Aunque los datos del \u00faltimo trimestre de la EPA muestran a Andaluc\u00eda como la primera regi\u00f3n espa\u00f1ola en crecimiento del empleo, no hay que caer en triunfalismo y hay que ser conscientes de la verdadera situaci\u00f3n. Ya que Andaluc\u00eda es la CC.AA. con mayores tasas de desempleo del Estado, muy por encima de la media espa\u00f1ola y sobre todo de la media europea. Por lo que para reducir nuestros diferenciales nos queda a\u00fan una amplia senda de mayor crecimiento. Pero incluso si profundizamos en las cifras de desempleo, observamos que todas las personas desempleadas no son iguales y que todos los grupos no acceden por igual al mercado de trabajo. Ya que, por ejemplo la tasa de desempleo femenina es casi el doble que la masculina. Y esta diferencia tiende a crecer, ya que por una parte la tasa de actividad masculina es muy superior a la femenina; y por otra, el ritmo de incorporaci\u00f3n de la mujer al mercado de trabajo no para de crecer. En general la mujer encuentra en todos los tramos de edad y para cualquier nivel formativo mayores dificultades para la b\u00fasqueda del empleo que el hombre. Pero estas dificultades se incrementan cuando adem\u00e1s de la discriminaci\u00f3n por g\u00e9nero se a\u00f1aden otras discriminaciones relacionadas con la etnia, la nacionalidad o la exclusi\u00f3n social. Estos grupos de mujeres, adem\u00e1s poseen otra serie de dificultades que se convierten en verdaderas barreras de entrada para la incorporaci\u00f3n al mercado de trabajo como son las cargas familiares no compartidas, la escasa formaci\u00f3n a excepci\u00f3n de las inmigrantes, la escasa experiencia laboral demostrada, etc. Y profundizando a\u00fan m\u00e1s, destacar dentro de estos grupos, las mujeres mayores de 40 a\u00f1os que quieren incorporarse o reincorporase al mercado laboral. Aparte de las barreras subjetivas, por parte del mundo empresarial y la sociedad en general, existen otras relacionadas con los perjuicios y la escasa valoraci\u00f3n social de muchas tareas que estas mujeres realizan en la econom\u00eda sumergida y que no est\u00e1n valoradas ni econ\u00f3mica ni socialmente. Entre estas tareas, destacar las actividades relacionadas con el cuidado de personas dependientes: menores, mayores y discapacidad. Aunque el objetivo principal de toda pol\u00edtica igualitaria debe ser eliminar las diferencias de g\u00e9nero en los sectores donde la mujer se encuentra subrepresentada. Es decir, aquellas actividades que tradicionalmente han sido copadas por hombres, y mejor valoradas tanto desde el punto de vista social como econ\u00f3mico. No hay que dejar de reconocer que queramos o no existen otros sectores a los que ya de por sin se han nombrado peyorativamente ‘nichos laborales’ que hoy en d\u00eda son una oportunidad a corto plazo para la incorporaci\u00f3n al mercado de trabajo de muchas mujeres que en ocasiones sufren otro tipo de discriminaciones adem\u00e1s de la de g\u00e9nero. Digamos que el sector de los cuidados a personas dependientes se est\u00e1n convirtiendo en unos de los principales yacimientos de empleo de las sociedades modernas, motivado principalmente por el incremento de la esperanza de vida y las enfermedades asociadas a la longevidad como el Parkinson y el Alzheimer, el incremento de la demanda de ocio y tiempo libre, la urbanizaci\u00f3n y sobre todo la incorporaci\u00f3n de la mujer al mercado de trabajo. Como dicen muchos autores y autoras se est\u00e1 produciendo un efecto sustituci\u00f3n entre mujeres que tradicionalmente se ocupaban de los cuidados de las personas dependientes y que se han incorporado al mercado de trabajo, dejando estas tareas a otras mujeres que lo realizan de manera profesional. Pero la realidad es que esta sustituci\u00f3n no se esta produciendo en las mejores circunstancias. Pues estas trabajadoras, ocupan dentro de la escala social y laboral una posici\u00f3n que no corresponde con la verdadera funci\u00f3n productiva que realizan. Estos trabajos se asocian a una escasa cualificaci\u00f3n, bajos salarios, econom\u00eda sumergida, pocos derechos sociales y diversos perjuicios relacionados con la discriminaci\u00f3n de g\u00e9nero ya que se asocia socialmente al trabajo feminizado con el trabajo menos productivo.<\/p>\n
Si adem\u00e1s nos centramos m\u00e1s concretamente en las actividades de cuidados de ni\u00f1os y ni\u00f1as, digamos que la discriminaci\u00f3n de g\u00e9nero se produce doblemente. Pues por una parte, es una de las principales barreras de entrada o de consolidaci\u00f3n de la mujer en el mercado laboral, existiendo una relaci\u00f3n casi directa de la incorporaci\u00f3n de \u00e9sta y la reducci\u00f3n de la natalidad; y por otra, las mujeres que se ocupan profesionalmente de estas tareas, lo hacen en malas condiciones laborales. Por todo ello, dejando claro de nuevo, que el principal objetivo debe ser la igualdad real de hombres y mujeres en todas las actividades del mercado laboral, no hay que dejar de actuar en estos sectores laborales interviniendo desde varios puntos:<\/p>\n
1. Potenciando una corresponsabilidad real en las tareas de cuidado de personas dependientes entre hombres y mujeres. S\u00f3lo haciendo consciente a toda la sociedad de la verdadera importancia de estas tareas podremos eliminar cierto tipo de perjuicios sociales asociados a estas profesiones. Pero esta corresponsabilidad hay que trabajarla en dos frentes. Uno en el de la concienciaci\u00f3n dentro del hogar y la familia de que el cuidado de las personas dependientes es cosa de los dos g\u00e9neros. Y otra, en el mercado laboral, intentado una paridad en todos los sectores productivos tanto en los de cuidado de personas como en los que la mujer esta subrepresentada.<\/p>\n
2. Una profesionalizaci\u00f3n de los servicios, proporcionado formaci\u00f3n y cualificaci\u00f3n a las personas que trabajan en el sector de cuidados.<\/p>\n
3. Una dignificaci\u00f3n del sector, luchando contra la econom\u00eda sumergida y las malas condiciones laborales.<\/p>\n
4. Y sobre todo un incremento en el gasto p\u00fablico social relacionado con el cuidado de personas. Espa\u00f1a ocupa los lugares de cola de la Uni\u00f3n Europea, en lo referente al gasto publico per c\u00e1pita en el cuidado de personas dependientes.
S\u00f3lo as\u00ed podremos conseguir una sociedad mas justa desde el punto de vista econ\u00f3mico y social, adem\u00e1s de incrementar nuestras cuotas de bienestar. <\/p>\n