El Servicio de Publicaciones de la Unión de Consumidores de Sevilla (UCA/UCE) ha llevado a cabo el diseño de una campaña informativa destinada a desgranar el contenido del recibo del gas, muy complejo, para que de esta forma los consumidores de la provincia sepan por qué conceptos pagan y si las compañías suministradoras cobran lo justo.
En primer lugar, el consumidor se encuentra en su factura de gas natural (el gas butano, al ser distribuido en bombonas con precio fijado, queda fuera de estas recomendaciones) tres conceptos diferentes por los que tiene que pagar distintas cantidades. Por un lado, está el alquiler del contador, que es un precio fijo; el término fijo, que es una cantidad fija que se paga cada mes independientemente del consumo que se haga y que difiere según la tarifa que tengamos contratada; y el consumo de gas propiamente dicho.
En los dos primeros conceptos no suele haber grandes problemas, aunque sí en el tercero. En cualquier caso, no hay que alarmarse si al calcular su consumo se mezclan unidades de medida diferentes. Esto es como consecuencia de pasar los metros cúbicos a kilowatios, algo que se hace con una fórmula de conversión. En todo caso, si el consumidor tiene dudas a este respecto se puede poner en contacto con su empresa suministradora que deberá explicarle cómo se obtiene este cálculo.
Lo que muchas veces se escapa a las empresas suministradoras es explicar por qué esta fórmula de conversión es diferente en cada ciudad. Esto se debe a la presión del suministro ya que a mayor presión hay un mayor gasto de gas y el coste, por tanto, es mayor. Por este motivo influye la altitud de la localidad en la que vivimos en el coste final de nuestro recibo.