{"id":17989,"date":"2012-09-27T11:39:23","date_gmt":"2012-09-27T11:39:23","guid":{"rendered":"http:\/\/www.agendaempresa.com\/?p=17989"},"modified":"2018-01-09T18:57:23","modified_gmt":"2018-01-09T17:57:23","slug":"tierra-amores-furtivos-pueblos-blancos-hoteles-viajar-turismo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.agendaempresa.com\/17989\/tierra-amores-furtivos-pueblos-blancos-hoteles-viajar-turismo\/","title":{"rendered":"Tierra de amores furtivos"},"content":{"rendered":"

La primera gran ruta tur\u00edstica del sur de Espa\u00f1a naci\u00f3 a lo largo del siglo XIX en los libros de los viajeros rom\u00e1nticos. Obsesionados por el orientalismo, por las leyendas de amores\u2026<\/p>\n

\"Arcos<\/a>
Arcos de la Frontera<\/figcaption><\/figure>\n

\u2026 contrariados, por la presencia de bandoleros buenos y gobernantes malos, aquellos viajeros extranjeros \u2013 ingleses y franceses sobre todo \u2013 marcaron sobre el\u00a0 rugoso mapa de Andaluc\u00eda un apasionado itinerario entre C\u00e1diz y M\u00e1laga al que estaban llamados todos aquellos que presumieran de poseer un esp\u00edritu aventurero.<\/p>\n

La ruta daba la espalda al oc\u00e9ano y a la mar, y se adentraba tierras adentro por la aspereza de las sierras y los barrancos, por mitad de un luminoso paisaje vertical que los pintores y grabadores de la \u00e9poca llevaron a sus cuadernos y sus libros de dibujo. La ruta de los Pueblos Blancos comienza en Arcos de la Frontera y termina en Ronda. O al rev\u00e9s. La emoci\u00f3n, de una u otra forma, es la misma.<\/p>\n

Hoy, muchas d\u00e9cadas despu\u00e9s, aquella ruta \u00a0sigue conservando el aura rom\u00e1ntica de entonces, y aunque el orientalismo se ha difuminado y los bandoleros dejaron de pulular por estos montes, sus pueblos y ciudades parecen haber pactado con el tiempo para que todo contin\u00fae igual que entonces.<\/p>\n

Establezcamos un inicio. Situ\u00e9moslo en Arcos de la Frontera, sobre una abrupta pe\u00f1a ce\u00f1ida por las aguas del r\u00edo Guadalete. La ciudad m\u00e1s blanca de C\u00e1diz ha ejercido a lo largo de la historia como prototipo perfecto de los pueblos blancos del sur. Su barrio viejo es una mara\u00f1a de calles estrechas, de plazas m\u00ednimas y casas encaladas.<\/p>\n

En tiempos de la conquista cristiana, all\u00e1 por el siglo XV, Arcos ejerci\u00f3 como l\u00edmite de fronteras. De ah\u00ed, con toda probabilidad, le viene su apellido. Las leyendas, en cambio, llegar\u00edan siglos despu\u00e9s, en aquellos tiempos en que la ciudadela se acicalaba con iglesias y conventos de tono barroco. Los amores entre la molinera y el corregidor hicieron correr r\u00edos de tinta en las manos de los escritores extranjeros, que no tuvieron empacho en situar aquellos escarceos entre las esquinas y los patios perfumados que salpican el barrio viejo.<\/p>\n

De aquellos posos no escap\u00f3 la plaza del Cabildo, donde se levantan los edificios principales de la ciudad. A ella asoman el castillo que en otro tiempo fue \u00e1rabe y la Iglesia de Santa Mar\u00eda, el templo principal, que comenz\u00f3 siendo g\u00f3tica y abraz\u00f3 con el tiempo otros estilos hasta convertirse en uno de los monumentos art\u00edsticos m\u00e1s importantes de la provincia de C\u00e1diz. El balc\u00f3n de la plaza es un mirador deslumbrante, una de las azoteas principales de Andaluc\u00eda. Frente a los ojos del viajero moderno se extiende un paisaje ancho, de lomas femeninas, cortijadas diseminadas por mitad de los cerros bajos y los meandros del r\u00edo buscando con ansiedad la cercan\u00eda del Atl\u00e1ntico.<\/p>\n

Hay algo que hermana a todos los pueblos blancos: la obligaci\u00f3n de perderse entre sus calles. As\u00ed, con un poco de suerte, si a\u00fan continuamos en Arcos tropezaremos \u00a0tarde o temprano con la Iglesia de San Pedro o con el Convento de la Caridad, cuya elegancia barroca evoca la arquitectura colonial de Per\u00fa, Bolivia o Colombia. Pero habr\u00e1 algo que nos llamar\u00e1 poderosamente la atenci\u00f3n. Son las llamadas orejeras que abundan por toda la ciudad, pero que est\u00e1n m\u00e1s presentes en la calla N\u00fa\u00f1ez de Prado, a un paso de la Plaza del Cabildo. Las orejeras son hendiduras hechas entre los ventanales de las casas con el solo prop\u00f3sito de observar con mayor facilidad la escena de la calle, sin necesidad de girar en exceso la cabeza. Su misi\u00f3n no era otra que servir al chisme, al murmullo y al cotilleo.<\/p>\n

Callej\u00f3n de las\u2026 Monjas. El Callej\u00f3n de las Monjas de Arcos de la Frontera discurre al lado de la Iglesia de Santa Mar\u00eda, cuya fachada principal mira a la plaza del Cabildo. Lo m\u00e1s sobresaliente de esta estrecha calle son los arbotantes levantados en 1669 para contrarresta el empuje del muro de la iglesia principal.<\/p>\n

Rumbo a las sierras.\u00a0 Camino de la Sierra de Grazalema, la ruta se interna por monta\u00f1as y bosques que muy poco han cambiado desde los a\u00f1os en que fueron recorridos por los viejos rom\u00e1nticos. Grazalema es el coraz\u00f3n de la ruta, un singular trozo de la geograf\u00eda sure\u00f1a que entre otros muchos m\u00e9ritos ostenta el honor de ser el lugar donde m\u00e1s llueve de Espa\u00f1a. Por sus sierras la naturaleza ha legado rarezas bot\u00e1nicas como el pinsapo, un abeto prehist\u00f3rico \u00fanico en la pen\u00ednsula del que tan s\u00f3lo quedan algunas manchas en esta \u00e1rea protegida de la provincia de C\u00e1diz y en la vecina Sierra de las Nieves, al sur de Ronda.<\/p>\n

Pero no el s\u00f3lo la belleza de su exaltada naturaleza lo que llam\u00f3 la atenci\u00f3n de aquellos caminantes del XIX. La ruta se adentra por algunos de los pueblecitos m\u00e1s bellos del sur, donde la arquitectura tradicional conserva la escala del hombre, la medida del tiempo y el respeto escrupuloso por el entorno. Los pueblos blancos de la Sierra de Grazalema son copos de nieve por mitad de un paisaje de expl\u00edcito verdor. Los pueblos evocan en sus nombres su pasado andalus\u00ed\u00a0 y el continuo conflicto medieval por fijar endebles fronteras. Olvera, Setenil, Benaocaz o Benamahoma son algunos de ellos.<\/p>\n

Tambi\u00e9n lo es Zahara de la Sierra, cuyo caser\u00edo descansa a las faldas de un alto risco coronado por un torre\u00f3n de \u00e9poca nazar\u00ed. Su semblante blanco y vertical se refleja en las aguas color turquesa del pantano que lleva su nombre y el de la vecina localidad de El Gastor. Sus casas, sus empinadas\u00a0 e imposibles cuestas, sus casas encaladas por primavera son una herencia directa de su pasado \u00e1rabe. Las puertas son m\u00ednimas y las ventanas est\u00e1n enrejadas hasta el suelo. Al lado de estas casas populares hay otras que evidencian un mayor boato, casonas de rancio abolengo situadas la mayor\u00eda en la calle Ancha, espigada y serpenteante, abierta a miradores desde donde advertir la presencia constante del pantano y que acaba a los pies de la iglesia parroquial consagrada\u00a0 Santa Mar\u00eda de la Mesa.<\/p>\n

