La morosidad de la banca española volvió a caer en mayo, en pleno estado de alarma, y se situó en el 4,73 %, lo que supone la tasa más baja desde junio de 2009, principalmente porque el crédito concedido siguió aumentando gracias a las medidas de apoyo a la economía como los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO).