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Cansado ya de desayunarme con alg\u00fan alcalde metido hasta las trancas donde no debi\u00f3 nunca meterse, con una oscura cohorte de presuntos gestores urban\u00edsticos y otros especimenes que asustar\u00edan al mism\u00edsimo Al\u00ed Bab\u00e1; harto ya, hasta el extremo del sonrojo, de tropezarme a diario con noticias que demuestran -presuntamente, claro est\u00e1- que el servir al pueblo se est\u00e1 convirtiendo en un servirse del pueblo, este verano he optado por la literatura, la de ficci\u00f3n, la de las novelas, m\u00e1s sana, desde luego, que la de la actualidad que da un miedo de mil pares de narices. Y abriendo un par\u00e9ntesis de tregua y descanso psicol\u00f3gico, confieso que he navegado a gusto por ese rico mar que son los libros. <\/p>\n
Al fin y al cabo he paliado esta crisis de hartazgo que me trajo un a\u00f1o entero al pie de la noticia, con la ficci\u00f3n, con un viaje a tierras, a historias, a dimensiones diferentes a las que d\u00eda a d\u00eda me golpean. En cierto modo, he imitado al gobierno en eso de paliar la crisis. Y no es que me haya ido a descansar a Do\u00f1ana, que la verdad es que este a\u00f1o me ha tocado -por idem de lo mismo- quedarme a pasar el per\u00edodo de descanso en los cuarteles de invierno que no son otros que la casa en la que vivo. Pero, como todo en la vida, hab\u00eda que volver, no s\u00e9 si como dice el tango "con la frente marchita, las nieves del tiempo te\u00f1iendo mi sien", o con la frente despejada por cierto descanso reparador, porque por lo que a las nieves respecta, no s\u00f3lo ti\u00f1en mi sien desde hace algunos a\u00f1os, sino que abundan en el resto de la cabeza. Y aqu\u00ed estamos, con algunos libros de m\u00e1s le\u00eddos, m\u00e1s horas con la familia, m\u00e1s chapuzas en el hogar que reclamaban mi atenci\u00f3n desde hac\u00eda meses, pero asomado a una situaci\u00f3n bastante parecida a la dejada. Y con la sensaci\u00f3n que Le\u00f3n Felipe describ\u00eda en uno de sus magn\u00edficos poemas, "Yo s\u00e9 muy pocas cosas, es verdad. \/ Pero me he dormido con todos los cuentos… \/ Y s\u00e9 todos los cuentos". Porque a pesar del verano y la distancia, de la descongesti\u00f3n neuronal, de la desintoxicaci\u00f3n del mes de tregua, los cuentos -"Digo tan s\u00f3lo lo que he visto", escribir\u00eda Le\u00f3n Felipe- siguen siendo los mismos. O lo que es peor: aunque cambien de argumento, siguen siendo cuentos.<\/p>\n
Y como esto no es una obra de narrativa, no es una novela, aunque algunos pretendan hac\u00e9rnoslo creer, las cosas -lo que veo-\u00a0 no pintan bien aunque el autor se empe\u00f1e en manipular el final y reconducir el ascua a no s\u00e9 qu\u00e9 sardina. A mitad del verano y para que la gente no se olvide que los padres de la patria no descansan y para acallar los gritos que llegaban al cielo desde los que se quedaban sin vacaciones, perd\u00edan el trabajo en pleno est\u00edo, no les alcanzaba para pagar la hipoteca, pasaban del restaurante a la neverita con el bocata de chorizo en la orilla del mar y cambiaban el apartamento en la playa por la casa de los padres en el pueblo -que sal\u00eda m\u00e1s barata- o del aire acondicionado al abanico, pues van y se re\u00fanen para decirnos que "estamos en ello". Y nos dan una lista que parece torpe. A las ya tomadas, que nadie ha sido capaz de enumerar con claridad, se a\u00f1ad\u00edan otras. M\u00e1s medidas para paliar una crisis. As\u00ed que estamos al mismo punto. Pero, con una perspectiva a\u00fan peor, porque las dificultades no han disminuido, sino que han crecido. As\u00ed que m\u00e1s medidas, y yo empiezo a perderme, como cualquier ciudadano con dos dedos de frente. Ya no s\u00e9 si son 24, 35, o 43, o vaya usted a saber. Y mi amigo Felipe, el del tabanco, que me pregunta: \u00bft\u00fa quienes crees que est\u00e1n trabajando m\u00e1s, los t\u00e9cnicos del Ministerio de Econom\u00eda o los asesores de market\u00edng y comunicaci\u00f3n? Porque se anuncia mucho viento, pero las aspas del molino no se mueven ni un mil\u00edmetro. Y yo no le respondo. Algo hemos ya avanzado -o retrocedido, seg\u00fan se mire-, el Gobierno reconoce que 2008 y 2009 "ser\u00e1n dos a\u00f1os complicados" desde la perspectiva econ\u00f3mica y a\u00f1ade que ser\u00e1 "imprescindible" adoptar medidas de austeridad fiscal, aunque reiter\u00f3 su confianza en la capacidad de la econom\u00eda para superar las dificultades."Menos da una piedra", como dec\u00eda mi abuela. Que, aunque no consuele el diagn\u00f3stico, por lo menos sabemos la gravedad del enfermo y podemos medicarlo. <\/p>\n
Y la traca final, en la nota que difundi\u00f3 el Ministerio: "El Gobierno quiere transmitir un mensaje de confianza a los ciudadanos con el convencimiento de que se est\u00e1n adoptando todas las medidas y aunando todos los esfuerzos para superar la situaci\u00f3n de dificultad que afecta a la econom\u00eda de nuestro pa\u00eds". El presidente fue m\u00e1s contundente -a lo mejor me lo pareci\u00f3 a m\u00ed por el vicio adquirido este verano, de leer novelas- que dijo que de la zona euro somos los que menos padecemos la crisis. (\u00bfQu\u00e9 nos contar\u00e1n el 28 de diciembre?). A ver c\u00f3mo vamos a convencer al semanario brit\u00e1nico "The Economist" que en uno de sus \u00faltimos n\u00fameros dice que el deterioro de la econom\u00eda espa\u00f1ola es capaz de arrastrar hacia abajo al resto de pa\u00edses de la Uni\u00f3n Europea, o al diario "The New York Times" que se\u00f1ala que Espa\u00f1a probablemente sufrir\u00e1 "lo m\u00e1s duro del par\u00f3n econ\u00f3mico" internacional, ya que la econom\u00eda espa\u00f1ola est\u00e1 "de resaca inmobiliaria", tras haber abusado de ese sector.<\/p>\n