Olvera queda pr\u00f3xima, entre campos sembrados de olivos y cerros de mediana altura. Sobre el pueblo se elevan los campanarios gemelos de la Iglesia de la Encarnaci\u00f3n y, al lado, el viejo torre\u00f3n nazar\u00ed, convertido hoy en un centro de interpretaci\u00f3n de la vida en la frontera. Se dir\u00eda que iglesia y torre\u00f3n compiten por ver cu\u00e1l de los dos es m\u00e1s alto. De lo que no hay duda es de que desde las almenas de la vieja fortaleza musulmana se divisa una de las vistas m\u00e1s impagables del norte gaditano, una ancha sucesi\u00f3n de cadenas monta\u00f1osas, desfiladeros y barrancos, tiernos valles y caminos que, vistos desde aqu\u00ed, constituyen una tentadora inc\u00f3gnita.<\/p>\n

Setenil de las Bodegas guarda el encanto, de sus casas \u201cprotegidas por los grandes farallones rocosos que corren paralelos a un r\u00edo de aguas estacionales y Benamahoma se abraza a la autenticidad de su pasado mimando una de las arquitecturas populares mejor conservadas de los pueblos de la ruta.<\/p>\n

Pero es entre Zahara de la Sierra y Grazalema donde el itinerario despliega sus mayores encantos naturales. Zahara es el mejor punto de partida para internarse en los secretos del parque natural. La carretera trepa hasta el puerto de las Palomas. A un lado del camino nace el sendero que desciende hasta la Garganta Verde, una angostura de dif\u00edcil y retador acceso por cuyas profundidades discurren las aguas fr\u00edas del arroyo de los Ballesteros.<\/p>\n

Tierra encrespada. \u00a0Kil\u00f3metros m\u00e1s adelante, el paisaje cambia con brusquedad. A un lado y a otro del camino se encrespan quebrados riscos, farallones y roquedales con formas afiladas y fantasmag\u00f3ricas. A lo lejos se divisan las manchas del pinsapar donde se yerguen abetos de formas perfectas, arracimados en el circo que forma la sierra del Pinar. Esta \u00e1rea de reserva se extiende por un terreno escarpado de tres mil hect\u00e1reas, delimitada por el tri\u00e1ngulo geogr\u00e1fico que forman las poblaciones de Zahara, Huerta de Benamahoma y Grazalema.<\/p>\n

Una carretera zigzagueante y estrecha desciende hasta Grazalema. A la sombra de la pe\u00f1a de San Crist\u00f3bal, el pueblo que da nombre y sentido a la sierra resume su caser\u00edo en un pu\u00f1ado de calles de asim\u00e9trico trazado y una plaza donde toma asiento la iglesia octogonal de La Aurora, fechada en el siglo XVIII y convertida en un delicado relicario barroco. En el barrio alto, frente a los bosques de pinares y las cumbres desdentadas, se halla la peque\u00f1a Iglesia de San Juan, levantada sobre una vieja mezquita \u00e1rabe. En las calles del centro hay tabernas y posadas que est\u00e1n abiertas desde principios del siglo pasado. Tambi\u00e9n hay tiendas de artesan\u00eda tradicional donde venden mantas y tejidos de lana merina de vivos y llamativos colores.<\/p>\n

Villaluenga del Rosario y Benaocaz anuncian la proximidad de la ciudad de Ronda. Atr\u00e1s quedan las rugosas y \u00e1speras sierras. El paisaje comienza a suavizarse, a ondular los cerros, a apaciguarse. Pero es s\u00f3lo una err\u00f3nea impresi\u00f3n. De pronto aparece Ronda, sesgada por un violento navajazo. El Guadalev\u00edn, al que los \u00e1rabes le dieron el dulce nombre de r\u00edo de la leche, amputa en dos la ciudad.<\/p>\n

