La pandemia provocada por el COVID-19 y sus implicaciones a nivel sanitario, económico y social requieren de medidas extraordinarias en el corto y medio plazo. Desde nuestro punto de vista, debemos preservar el futuro de la actividad empresarial y evitar daños irreversibles en las empresas y en el empleo. Esta nueva etapa requiere actualizar objetivos, estrategias, actuaciones y formas de colaboración.
Hoy más que nunca la innovación y lo que ella implica debe presidir la activación económica y la actividad empresarial. En la economía del conocimiento, la Innovación, la Investigación y su Desarrollo (con mayúsculas) van de la mano y resultan imprescindibles para alcanzar las cuotas de bienestar que todos deseamos.
Debemos favorecer e impulsar la economía digital y del conocimiento. La necesaria y demandada transformación digital de nuestra economía. Potenciar esa economía a través de nuevos sectores estratégicos: avanzar hacia empresas tecnológicas, de investigación, telecomunicaciones, nanotecnología, robótica. Hablamos de una efectiva gestión del conocimiento, partiendo de la base de que la investigación y el desarrollo nunca son un gasto, sino una importante inversión. Resulta evidente la inseparable relación existente entre la capacidad de innovación de una empresa y su competitividad.
Cada uno de nosotros desempeña un papel clave: las empresas, piezas fundamentales del sistema productivo; las universidades, la cocina por excelencia del talento; y la Administración, sirviéndose de sus entidades públicas para dar apoyo y refuerzo a la innovación.
A la hora de desarrollar la inteligencia de negocio uno de los principales aliados son los Centros Tecnológicos, entidades sin ánimo de lucro que nacen con el objetivo de aumentar el bienestar general mediante el desarrollo de la competitividad de las empresas y la creación de conocimiento tecnológico.
Córdoba cuenta con el Parque Científico y Tecnológico Rabanales 21. Los empresarios cordobeses entienden esta infraestructura como prioritaria para el presente y el futuro de la provincia. Rabanales 21 es una oportunidad para Córdoba. Ofrece un futuro donde retener el talento y desarrollar iniciativas de base tecnológica, indispensable para potenciar y diversificar la economía cordobesa. Y más, cuando el Parque se verá complementado por la incubadora de empresas Córdoba-Biotech, lo que supondría liderar proyectos de investigación biotecnológica vinculada a sectores estratégicos como el agro y la medicina.
Las empresas tienen que ser capaces de responder a los nuevos retos, y las administraciones también. Las medidas de apoyo a la actividad empresarial son esenciales. Es necesario un plan de recuperación por sectores económicos, con iniciativas adecuadas a la realidad de cada uno de ellos. En Córdoba hemos impulsado un plan de choque con el Ayuntamiento y con la Diputación provincial para abordar la situación hacia la que nos ha derivado el COVID-19, y superarla de la mejor manera. Desde distintas perspectivas y enfoques hemos buscado el punto de encuentro para reactivar nuestra economía.
Para finalizar, debemos tener altura de miras y alcanzar un Pacto por la Industria Sostenible, que nos fortalezca y evite la fragilidad de una economía orientada hacia el sector servicios. El objetivo es devolver a la industria al centro de las políticas públicas y hacer converger a España al objetivo de alcanzar al menos el 20 por ciento del PIB de origen industrial que ha marcado la Unión Europea.
Antonio Díaz Córdoba
Presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO)