El Anuario de Dircom es uno de los documentos tradicionales sobre el estado de la comunicación y sus tendencias que, gracias a los profesionales, las empresas y las organizaciones que la desarrollan y la protagonizan, se ha convertido en una referencia imprescindible.

Desde la perspectiva se puede ver cómo está siendo la evolución de la comunicación en un momento histórico de cambio como este y, en especial, del papel que juegan los directores de comunicación.

En otras ocasiones, he hecho referencia en esta columna a la función, capacidades y condiciones que debe tener un buen director de comunicación, sobre el avance del conocimiento (práctica y formación); las habilidades (adaptación y liderazgo) y los valores (profesionalidad y honestidad) y como en cualquier otro ámbito, todo esto se encuentra en transformación permanente. Una transformación que redimensiona la figura del dircom de la misma manera continua y que le otorga un papel cada vez más relevante en las empresas y las organizaciones que están alineadas con los tiempos que les ha tocado vivir.

Por tanto, resulta relevante -y siempre muy didáctico- reflexionar sobre la actualización de las capacidades del dircom para entender esa redimensión de su figura y ser conscientes -entendiendo y actuando en consecuencia- del auténtico valor de la comunicación. En este sentido, la nueva edición del Anuario de Dircom, recoge -a través de once profesionales (personas)- las once capacidades para gestionar eficazmente la comunicación. Capacidades agrupadas en tres categorías, “comunicativas, organizativas y profesionales” y divididas, a su vez, en 37 subcategorías. Los ítems corresponden al estudio Global Capabilities Framework, de Global Alliance (la organización internacional de comunicadores en la que se integra Dircom) y la universidad británica de Huddersfield.

Esta es su enumeración, a partir de cada categoría.

1. Alinear las estrategias de comunicación con el propósito y los valores de la organización (comunicativa). La coherencia y la coordinación para que la comunicación sea realmente eficaz y, por tanto, aporte resultados tangibles y medibles.

2. Identificar y gestionar proactivamente los problemas de comunicación (comunicativa). Saber contar, saber abrir relaciones, identificar las oportunidades y saber dar respuestas.

3. Realizar investigación formativa y evaluativa para respaldar las estrategias y tácticas de comunicación (comunicativa). Investigar, innovar, analizar y, por encima de todo, evaluar y medir.

4. Comunicar efectivamente a través de un amplio rango de plataformas y tecnologías (organizativa). Conocer los canales y herramientas y las posibilidades que ofrecen para una buena comunicación.

5. Facilitar relaciones y construir credibilidad con los grupos de interés internos y externos y las comunidades (organizativa). Identificar, analizar y escuchar. Fuera, y muy especialmente, dentro de las empresas y las organizaciones.

6. Construir y fortalecer la reputación de la organización (organizativa). La ética y coherencia de los discursos y los hechos. La credibilidad.

7. Proveer a la dirección de inteligencia contextual (organizativa). La comprensión global, la contextualización, la anticipación y el liderazgo gracias a la comunicación.

8. Aconsejar y actuar como un asesor con credibilidad para la organización (profesional). Ganarse la confianza a través de la profesionalidad, la personalidad y los valores. De la misma manera, dentro y fuera.

9. Ofrecer liderazgo organizacional (profesional). Ser la voz y el portavoz autorizados y solventes de la empresa u organización. Igualmente dentro y fuera. La credibilidad es imprescindible.

10. Trabajar en un marco ético de referencia en representación de la organización (profesional). La ética como principio rector de comportamiento individual y profesional para que sea ese mismo principio rector que mueva al conjunto de la empresa y la organización. El respeto a las personas y la honestidad corporativa son las mejores armas preventivas en un mundo cuya desinformación y manipulación es una extraordinaria amenaza.

11. Desarrollarse a uno mismo y a los demás, incluyendo formación profesional continuada (profesional). Lo último, pero no lo menos importante. La mejor capacidad profesional es la formación permanente propia y promover la ajena y colectiva.

 

Francisco J. Bocero WEB Francisco Bocero

Gerente de Dircom Andalucía

@PacoBocero

 

Artículo incluido en el número de septiembre de la revista Agenda de la Empresa