{"id":48535,"date":"2014-02-18T16:16:32","date_gmt":"2014-02-18T16:16:32","guid":{"rendered":"http:\/\/www.agendaempresa.com\/?p=48535"},"modified":"2018-01-09T19:15:19","modified_gmt":"2018-01-09T18:15:19","slug":"sociedad-de-alta-ganancia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.agendaempresa.com\/48535\/sociedad-de-alta-ganancia\/","title":{"rendered":"Sociedad de alta ganancia"},"content":{"rendered":"<p>Dec\u00eda Wittgenstein en un aforismo de su Tractatus que el mundo no es el conjunto de todas las cosas, sino de los todos hechos. Aunque las cosas mantengan su apariencia, vivimos el hecho de una transformaci\u00f3n sin precedentes. El escenario es el de una estabilidad en Occidente favorecida por el final de la guerra fr\u00eda y la formaci\u00f3n de la Uni\u00f3n Europea. El gui\u00f3n de la obra lo marca un espectacular avance tecnol\u00f3gico ausente de signos de agotamiento. A los actores, el gui\u00f3n nos ha catapultado hacia una sociedad que apenas se reconoce en las trazas de su pasado.<\/p>\n<figure id=\"attachment_48536\" aria-describedby=\"caption-attachment-48536\" style=\"width: 277px\" class=\"wp-caption alignright\"><a href=\"http:\/\/www.agendaempresa.com\/sociedad-de-alta-ganancia\/fabio-gomez\/\" rel=\"attachment wp-att-48536\"><img loading=\"lazy\" class=\"size-full wp-image-48536\" alt=\"Fabio G\u00f3mez \" src=\"http:\/\/www.agendaempresa.com\/wp-content\/uploads\/Fabio-G\u00f3mez.jpg\" width=\"277\" height=\"269\" srcset=\"https:\/\/www.agendaempresa.com\/wp-content\/uploads\/Fabio-G\u00f3mez.jpg 277w, https:\/\/www.agendaempresa.com\/wp-content\/uploads\/Fabio-G\u00f3mez-205x200.jpg 205w\" sizes=\"(max-width: 277px) 100vw, 277px\" \/><\/a><figcaption id=\"caption-attachment-48536\" class=\"wp-caption-text\">Fabio G\u00f3mez<\/figcaption><\/figure>\n<p>\u00bfQu\u00e9 tecnolog\u00edas han sido las culpables de la transformaci\u00f3n? Sin duda las de la Informaci\u00f3n y Comunicaciones, toda vez que han dinamitado las barreras globales en los pocos a\u00f1os posteriores al cambio de milenio. Barreras al conocimiento, al intercambio cultural, a la propagaci\u00f3n de noticias, al comercio, a las finanzas, a la acci\u00f3n pol\u00edtica, a la cooperaci\u00f3n, etc. Acaso reconocemos en este proceso una tercera revoluci\u00f3n industrial. En el pasado el mundo fue un organismo dotado de un acompasado aparato circulatorio que distribu\u00eda recursos y noticias pausadamente entre s\u00edstole y di\u00e1stole. Hab\u00eda cierta centralizaci\u00f3n, pero cada \u00f3rgano desempe\u00f1aba su funci\u00f3n metab\u00f3lica con la \u00fanica condici\u00f3n de un flujo sangu\u00edneo sostenido. Repentinamente, toda la anatom\u00eda ha colapsado en un solo \u00f3rgano, un cerebro ultrarr\u00e1pido que mantiene todas sus partes dependientes del resto, una red neuronal de alto grado de interconexi\u00f3n. Esto ha complicado enormemente el mantenimiento del conjunto. Ya no funcionan tratamientos localizados ni trasplantes, pues no distinguimos las partes del todo. Abusando de esta met\u00e1fora, con el inicio de la democracia los andaluces nos cre\u00edamos un ser vivo autosuficiente. El ingreso de Espa\u00f1a en la UE nos releg\u00f3 a la condici\u00f3n de \u00f3rgano, que asumimos sin temor pues nos acog\u00eda un organismo c\u00e1lido y bien irrigado. La crisis nos ha sacado de