Al principio, el r\u00edo desciende con docilidad hasta que sus aguas hocican en los farallones de roca que se levantan como sombras a los lados del tajo. Al final, el agua se despedaza en mil part\u00edculas, dibujando una elegante cola de caballo que termina perdi\u00e9ndose entre los cauces y las orillas. De esta forma, Ronda queda dividida en dos: la ciudad vieja y la ciudad nueva. El Puente del Tajo, proyectado en su d\u00eda por Juan Mart\u00edn de Aldehuela, une las dos ciudades desde la segunda mitad del siglo XVIII. Noventa y tres metros lo separan del lecho del r\u00edo.<\/p>\n

La ciudad vieja es rom\u00e1ntica, silenciosa y t\u00edmida. La ciudad nueva es mundana y bulliciosa, muy andaluza y colorista. Hay en ella iglesias decimon\u00f3nicas, hoteles donde se hospedaron y escribieron los viajeros que dieron fama universal a esta ciudad malague\u00f1a y hasta una plaza de toros considerada la m\u00e1s bella del mundo que cada mes de septiembre celebra sus famosas corridas goyescas.<\/p>\n

La ciudad vieja es otra cosa. La calle Armi\u00f1\u00e1n ejerce de columna vertebral. M\u00e1s de un siglo llevan algunas tiendas de anticuarios abriendo sus puertas bajo los soportales de esta calle. En las antiguas almonedas, entre corredores y pasillos que conducen a patios privados, se apilan muebles de madera noble que pertenecieron en n tiempo a la aristocracia ronde\u00f1a. Hay cuadros, sables, trabucos, pilastras y hornacinas carcomidas por el olvido y el tiempo.<\/p>\n

La ciudad arist\u00f3crata est\u00e1 apresada en la plaza de la Duquesa de Parcent. A un lado queda el ayuntamiento. Sus dos plantas est\u00e1n enmarcadas por deliciosas galer\u00edas con arcos de inspiraci\u00f3n mud\u00e9jar. A su lado se alza la capilla barroca de Santa Mar\u00eda Auxiliadora. Metros m\u00e1s all\u00e1, un convento habitado por hermanas clarisas. Y presidi\u00e9ndolo todo la Colegiata\u00a0 de Santa Mar\u00eda muestra dos estilos: el g\u00f3tico est\u00e1 muy definido en la cabecera, en torno al altar mayor. El renacimiento se manifiesta\u00a0 a los pies, entre las columnas, los capiteles y las b\u00f3vedas llenas de esbeltez y gracilidad que por fuera enmarcan el monumento.<\/p>\n

La tumba de Orson Wells.\u00a0 Las calles que bordean Santa Mar\u00eda son estrechas y huidizas. Llevan nombres m\u00edticos: Moctezuma, el Gigante, Los Tramposos\u2026 En torno a ellas se abren los palacios se\u00f1oriales, las casas solariegas, las dependencias aristocr\u00e1ticas convertidas hoy en deliciosos restaurantes y encantadores hoteles que dan servicio a una clientela \u00e1vida de cultura, arte y sosiego.<\/p>\n

Y es que Ronda tiene un poder hechizante. Poetas como Rainer Maria Rilke le dedicaron largas estrofas, y m\u00e1s recientemente Ernest Hemingway y Orson Wells compitieron en amistad con un Antonio Ord\u00f3\u00f1ez, que hizo de la tauromaquia un arte de indescifrable interpretaci\u00f3n. Tanto es as\u00ed que Orson Wells decidi\u00f3 morir aqu\u00ed. Su cuerpo reposa en la finca que la familia Ord\u00f3\u00f1ez posee a las afueras de Ronda, al lado de un pozo, en una cripta custodiada por un casta\u00f1o y un limonero.<\/p>\n

La casa del Rey\u2026 Moro de Ronda.\u00a0 Enaltecida por las casonas solariegas y los palacetes, a la calle Armi\u00f1\u00e1n de Ronda le nacen otras callejuelas m\u00e1s estrechas y quebradas que bajan hasta la Casa del Rey Moro. La leyenda rom\u00e1ntica reside aqu\u00ed, entre el empedrado de los suelos, las cruces de los caminos y los ventanales confinados entre hierro y silencio. La Casa del Rey Moro, que la construyeron mediado el siglo XVIII, tiene un jard\u00edn donde reina el rumor del agua tibia, las plantas perfumadas y los azulejos de chillones colores. Entre el jard\u00edn se abre una escalera que es un misterio. Posee 300 pelda\u00f1os que descienden hasta la orilla del Guadalev\u00edn. En los escalones se amontonan f\u00e1bulas, cuentos y leyendas de amores despechados, caballeros de triste rostro y damas de olvidado recato.<\/p>\n

