Un giro forzado en el pensamiento y en nuestra forma de actuar o quizás acelerar un proceso de digitalización y adecuación del trabajo que ya asomaba en España. Esta frase podría resumir la situación actual por la que atraviesa la industria agroalimentaria provocada por la irrupción del virus COVID-19 en nuestras vidas.

Ante este nuevo escenario, LANDALUZ, Asociación Empresarial de Alimentos de Andalucía, ha vuelto a realizar un ejercicio de reinvención, como el sector agroindustrial que representa, poniendo en marcha el Programa Agroindustria Frente al COVID-19. Este programa es un conjunto de iniciativas desarrolladas por la asociación para seguir dando servicio a las empresas y para seguir apoyándolas en diversos aspectos como ha sido la comercialización online, la visibilidad, la promoción y el reconocimiento a los productores, la creación de contenido de valor y la ayuda a la internacionalización. Este paquete de acciones se completará a lo largo del año con actividades de Responsabilidad social y de apoyo a los sectores que son estratégicos para la industria y que necesitan de nuestra ayuda más que nunca.

Y es que la industria agroalimentaria, que ya estaba configurada como un elemento vertebrador, necesario y fundamental, ahora se ha demostrado que es un componente estratégico para hacer posible una situación tan anómala como es el confinamiento de la población de todo el país. Junto con otros eslabones de la cadena como es el caso de los proveedores de materia prima, logística y distribución (desde las tiendas de barrio hasta las grandes superficies) hemos mostrado nuestra mejor cara aportando todo lo posible y desarrollando nuestra actividad sin fisuras. En definitiva, se ha demostrado la importancia estratégica de disponer de un sector agroalimentario fuerte y desarrollado que permite una alta soberanía alimentaria.

Ante una situación tan compleja, las empresas de la agroindustria han sido conscientes desde el primer momento y han puesto en marcha todos los mecanismos necesarios que han permitido garantizar la seguridad de sus trabajadores.

Durante estos meses la agroindustria andaluza ha demostrado ser, además, socialmente responsable, aportando su granito de arena en este contexto. Así, muchos son los ejemplos de las empresas agroalimentarias que han puesto de su parte para ayudar a minimizar los daños y a hacer más llevaderas las labores de emergencia que colectivos como el sanitario o los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, así como las unidades del Ejército desplegadas para este fin están desarrollando. Litros de gazpacho, aceite, café o agua y kilos de alimentos han llegado a los centros de salud para hacer más llevadera una situación muy complicada.

Como digo, vienen tiempos difíciles en los que la industria agroalimentaria de nuestra tierra, de Andalucía, va a seguir siendo locomotor económico de nuestra región y de España, motivo por el cual, más si cabe, debe ser responsable con su entorno. Para conseguir este objetivo, necesitamos contar con el apoyo de las Administraciones Públicas, especialmente de la Junta de Andalucía, para promocionar los productos de nuestra tierra, ahora más que nunca, de la mano de las organizaciones representativas del sector como LANDALUZ.

Desde la Asociación estamos convencidos que el futuro del sector agroindustrial pasa por potenciar nuestra presencia en los mercados exteriores, así como por el reforzamiento de los lazos con las distintos eslabones de la cadena alimentaria (distribución y hostelería) y por la exploración de nuevas vías de comercialización como el que se desarrolla en el entorno digital y que ha demostrado durante este confinamiento convertirse en una excelente herramienta para llevar la calidad de los alimentos andaluces directamente a la mesa de los consumidores.

 

Álvaro Guillén Alvaro Guillen WEB opinion

Presidente de LANDALUZ