nuestro feliz estado mitocondrial y hemos despertado convertidos en neurona de aquel sistema nervioso. Nos sabemos interconectados y toda la vida pasa por las interconexiones. Estas conexiones se manifiestan en numerosos factores econ\u00f3micos: la prima de riesgo, la internacionalizaci\u00f3n de nuestras empresas, la expatriaci\u00f3n de nuestros profesionales o la participaci\u00f3n en las implantaciones locales de multinacionales. Sin embargo, la revoluci\u00f3n de las comunicaciones ha acarreado otro fen\u00f3meno m\u00e1s sutil que en el mundo de la ingenier\u00eda recibe el nombre de realimentaci\u00f3n de alta ganancia. Se trata de cambios profundos en las din\u00e1micas socioecon\u00f3micas como consecuencia de la reducci\u00f3n dr\u00e1stica de los tiempos de acci\u00f3n y reacci\u00f3n de los agentes econ\u00f3micos interconectados a escala global. La sociedad ya no obedece a las mismas leyes.<\/p>\n<p>Esto se puede ilustrar con un experimento casero: tratemos de llenar un peque\u00f1o vaso hasta un nivel deseado. En pocos segundos bajo un grifo lo lograremos, con cierta precisi\u00f3n. Intent\u00e9moslo ahora con una potente manguera: el exceso de caudal nos impedir\u00e1 controlar el nivel y cuando se corte el vaso quedar\u00e1 casi vac\u00edo. La burbuja inmobiliaria cuyo pinchazo nos asola responde a este patr\u00f3n: se inicia con un desequilibrio de mercado (vaso vac\u00edo) debido a cambios regulatorios, precios de la vivienda inferiores a nuestro entorno y tipos de inter\u00e9s bajos. En condiciones normales, esto suscitar\u00eda una movilizaci\u00f3n de capital (caudal l\u00edquido) que har\u00eda subir los precios hasta nuevos niveles de equilibrio entre oferta y demanda (vaso lleno). Sin embargo, la interconexi\u00f3n global y la inmediatez de reacci\u00f3n de los mercados financieros, debidas al nuevo contexto tecnol\u00f3gico, hacen que se movilice una cantidad incontrolada de capitales de origen global en forma de pr\u00e9stamos baratos, produci\u00e9ndose un inevitable desbordamiento del vaso, con la sorpresa de que cuando el suministro se corta, \u00e9ste vuelve a quedar vac\u00edo.<\/p>\n<p>En resumen, el cambio tecnol\u00f3gico del milenio ha tra\u00eddo mucho m\u00e1s que bendiciones como Internet, multiculturalidad o avances democr\u00e1ticos. Las comunicaciones han fusionado lo que antes era independiente, en tiempo y en espacio. Este mundo fuertemente interconectado ya no puede funcionar igual que antes. No podemos esperar las mismas respuestas a los est\u00edmulos. En ausencia de retenes a estos procesos acelerados, una nueva manera de ver la econom\u00eda y la pol\u00edtica debe imponerse. Ignoro si podremos terminar por controlar los cambios, pues los problemas no solo han cambiado: han crecido en complejidad. Pero lo indudable es que no basta la acci\u00f3n local: hacen falta fuertes consensos internacionales.<\/p>\n<p><strong>Fabio G\u00f3mez-Estern Aguilar, director de la Escuela de Ingenier\u00eda de la Universidad Loyola Andaluc\u00eda<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Dec\u00eda Wittgenstein en un aforismo de su Tractatus que el mundo no es el conjunto de todas las cosas, sino de los todos hechos. Aunque las cosas mantengan su apariencia, vivimos el hecho de una transformaci\u00f3n sin precedentes. 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