Se prevé que la facturación del sector mantenga a corto plazo un crecimiento muy moderado, en un contexto de ralentización del gasto de las familias en bienes de consumo. Para el cierre de 2019 se estima un volumen de negocio en el conjunto del mercado ibérico cercano a los 107.500 millones de euros, un 0,6% más que en 2018.

En este marco, la presión sobre los precios y la rentabilidad del sector aumentará a corto plazo, pese a la tendencia al alza del consumo de algunos productos con mayores márgenes, como comidas preparadas y alimentos premium y ecológicos. La orientación de la demanda hacia compras más frecuentes y de menor importe continuará favoreciendo el crecimiento de las ventas de los supermercados de proximidad.