año preelectoral, y en la cantidad de regalos que nos vienen ya prometiendo, desde los aspirante a seguir a los aspirante a destronar a los primeros. Y no me quedó duda de que el sueño no era sino fruto de toda esta cabalgata a la que asistimos desde hace unos meses. "y lo que te rondaré morena…", que decía el castizo. ¡Y aún nos quedan tres meses!

Comenzamos un nuevo año; año electoral, naturalmente, y aquí se nos juntan dos. Los gabinetes de asesores de los contrincantes siguen pariendo sueños, frases, eslóganes para sacar tajada. Lo que se hará después es harina de otro costal. Lo cierto es que hasta hace muy poco las cosas pintaban bien para nuestra economía. Se seguía creciendo, se creaba empleo, en fin, que el motor marchaba. Pero 2008 no se presenta bien: uno de los combustibles más importantes de nuestra economía -la construcción- comienza a hacer aguas, el desempleo no sólo sube sino que se anuncia un crecimiento para 2008, se pierde poder adquisitivo en los salarios -que no experimentarán la suficiente subida que permita aguantar el tirón, ni se parecerá en nada a la que se han hecho los señores de la Junta de Castilla-la Mancha-, los productos básicos se ponen por las nubes, hay ya una acusada recesión en el consumo, las hipotecas se nos disparan. En fin, que no va a ser fácil, así que -como decía esta tarde Felipe, el tabanquero- "señores políticos, no nos jueguen ustedes con las cosas de comer". Tómense en serio el papel que les hemos otorgado y también tómense un  café en el bar de la esquina, para ver lo que cuesta. Y que se lo tomen también sus asesores, para que no estén en Babia, como ustedes. O cómprense unos CD's, o algún artilugio, de los que tendremos que comprarle a nuestros hijos para "reyes". Así sabrán los efectos de esa Ley extraña que han aprobado en la última sesión de la legislatura, la del "canon". ¡Que ya estará contenta la SGAE con esta compensación a sus servicios!, como afirman los "malvados". Que cobrarán hasta cuando se bajen una película americana o la música de una cantante inglesa. ¡Ya me gustaría a mí cobrar un canon por las veces que se bajen un libro de Ken Follet o de Joanne K. Rowling!

Espero, de todas formas, que en la realidad -que no en el sueño- se despeje la caravana de camellos, acabe el embotellamiento, la confusión y los problemas del tráfico, desde Oriente hasta nuestras casas, y los Magos de Oriente, nos compensen este complicado período con aquellos regalos que más necesitamos. Así se los deseo desde esta penúltima página.

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