Con tanta prejubilaci\u00f3n, expedientes de regulaci\u00f3n y subasta de buenos trabajadores, parece que nos estamos quedando desnudos del talento que vest\u00eda de valores a las empresas, y es que el nuevo empleo est\u00e1 entrando en el mercado de los j\u00f3venes fichajes a mitad de precio y muchas empresas est\u00e1n dispuestas a jugar al patr\u00f3n persona\/unidad de coste, incluso a riesgo de perder valor a\u00f1adido. <\/p>\n
Podr\u00edamos deducir que en esta lucha para estar entre los 40 principales, me refiero a empresas que ganan dinero, en la mayor\u00eda, cuenta mucho m\u00e1s mantener la cuota de mercado y el ‘semi-monopolio’ que ayuda a mantener un pesebre de consumidores adictos que reconquistar a antiguos clientes capaces de asumir el riesgo del cambio. <\/p>\n
Por eso, dejando aparte las multinacionales, la administraci\u00f3n y los grandes empleadores, vale la pena apostar de futuro por todas aquellas pymes que son las que soportan de verdad el pa\u00eds y que al fin y al cabo, garantizan la diversidad. <\/p>\n
Para estos nuevos empresarios, el discurso consiste en avanzar hacia la sociedad del conocimiento, apostando por trabajadores realmente implicados, \u00e9sos que aportan actitud y conocimiento y a los que hay que tratar bien porque sino se nos ir\u00e1n. <\/p>\n
No es f\u00e1cil sobrevivir ante el cruel magnetismo del marketing porque atonta y llega a acomplejar. Tambi\u00e9n te provoca cuando un d\u00eda te miras al espejo y descubres que los pantalones con pliegue quedan mal, te venden im\u00e1genes triunfales que asocian la camisa fuera del pantal\u00f3n y el jersey desali\u00f1ado con el modernismo. Incluso desaf\u00edan los principios de la est\u00e9tica de siempre combinando azules con verdes y camisas rayadas con rayas de corbata y acaban convirtiendo en h\u00e9roes populares a gente cuyo mayor m\u00e9rito consiste en exprimir sin verg\u00fcenza sus frustraciones. <\/p>\n
Si hemos llegado a cambiar el concepto de comunicaci\u00f3n por los tele-mensajes, el m\u00f3vil y las consolas, no debe extra\u00f1arnos que muchas empresas que controlan la econom\u00eda, aspiren a vaciarnos los bolsillos con multiofertas medi\u00e1ticas que llegan a eliminar la presencia de un vendedor para evitar cualquier compromiso con el cliente. Ante esta perspectiva dura pero realista, los que llevamos 40 a\u00f1os trabajando podr\u00edamos decir algunas cosas: la primera es que las empresas o trabajadores que s\u00f3lo piensen en competir por costes no sobrevivir\u00e1n. <\/p>\n
La segunda es que, en la medida en que crecen los consumidores, ya que acabamos de incorporar a esta n\u00f3mina otros 80 millones de europeos, tenemos m\u00e1s posibilidades de construir un concepto de empresa igualmente rentable pero m\u00e1s social simplemente buscando trabajadores que act\u00faen como personas. La tercera es que adem\u00e1s del sueldo y los incentivos, mucha gente quiere trabajar para una cultura, tener un jefe y unos colegas con los que se lleve bien y creer que lo que hace todos los d\u00edas sirve para algo, o sea, que todos aspiramos al reconocimiento y al afecto y a que nos paguen justamente. <\/p>\n
Por \u00faltimo dir\u00eda que en el futuro buscamos ser bien tratados y nos gustar\u00eda seguir a empresarios que saben d\u00f3nde van porque cualquier trabajador prefiere ser c\u00f3mplice de un proyecto antes que un simple mercenario quiz\u00e1s porque cree que un trabajo es mucho m\u00e1s que un empleo. <\/p>\n