En sus recientes Proyecciones de Otoño, la Comisión Europea ha revisado a la baja sus perspectivas de crecimiento para el conjunto de este año y 2020, en una y dos décimas, respectivamente, hasta situarlas en el 1,1% y 1,2%. Pese a que la economía europea crece por séptimo año consecutivo y los niveles de desempleo continúan descendiendo, el entorno exterior es mucho menos favorable y las incertidumbres se intensifican, lo que está afectando especialmente al sector manufacturero. En este sentido, parece que la economía europea se dirige hacia un periodo prolongado de débil crecimiento económico e inflación.

Pese a estas proyecciones, los riesgos siguen inclinándose a la baja. En este sentido, la elevada incertidumbre en torno a la política comercial de EE. UU. y la capacidad de la Organización Mundial del Comercio para mantener el sistema multilateral de comercio, así como las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, y sus repercusiones sobre el precio del petróleo, podrían pasar factura al crecimiento en los dos próximos años, sin olvidar los efectos de un Brexit desordenado. A esto habría que unir otros factores de carácter más estructural como el envejecimiento de la población, la baja productividad, la desaceleración de la economía china, las propias tendencias proteccionistas e incluso el posible impacto del cambio climático y las catástrofes naturales. Sin embargo, también es cierto que una resolución antes de lo previsto de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, nuevas medidas que impulsen más de lo previsto el crecimiento de China o un tono más expansivo de la política fiscal en Europa tendría un impacto positivo sobre el crecimiento. No obstante, hay que recordar que hay países de la UE sin margen presupuestario y elevados niveles de deuda.

También las previsiones de crecimiento de la economía española han sido revisadas a la baja, tanto por la Comisión Europea, que las sitúa en el 1,9% y 1,5% para 2019 y 2020, respectivamente, cuatro décimas por debajo de lo previsto en julio, como por el Panel de Previsiones de Funcas, lo que en parte también se explica por la Revisión Estadística de la Contabilidad Nacional realizada recientemente por el INE. Precisamente, los últimos datos publicados de la Contabilidad Nacional Trimestral de España señalan que el PIB ha crecido un 0,4% en el tercer trimestre, una tasa similar a la del trimestre anterior, manteniéndose la tasa de crecimiento interanual en el 2% (1,1% en la Zona Euro), aunque la composición de este crecimiento ha sido algo distinta a la del segundo trimestre.

La aportación de la demanda interna ha aumentado hasta los 1,8 puntos porcentuales (p.p.), debido a la aceleración de sus principales componentes, especialmente del gasto en consumo de los hogares (1,5% frente al 0,6% del trimestre anterior) y la inversión en maquinaria y bienes de equipo, que ha pasado de descender un 2,2% en el segundo trimestre a crecer un 5,6%, en tanto que la inversión en viviendas y construcción ha disminuido. Por el contrario, la aportación de la demanda externa se ha reducido hasta los 0,2 p.p., debido al repunte en las importaciones tras el descenso registrado en el trimestre previo, ya que las exportaciones continúan creciendo. En cuanto a la oferta, el valor añadido bruto ha crecido en los principales sectores, destacando los incrementos en la construcción y los servicios (2,4%).

Por su parte, la economía andaluza podría crecer en la segunda mitad del año a una tasa cercana al 2%, según se ha señalado desde la Consejería de Economía, teniendo en cuenta el desfavorable contexto exterior. A este respecto, las últimas cifras de la Contabilidad Regional Trimestral del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía reflejan que el PIB andaluz ha crecido en el tercer trimestre un 0,4%, una tasa similar a la del segundo trimestre, registrándose un crecimiento del 2,1% en términos interanuales, algo inferior al de trimestres anteriores y al crecimiento del conjunto del pasado año, que ha sido revisado recientemente hasta el 2,3% (0,1 p.p. inferior al estimado anteriormente).

Desde el lado de la demanda, la aportación de los componentes internos se ha incrementado hasta los 1,6 p.p., debido al mayor crecimiento del gasto en consumo, especialmente de los hogares, cuya tasa de variación ha repuntado hasta el 1,2%, ya que la inversión ha crecido a un ritmo similar al de los tres meses anteriores. Sin embargo, la contribución del saldo exterior neto al crecimiento se ha reducido a la mitad, hasta los 0,5 p.p., ya que el mayor impulso de las exportaciones ha venido acompañado también de un incremento en las importaciones. En cuanto a la oferta, y a excepción del sector agrario, el resto de grandes sectores ha crecido en el tercer trimestre, destacando el crecimiento en la construcción y la mejora del sector industrial, lo que se ha reflejado en el mercado laboral, si bien es cierto que la creación de empleo se está moderando respecto a pasados trimestres.

Felisa Becerra Benítez Felisa-Becerra web 

Analistas Económicos de Andalucía

www.analistaseconomicos.com

Artículo incluido en la revista de diciembre de Agenda de la Empresa