La pandemia del Covid-19 ha obligado a toda la sociedad a adaptarse hasta límites insospechados, con medidas inéditas desde la Segunda Guerra Mundial, como el estado de alarma decretado por el gobierno. Ha obligado a responder al personal sanitario, al que pertenezco, y del que me siento orgullosa cada día, por su dedicación y entrega hasta la extenuación, sin pensar en el riesgo de su propia vida. Los sanitarios están en primera línea de guerra, pero también lo están los cuerpos y fuerzas de seguridad, y los servicios públicos esenciales: los policías, la Guardia Civil, los militares, los bomberos, los carteros. Y los trabajadores de los sectores que tienen que mantener la actividad, para que sigamos disponiendo de los recursos necesarios: alimentación, transporte, cuidadoras de dependencia, teleoperadores, obras de emergencia, agua, luz, comunicaciones, gestiones con las administraciones, riders.

Además de defender los derechos de toda la clase trabajadora, en un momento tan crítico, desde UGT-A estamos realizando varias campañas de información sobre lo que está ocurriendo y cómo afrontarlo, con teléfonos abiertos en todas las provincias. Además, hemos puesto a nuestro personal a disposición de las autoridades. Así, se han ido incorporando a sus puestos de trabajo en la sanidad los delegados de dedicación sindical; hemos propuesto, en el paquete de medidas que ha aprobado el gobierno, garantías para los trabajadores, tanto de seguridad, para los que tienen que trabajar; como de prestaciones y derechos, para los que han sido afectados por los miles de ERTEs; como para los que han sido infectados por el coronavirus o hay sospechas de que lo están: en este caso hemos conseguido que tengan una prestación del 75% de su base reguladora, mientras estén confinados. Los que se queden parados cobran la prestación aunque no hayan cotizado el tiempo suficiente, y los que sí tengan ese derecho, no les corre el tiempo mientras dure el estado de alarma.

El paquete de medidas, que movilizará 200 mil millones de euros, disminuirá mucho el impacto negativo de la pandemia sobre los trabajadores y las empresas, transmite tranquilidad y nos impulsa a sacar lo mejor de nosotros mismos, de toda la sociedad, para salir reforzados de esta crisis global.

La moratoria en el pago de la hipoteca a los trabajadores y autónomos que se queden parados o disminuyan ingresos, así como la garantía del mantenimiento de suministros básicos como la luz, el agua y el gas, son medidas que aplaudimos desde el sindicato para que el impacto en la economía familiar y empresarial sea la menor posible, y para que este período excepcional, sea un paréntesis, y podamos volver a funcionar como país. No podemos dejar a nadie atrás, hay que evitar que la clase trabajadora vuelva a ser la sufridora de la crisis, y muchas de estas medidas defienden la justicia social.

Toda la sociedad está demostrando altura de miras. Los andaluces estamos dando ejemplo al Mundo, de cómo afrontar una pandemia con disciplina, pero con humor. El valor de nuestros servicios públicos se está viendo reforzado. Estamos avanzando en teleformación, teletrabajo y uso de las redes sociales como no lo habíamos hecho cuando advertíamos desde UGT que la revolución digital había llegado y nos estábamos quedando atrás. Las bodegas han dejado de fabricar vino para fabricar alcohol. Los ingenieros de la Fórmula 1 fabrican respiradores, y los médicos jubilados vuelven a trabajar, junto a jóvenes residentes o en el último año de carrera.

Esta pandemia no es inocua, y la lucha contra ella exige que saquemos lo mejor de cada cual. El Covid-19 es un ataque, en toda regla, a la Humanidad, y muchos, desgraciadamente, están quedando en el camino. Vaya desde aquí nuestro sentido pésame a sus familiares y amigos. Pero esta guerra la ganaremos. Saldremos de ésta. Y saldremos mejores y más fuertes, como sociedad y como personas.

 

Carmen Castilla Carmen Castilla WEB

Secretaria General de UGT-A

 @mc_castilla

 

Artículo incluido en la revista de abril de Agenda de la Empresa