La interconexión eléctrica entre la Península y Baleares cumple este lunes cinco años desde su entrada en operación comercial y ha permitido cubrir el 23% de la demanda eléctrica de las Islas Baleares con generación procedente de la Península, aunque en ocasiones esta aportación se ha elevado hasta el 40% en Mallorca-Menorca.

Gracias a este enlace, próximo al 16% de la demanda eléctrica del archipiélago balear desde el 2012 se ha cubierto con tecnología renovable.

Este enlace submarino, que consta de tres cables en corriente continua (uno de retorno) de 237 km de longitud situados a 1.485 metros de profundidad máxima entre Sagunto (Valencia) y Santa Ponsa (Mallorca), ha permitido también una reducción de en torno al 29% del sobrecoste derivado de la generación eléctrica en Baleares, lo que supone un ahorro acumulado para el conjunto del sistema de cerca de 309 millones en cinco años.

Asimismo, favorece una mayor integración de la energía renovable en el archipiélago balear y reduce la dependencia de la generación eléctrica que emplea combustibles fósiles, tales como el carbón, el gas y el diésel y, por tanto, de las emisiones de CO2 asociadas a la generación eléctrica, que se han reducido en el archipiélago en alrededor de 285.000 toneladas anuales.

La interconexión eléctrica de las Islas Baleares con la Península, conocida como Proyecto Rómulo, fue el primer esfuerzo realizado en España para disminuir el aislamiento de sistemas e incrementar su seguridad de suministro, de acuerdo con las recomendaciones europeas.

Desde el punto de vista de seguridad y garantía de suministro, este cable submarino ha resultado determinante para dar una respuesta rápida ante desequilibrios de tensión y potencia que pudieran darse en las islas.