Aunque de forma egoísta y con afán de lucro, nadie ha conocido la esencia de la economía capitalista mejor que Henry Ford. Son muchas las frases célebres del “padre de las cadenas de producción, “pero una de ellas nos viene como anillo al dedo si queremos hablar de la banca: “Es bueno que la gente no conozca el sistema bancario, porque habría una revolución mañana por la mañana”. El ministro de Guindos parece haberse convertido en ferviente seguidor del Fordismo y ha hecho de la opacidad el principal rasgo del rescate bancario que tuvimos en junio de 2012 y del que se cumplen cinco largos años.

carmen CastillaMucho ha llovido desde aquel 9 de junio y muchas han sido las mentiras y las verdades a medias del Ejecutivo Central, especialmente, del responsable de la cartera de economía. Para ejemplo un botón: el ministro nos faltó al respeto intentando hacernos creer que no fue un rescate, sino, en sus propias palabras, “un préstamo en condiciones muy favorables”. ¿No recuerda este eufemismo a la “regularización fiscal” de Montoro o a la “indemnización en diferido” de Cospedal?

El Constitucional ha dejado en evidencia la amnistía fiscal, la Justicia tacha de fraude la indemnización a Bárcenas y la CE, enviando a Madrid a la troika, demostró que aquellos 100.000 millones de euros a disposición del sistema financiero español fue, a todas luces, un rescate.

Más allá de mentiras, eufemismos y del debate lingüístico, lo cierto es que hemos sido los trabajadores, las economías domésticas y los más desprotegidos los que hemos terminando costeando la deuda generada por la más pésima de las gestiones empresariales que se recuerdan, la de esos banqueros, así como la dejación de funciones sin parangón protagonizada por el Banco de España, en su función de vigilancia, y consentida por el Gobierno.

¿Alguien creía que los 62.000 millones de euros utilizados no iban a tener costes? ¿A qué se debe si no la “congelación parcial” de las pensiones, el empobrecimiento de las prestaciones por desempleo, la reducción de la plantilla de las AA. PP., el descenso de sus salarios, los recortes presupuestarios en las políticas de sanidad y educación o el injusto incremento de la carga impositiva indirecta?

Señor de Guindos, ¿qué le parece si a los pensionistas, a los parados que han agotado sus prestaciones, a los empleados públicos que han visto reducido su poder adquisitivo o, simplemente, al conjunto de las economías domésticas, le vuelve usted a decir que todo ese oscuro flujo de millones de euros inyectados a la banca son un préstamo en condiciones muy favorables?

Lo peor de todo es que, además de opaco, de sustentado en mentiras y de costoso, el proceso de rescate a la banca ha sido un rotundo fracaso. Poco nos importan los condicionados resultados de los test de estrés si no son capaces de evidenciar la situación real de nuestras principales entidades bancarias.

La intervención del Banco Popular y su adquisición por la familia Botín, la “fusión” del BMN con la “exitosa” Bankia de los Rato y compañía o el desplome en bolsa de Liberbank evidencian algo que, por claro, resulta incluso una obviedad: el rescate bancario y la política financiera del Gobierno son un fracaso.

Hören Sie auf, die Banken zu retten und retten Sie die Leute”. Ya que en castellano no nos escucha, esperemos que el señor Rajoy deje de rescatar a los bancos y empiece a ayudar a las personas si, esta vez, utilizamos el idioma de su amiga Merkel para exigírselo.

 

Carmen Castilla

Secretaria General de UGT-A

@mc_castilla