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Los celos han formado parte de las relaciones humanas desde que tenemos conciencia de nuestros propios sentimientos. En la celotipia o enfermedad de celos, se produce una especie de paranoia. El celoso percibe una realidad distorsionada que le lleva a pensar que jam\u00e1s se equivoca y nada ni nadie podr\u00e1 convencerle de lo contrario. <\/p>\n
Si \u00e9l o ella est\u00e1 convencido de que su pareja le quiere enga\u00f1ar, o de que su jefe favorece al compa\u00f1ero, en el caso de los celos profesionales, no habr\u00e1 modo de convencerle de lo contrario; todo lo que ocurra a su alrededor servir\u00e1 para confirmar su pensamiento. <\/p>\n
En la mente del celoso encontramos una gran dependencia afectiva, falta de seguridad en su puesto de trabajo y baja autoestima. En muchos casos se ha comprobado que es debido a una falta de afectividad en la infancia por separaci\u00f3n de alguno de los progenitores, especialmente de la madre. A veces no ha habido una ausencia real de los padres, sino una percepci\u00f3n subjetiva de sentirse abandonado, olvidado, desatendido. <\/p>\n
La obsesi\u00f3n por la posible p\u00e9rdida del ser querido o del aprecio de su superior lleva a estos individuos a ser posesivos, considerando a su pareja o a la persona deseada como un objeto de su propiedad. As\u00ed tratar\u00e1n de controlar todos sus movimientos, ejerciendo una presi\u00f3n asfixiante para la v\u00edctima de los celos. La falta de asertividad y autoestima hacen que perciban a cualquier otra persona que se acerque a su propiedad como un rival en potencia. El simple pensamiento de perder su tesoro les produce una sensaci\u00f3n de ansiedad que puede degenerar en arranques violentos.<\/p>\n
En cuanto a la controversia de si son m\u00e1s celosos hombres o mujeres, se ha constatado que la celotipia afecta por igual a ambos sexos. Sin embargo, seg\u00fan los estudios de Malach, publicados en el 2002, la manera en la que ambos reaccionan ante los celos es diferente. Mientras que en los hombres predominan las actitudes agresivas, las mujeres lo hacen con s\u00edntomas depresivos y amenazas de suicidio. Este tipo de comportamiento que a\u00fana posesi\u00f3n y agresividad se ha tomado como modelo para explicar muchos de los casos de la violencia dom\u00e9stica que se ha convertido en la lacra del siglo.<\/p>\n
Pero, \u00bfc\u00f3mo liberarse de esta infernal realidad creada por el cel\u00f3pata? Muchas v\u00edctimas del individuo celoso, tanto como pareja o compa\u00f1ero de trabajo, tratan de apaciguar la ansiedad del enfermo accediendo a sus exigencias. En el caso de la pareja se deja de ir a determinados lugares, se viste de la manera que el celoso exige, se evita hacer o recibir determinadas llamadas. Si se trata de celos laborales, la v\u00edctima puede evitar determinados halagos a los potenciales rivales, incentivar al celoso, etc. Todo ser\u00e1 in\u00fatil y no har\u00e1 m\u00e1s que empeorar la situaci\u00f3n haciendo que el sujeto se vuelva a\u00fan m\u00e1s exigente.<\/p>\n
La \u00fanica soluci\u00f3n posible empieza cuando es el sufrimiento del propio enfermo lo que le obliga a buscar la ayuda de un profesional. En la mayor\u00eda de los casos se podr\u00e1 comprobar que los celos no son m\u00e1s que un s\u00edntoma de una patolog\u00eda m\u00e1s severa o el resultado de una carencia afectiva por una falta de habilidades sociales.<\/p>\n
Sea por lo que fuere, lo cierto es que resulta imposible luchar en soledad contra esta enfermedad que llega a convertir a quien la padece en un vampiro emocional.<\/p>\n