La Unión de Consumidores de Sevilla (UCA/UCE) recuerda que mayo es el mes de las primeras comuniones y, por extensión, un momento del año que supone un duro revés para la mayor parte de las economías domésticas ya que el gasto puede ascender hasta los 3.302,91 euros entre vestidos, recordatorios y celebraciones.

En muchas ocasiones, el sentido religioso de esta celebración se ha perdido y lo más importante es que nuestros hijos vayan guapos, impecables y deslumbren ante el resto de los pequeños que van a recibir su primera comunión.

En cuanto a las niñas, en muchas ocasiones los padres optan por un vestido de organdí, que puede costar hasta 340 euros, aunque es poco aconsejable porque sólo se puede usar una vez. Ante esto, es más barato y rentable un vestido de calle, que la pequeña puede usar en repetidas ocasiones tras su primera comunión.

Según este estudio realizado por la Unión de Consumidores, la ropa de los niños es más barata al ser más sencilla y los gustos siguen siendo clásicos, desde el vestido de almirante (hasta 200,50 euros) al de marinero (hasta 155 euros). Muchos padres están optando por un vestido más convencional y de más de un uso que, además de ser más barato, también es más rentable.

Los complementos, entre los que encontramos guantes, mudas y biblias, completan la larga lista de artículos que tienen que pagar los padres y que son imprescindibles en la celebración de la primera comunión.

UCA/UCE viene comprobando cómo en los últimos años se ha encarecido mucho el gasto en la celebración posterior a la primera comunión, que se ha convertido en algo parecido a una boda.

Esta celebración es eminentemente familiar, por lo que es aconsejable, y más barato, un almuerzo en el domicilio paterno. Celebrarlo en un banquete supondrá un gasto de hasta 2.061 euros para 30 personas.