El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha presentado este viernes el Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras (PIC), un nuevo mecanismo de financiación de infraestructuras viarias que conlleva una inversión de 5.000 millones de euros y que permitirá actuar sobre más de 2.000 km en los próximos cuatro años.

Esta iniciativa está basada en la colaboración público-privada que contará, además, con la garantía de la big-bend-113099_640-384x253financiación europea en las mejores condiciones a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). A ello se une además la posibilidad de que proyectos previstos en este plan extraordinario de inversiones se puedan financiar bajo el Plan de Inversiones para Europa (Plan Juncker), que supone la puesta en marcha de un Fondo (EFSI, en sus siglas en inglés) creado para garantizar las inversiones facilitando la financiación de proyectos de infraestructuras y equipamiento del transporte.

Este plan tiene como objetivo completar los tramos de la Red Transeuropea de Transporte pendientes; resolver los cuellos de botella existentes en la red actual de carreteras; mejorar y adaptar las principales autovías existentes a las exigencias de la nueva normativa en materia de siniestralidad, ruido y emisiones de CO2, y asegurar la conservación de todos los proyectos que se realicen. De este modo, el Gobierno pretende mejorar la seguridad de la red de carreteras, así como la siniestralidad y reducir la emisión de CO2 y el ruido en los itinerarios que pasan cerca de núcleos de población.

Desde el Gobierno han subrayado que el plan de inversión en carreteras supondrá un retorno fiscal de unos 3.000 millones de euros (un euro de gasto en infraestructuras genera casi 0,5 euros de retorno fiscal), además, permitirá crear aproximadamente 48.000 empleos directos durante la fase de construcción, 30.000 empleos indirectos y 72.000 inducidos, lo que representa, por tanto, un incremento de 150.000 empleos en la fase de inversión.

Por otro lado, se generarán 12.000 empleos directos en la fase de mantenimiento y explotación, 8.000 empleos indirectos y 19.200 inducidos, alcanzando en su conjunto 39.200 nuevos empleos durante un periodo de 30 años.

Este plan se va a poner en marcha reclamando a las empresas constructoras que se responsabilicen del mantenimiento de las infraestructuras que realizan durante un periodo de 30 años, con los mismos niveles de calidad y seguridad que el día de su puesta en servicio. Además, incluirá fórmulas de Pago por Disponibilidad, un mecanismo que ya ha demostrado su éxito en Europa en la inversión de infraestructuras.