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San Juan de Letr\u00e1n\u2026 de Zahara de la Sierra. La capilla de San Juan de Letr\u00e1n de Zahara de la Sierra no tiene ni 50 a\u00f1os. Fue construida sobre la anterior ermita y sigue los mismos postulados arquitect\u00f3nicos de aqu\u00e9lla. Su interior es \u00edntimo y silencioso. En un pequ\u00f1o altar se yergue la talla del Cristo de la Vera Cruz que procesiona en d\u00edas de Semana Santa por las calles del pueblo. Al lado de la capilla se levanta la torre del Reloj, fechada en el siglo XVI. Han pasado cinco siglos, pero sus agujas a\u00fan siguen marcando las horas y los minutos de un pueblo donde el tiempo se mide de una manera distinta. Al menos, de una manera m\u00e1s lenta y comedida.<\/p>\n

IMPRESCINDIBLE<\/p>\n

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  1. Arcos de la Frontera. Pasear por las encaladas calles de este encantador pueblo gaditano, en especial por la calle Cuna, reproducida en el Pueblo Espa\u00f1ol de Barcelona, es todo un ba\u00f1o de belleza.<\/li>\n
  2. Las ruinas romanas de Iptuci. Una visita inexcusable a cinco kil\u00f3metros de Prado del Rey direcci\u00f3n Alguacil.<\/li>\n
  3. Una plaza de toros. Est\u00e1 en Villaluenga del Rosario, excavada en la roca, y es marco de celebraciones tradicionales durante los meses estivales.<\/li>\n
  4. El aceite de oliva. Porque es un sabrosa se\u00f1a de identidad de toda Andaluc\u00eda. El de C\u00e1diz destaca porque tiene aromas silvestres de la sierra. Para conocer c\u00f3mo es su elaboraci\u00f3n conviene hacer una parada, por ejemplo, en el Molino del V\u00ednculo en Zahara\u00a0 de la Sierra.<\/li>\n
  5. Algodonales. Es el lugar ideal para practicar deportes a\u00e9reos como el parapente, el ala delta y el vuelo de ultraligeros.<\/li>\n
  6. Ronda. Una joya arquitect\u00f3nica que invita a descubrir monumentos poco conocidos como sus ba\u00f1os \u00e1rabes del siglo XIV.<\/li>\n
  7. Benaoj\u00e1n. Hay que visitar las cuevas de La Pileta y El Gato, donde el hombre del Paleol\u00edtico dej\u00f3 huellas de su paso en forma de pinturas y utensilios rupestres que la convirtieron en el Monumento Nacional en 1924.<\/li>\n
  8. Barroco. Tambi\u00e9n en Benaoj\u00e1n. Se trata de una de las iglesias parroquiales barrocas m\u00e1s bellas de la comarca.<\/li>\n
  9. Olvera. Visitar el Museo de la Frontera y los Castillos de Olvera, situado a los pies del torre\u00f3n nazar\u00ed.<\/li>\n
  10. Bandolero. Hacer una parada en el Museo de Usos y Costumbres Populares dedicado al famoso bandolero Jos\u00e9 Mar\u00eda El Tempranillo, en El Gastor.<\/li>\n<\/ol>\n

    GU\u00cdA<\/strong><\/p>\n

    C\u00f3mo llegar<\/strong><\/p>\n

    Renfe (Telf. 902 105 205. www.renfe.es<\/a>) efect\u00faa trayectos Madrid-C\u00e1diz en ALVIA (servicios ferroviarios de larga distancia y alta velocidad) para iniciar el recorrido desde Arcos de la Frontera. Para realizar la ruta en sentido inverso al del reportaje Renfe dispone tambi\u00e9n de un AVE a M\u00e1laga desde Madrid, mientras que Iberia (Telf. 902 400 500. www.iberia.com<\/a>) y Air Europa (Telf. 902 401 501. www.aireuropa.com<\/a>)\u00a0 ofrecen vuelos al aeropuerto malague\u00f1o. Despu\u00e9s, la opci\u00f3n m\u00e1s recomendable es el coche.<\/p>\n

