Los resultados de las elecciones municipales y auton\u00f3micas celebradas el 22 de mayo han supuesto una rotunda victoria del Partido Popular (PP) en casi todas las capitales de provincias y autonom\u00edas. En el caso de Andaluc\u00eda ha sido un arrollador triunfo del PP y ha hecho trizas algunos de los mitos sobre los supuestos l\u00edmites de esta formaci\u00f3n. Va a gobernar con mayor\u00eda absoluta en 11 de las 12 poblaciones que superan los m\u00e1s de 100.000 habitantes; gana con claridad en 12 de los 17 municipios que tienen entre 50.000 y 100.000 habitantes y una subida espectacular en las 52 ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitante; adem\u00e1s de dominar, por mayor\u00eda absoluta, en 5 de las 8 Diputaciones provinciales. En suma, una victoria clara y rotunda que le convierte en una alternativa real de cara al las elecciones auton\u00f3micas del pr\u00f3ximo a\u00f1o.<\/p>\n
La crisis econ\u00f3mica, su gesti\u00f3n y la incapacidad del modelo socialdem\u00f3crata para gestionarla ha sido el detonante de esta debacle electoral. As\u00ed, cuando estalla la mayor crisis econ\u00f3micas sist\u00e9mica de la historia reciente, en lugar de aprovecharla para depurar los elementos t\u00f3xicos de nuestro sistema econ\u00f3mico a favor de una regeneraci\u00f3n productiva, emprendedora, innovadora, \u00e9tica y medioambiental sostenible, los socialistas y su presidente (ZP) se enrocan en posiciones absurdas, alejadas de la percepci\u00f3n mayoritaria de la sociedad, convencidos en el fondo, de que no requer\u00eda mayores esfuerzos que dejar pasar el tiempo aparentando que se hac\u00edan cosas, como la aprobaci\u00f3n de medidas y m\u00e1s medidas o la negociaci\u00f3n de los Pactos de Zurbano.<\/p>\n
El problema no ha sido la crisis mundial, sino la gesti\u00f3n de esa crisis, en la que el Gobierno ha pasado por tres etapas: negaci\u00f3n, intentar espantarla con medidas perif\u00e9ricas y, por \u00faltimo, asumir un plan de ajuste impuesto desde fuera que repart\u00eda los sacrificios de manera desigual e injusta entre la sociedad espa\u00f1ola. El propio presidente Zapatero ha reconocido haber cometido dos errores: tardar en reconocer la crisis y no estar preparado para una legislatura protagonizada por una recesi\u00f3n tan profunda. Adem\u00e1s de haber olvidado que la pol\u00edtica democr\u00e1tica, a diferencia de la aristocr\u00e1tica, tiene que ser algo \u00fatil y participativo, es decir, algo que debe resolver los problemas de los ciudadanos y con los ciudadanos.
\nLa situaci\u00f3n econ\u00f3mica espa\u00f1ola es muy delicada (cinco millones de parados, deuda creciente y vigilancia continua de los mercados) y la capacidad de maniobra del Gobierno empieza a ser limitada. Ante esta situaci\u00f3n el Gobierno tiene que reaccionar llevando a cabo las reformas puestas en marcha, incluso profundiz\u00e1ndolas, para dar confianza a los agentes econ\u00f3micos, a los ciudadanos y a los mercados sobre la fortaleza de la econom\u00eda espa\u00f1ola; y el PP tiene que gobernar su victoria con mesura aplicando su programa econ\u00f3mico en los ayuntamientos y en las Comunidades Aut\u00f3nomas donde los ciudadanos los haya elegido para gobernar.<\/p>\n
De la responsabilidad pol\u00edtica de ambos partidos, en un momento tan dif\u00edcil y trascendental para el pa\u00eds y sus ciudadanos, depende el futuro econ\u00f3mico y el bienestar acumulados durante tres d\u00e9cadas. Por tanto, ambas formaciones pol\u00edtica deben de administrar con prudencia y sabidur\u00eda el 22-M: el PP su abrumadora victoria y el PSOE su aplastante derrota. El futuro nos va en ello.<\/p>\n