Supone una “injusta condena a los agricultores andaluces”

La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha lamentado que la administración norteamericana haya decidido mantener los aranceles a los productos españoles y ha reclamado al Gobierno de España que “no pierda ni un minuto más” y trabaje con Bruselas en resolver un conflicto que supone una “injusta condena a los agricultores andaluces” por su especial incidencia en la aceituna de mesa y el aceite de oliva.

Carmen Crespo considera que a tenor de los resultados “se ha perdido el tiempo y la oportunidad de revertir esta situación, y todo como consecuencia de una falta de diplomacia proactiva que le hemos venido reclamando durante los últimos meses al Gobierno de España así como a la Unión Europea”. En este sentido ha recordado que el propio ejecutivo norteamericano ha advertido en su resolución “que no se han tomado las acciones necesarias para cumplir con las decisiones de la OMC”, lo que evidencia que lo realizado ha sido “insuficiente”.

La titular del ramo ha insistido en que la Junta de Andalucía “no va a desfallecer” ante lo que ha considerado una “muy mala noticia” para el sector agroalimentario ya que “esta imposición es una barbaridad para nuestros productores”.

Para la consejera, “es urgente que ese frente común que venimos reclamando se haga realidad de una vez por todas, y trabajemos sin fisuras por la resolución de esta guerra comercial en la que los agricultores no tienen nada que ver”. Al tiempo ha insistido en que “hay que redoblar esfuerzos por acabar con los vetos comerciales, apostar por los productos de comunitarios y revisar y hacer cumplir los contingentes de los terceros países”.

Hay que recordar que estos aranceles tienen una especial incidencia en sectores tan estratégicos como el aceite de oliva y la aceituna de mesa ya que en Andalucía el olivar en su conjunto juega un papel fundamental con 250.000 familias que dependen de él y con 300 municipios eminentemente olivareros, representando el 40% del empleo agrario en la comunidad.

Durante el periodo de aplicación de estas nuevas tasas, las exportaciones de estos productos se han resentido notablemente al tratarse del primer destino no europeo. De ello empiezan a beneficiarse productores de terceros países, con los graves perjuicios que ello supone a los intereses de Andalucía después de años de grandes esfuerzos por consolidar el mercado norteamericano.