La realizaci\u00f3n de cambios en las empresas se producen con el objetivo de ser m\u00e1s competitivos en la situaci\u00f3n empresarial compleja en la que estamos inmersos. Estas reestructuraciones afectan a las personas y, en funci\u00f3n de c\u00f3mo se gestionen, pueden originar un decremento en la productividad y, en consecuencia, una p\u00e9rdida de competitividad.<\/p>\n
Dentro de la propia empresa hay que enfrentarse a las consecuencias que comportan cambios en los equipos de trabajo: altas y bajas de empleados, cambios de funciones o departamentales dentro de la organizaci\u00f3n, y el inicio, paro o finalizaci\u00f3n de los diferentes proyectos que est\u00e1n en marcha.<\/p>\n
Para cualquier negocio que quiere afrontar con \u00e9xito esta etapa de cambios, es necesario centrar sus esfuerzos en el desarrollo de sus profesionales y equipos\u00a0 elaborando un plan espec\u00edfico para ello. Esto, que es de vital importancia, muchas veces se ignora dentro de la organizaci\u00f3n, porque \u00e9sta no dispone de los medios o recursos que se necesitan para desarrollarlo. Delegar en profesionales externos puede ser una soluci\u00f3n que repercutir\u00e1 en una mejora de la productividad, competitividad y de los resultados empresariales.<\/p>\n