¿Qué esperamos de 2020? Según CaixaBank Research, será un año de moderación del crecimiento, un período de transición hacia un estadio de crecimiento más suave tras un largo ciclo de recuperación económica. En los últimos seis años, la economía española ha transitado por un episodio de fuerte crecimiento que le ha permitido recuperar, y en el caso de algunos indicadores sobrepasar, los niveles de actividad previos a la crisis. Sin embargo, ya en 2018, la recuperación económica empezó a perder algo de fuerza y esta tendencia se ha mantenido a lo largo de 2019.

En este sentido, el crecimiento del PIB pasó del 2,9% en 2017 al 2,4% en 2018 y todo apunta a que la economía cerrará el 2019 con un crecimiento en torno al 1,9%-2,0%. Esta ralentización se ha debido, entre otros, a dos factores: el menor impulso exterior y la moderación del gasto de los hogares. Así pues, todo apunta a que el año que viene repetirá protagonistas. Se espera que el crecimiento global, y más particularmente el de la eurozona, se mantenga contenido.

En este contexto, se plantean grandes retos a nivel medioambiental, tecnológico y humano. El impacto que están teniendo la digitalización y el cambio climático a nivel social y empresarial seguramente pasará a la historia. Para hacer frente a la revolución que se está produciendo, las empresas deben trabajar para incorporar los últimos avances tecnológicos y criterios de sostenibilidad a sus productos y así mejorar sus prestaciones o la experiencia de sus clientes. La magnitud del cambio que se está produciendo es tal que puede forzar a determinadas empresas a replantearse su modelo de negocio. Son muchos los caminos que se abren y, en función de la opción que se elija, las implicaciones son muy distintas. Pero parece evidente que no se puede permanecer inmóvil.

Uno de los factores que está permitiendo a las empresas avanzar con mayor rapidez es el cambio en el modelo de liderazgo asociado a la incorporación de la diversidad en los equipos directivos. Se empieza a desarrollar una forma de liderar más intuitiva, horizontal, empática, basada en la cooperación y el consenso y que estimula la participación del equipo. En resumen, es un modelo enriquecido por los valores tradicionalmente femeninos.

Este nuevo modelo además de ser más ágil es más productivo. Las empresas más diversas son más rentables. ¿Por qué lo afirmamos? Según un estudio de McKinsey publicado en enero 2018, las empresas con más mujeres en su equipo directivo tienen un 21% más de probabilidad de tener mayores beneficios. Si incorporamos la diversidad cultural, nos vamos a un 33% más de probabilidades. Pero, si no actuamos, el Foro Económico Mundial calcula que tardaremos la friolera de 167 años, 2186, para conseguir la igualdad de género en las empresas.

El reto es ya ineludible. Las nuevas generaciones que se van incorporando a las empresas valoran muy positivamente este nuevo estilo de liderazgo más participativo, menos jerarquizado, que se convertirá en un factor determinante para captar y retener talento.

Los directivos de hoy somos referentes de las generaciones futuras. Los más jóvenes nos observan y tenemos la capacidad de influir en sus trayectorias profesionales. Con nuestra forma de liderar día a día vamos rompiendo límites, estereotipos, cambiamos percepciones. En 2020 debemos seguir inspirando y avanzar juntos hacia modelos de liderazgo más igualitarios, diversos y sostenibles.

 

María Jesús Catalá Maria Jesús Catalá WEB

Directora Territorial de CaixaBank

Andalucía Occidental

 

Artículo incluido en el anuario de la revista de enero de Agenda de la Empresa