    D\u00f3nde dormir<\/strong><\/p>\n

    Hotel El Convento**.<\/strong> (Maldonado, 2. Arcos de la Frontera. Telf. 956 702333, www.hotelelconvento.es<\/a>). Directora: Mar\u00eda Moreno Moreno. Ubicado en parte del Convento de Monjas Mercedarias Descalzas y al filo de la pe\u00f1a, es un coqueto y encantador hotel en el coraz\u00f3n de Arcos con las mejores vistas al valle del r\u00edo Guadalete.<\/p>\n

    Hotel Los Olivos***. (Paseo de Boliches, 30. Arcos de la Frontera. Tel 956 700811, www.hotel-losolivoes.es<\/a>). Directora: Mar\u00eda Moreno Moreno. T\u00edpica casa andaluza al m\u00e1s puro estilo arcense con paredes blancas y un bonito patio central. En torno a este patio giran todas las habitaciones algunas de las cuales ofrecen magn\u00edficas vistas a la cuenca del r\u00edo Guadalete. Dispone de parking.<\/p>\n

    Parador de Arcos de la Frontera***. (Plaza del Cabildo, s\/n, Arcos de la Frontera. Tel. 956 700500, www.parador.es<\/a>). Director: Javier Calonge Cuevas. Ubicado en la Plaza del Cabildo, este palacio hist\u00f3rico, antigua Casa del Corregidor ofrece impresionantes vistas de Arcos. Dispone de restaurante que ofrece los platos de la sierra.<\/p>\n

    D\u00f3nde comer<\/strong><\/p>\n

    Mes\u00f3n Los Murales. (Plazuela de Boticas, 1. Arcos de la Frontera. Tel. 685809661). Gerente: Pepe Bautista. Peque\u00f1o y sencillo mes\u00f3n con terraza en la plaza Boticas para disfrutar del casco antiguo de Arcos y de los platos de la zona.<\/p>\n

    Restaurante marroqu\u00ed Babel. (Corredera, 11. Arcos de la Frontera. Tel. 671138256, 666451784). Gerentes: \u00d3scar Espejo y Nadia El Antari.\u00a0 Restaurante marroqu\u00ed que ofrece las especialidades m\u00e1s conocidas de esta cocina en un local ex\u00f3tico al igual que sus platos.<\/p>\n

    Qu\u00e9 comprar<\/strong><\/p>\n

    Ram\u00f3n Carrillo. (c\/ Boticas)\u00a0 Exposici\u00f3n de cer\u00e1mica y otra artesan\u00eda local. Cer\u00e1mica pintada a mano.<\/p>\n

    San Pedro. (c\/ San Pedro). Galer\u00eda de arte, tanto de cer\u00e1mica como de pintura y grabados. Tienen otra tienda en la Plaza de Boticas. Regentadas por la familia Oviedo.<\/p>\n

    Otros atractivos tur\u00edsticos<\/strong><\/p>\n

    El Lago de Arcos ofrece la posibilidad de pescar y realizar deportes acu\u00e1ticos, desde el Club N\u00e1utico de Arcos le pueden ofrecer informaci\u00f3n. \u00a0Avda. Pr\u00edncipe de Espa\u00f1a, s\/n (Urb. El Santiscal). Tel.: 956 70 84 37 \/ 956 70 30 11<\/p>\n

    M\u00c1S INFORMACI\u00d3N<\/strong><\/p>\n

    Turismo de Arcos de la Frontera. Tel. 956702264. www.turismoarcos.es<\/a><\/p>\n

    Turismo de Grazalema. Tel. 956132073.<\/p>\n

    Turismo de Ronda. Tel. 952187119 www.turismoderonda.es<\/a><\/p>\n

    Tambi\u00e9n: www.cadizturismo.com<\/a><\/p>\n

    Jos\u00e9 Antonio Rold\u00e1n Caro<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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