DIA registró entre enero y marzo unas pérdidas de 144 millones de euros comparadas con los número rojos de 16,2 millones que registró en las cuentas re-expresadas del mismo periodo de 2018, y confirmando sus previsiones.
Como consecuencia de las pérdidas, los fondos propios consolidados de la compañía empeoraron hasta un valor negativo de 308,5 millones a final de marzo de 2019, con fondos propios negativos de 174,9 millones en la compañía matriz (lo que compara con unos fondos propios negativos de 99 millones a final de 2018).
Las ventas brutas en España descendieron un 3,5%, hasta los 1.166 millones, mientras que las ventas netas también descendieron en el mismo porcentaje durante el período debido a la “mala evolución” de las ventas comparables (-4,4%) mientras que el área de venta en el período permaneció prácticamente estable.
La deuda neta total a final de marzo sumaba un total de 2.378 millones, de los cuales 675,5 millones corresponden a la nueva aplicación del estándar contable IFRS 16. Por lo tanto, la
deuda financiera neta fue de 1.702 millones a final de marzo de 2019, 250,6 millones más que a finales del 2018.
“Frágil situación”
“El actual contexto de deterioración de la parte superior de la cuenta de resultados y disminución de ventas como resultado de la incertidumbre que rodea a la estructura de capital”, apunta la cadena, “es extremadamente desafiante para las operaciones y sostenibilidad de la compañía, lo que unido a la cercana fecha límite (20 de mayo de 2019) para resolver la situación del patrimonio neto negativo y el vencimiento del préstamo sindicado de deuda (31 de mayo de 2019), expone a la compañía a una frágil posición”.
De esta forma, explica que la eventual combinación en el corto plazo de la toma de control de la compañía por LetterOne tras la finalización del OPA (cuyo periodo de aceptación concluyó el 13 de mayo de 2019), un acuerdo entre LetterOne y los acreedores sobre la refinanciación a largo plazo del préstamo sindicado, y la ejecución de la ampliación de capital por 500 millones aprobada en la última Junta General de Accionistas, “debería mitigar la incertidumbre existente, eliminar la inquietud de los proveedores y dotar de las bases necesarias para el exitoso cambio comercial de la Compañía”.
“Sin embargo”, continúa, “si alguno de los elementos requeridos para estabilizar la estructura de capital y liquidez de la compañía en el muy corto plazo no suceden a su debido tiempo, la situación podría deteriorarse rápidamente y la compañía podría verse forzada a presentar concurso de acreedores y/o iniciar el proceso de liquidación”.