Se aproximaban las nueve de la noche y estábamos en familia preparados para animar al equipo de la ciudad. En ese momento mi hijo me dijo: “Papá, acércame las gafas, por favor, que están en mi habitación”. Minutos después comenzaba el partido de fútbol, la final del UEFA Champions League 2020. En plena pandemia mundial, con un estadio de fútbol vacío en la ciudad alemana de Colonia, el Sevilla F.C. se proclamaba campeón por sexta vez. Un momento en familia, una alegría para los sevillistas y una noticia diferente a la situación excepcional en la que nos encontramos.

En los próximos días tendremos revisión con el oftalmólogo. Hace unos meses, en la revisión previa, se detectó que Carlos, mi hijo, tenía miopía, por lo que era necesario el uso de gafas para ver la televisión, acudir a las clases y otras actividades. Era poco, pero sí le ayudaría a ver de lejos y tener una perspectiva que le permitiese estar seguro y tranquilo.

La miopía es un defecto visual que provoca ver de forma borrosa a lo lejos, es decir, que no ves correctamente a unos metros de distancia. Para corregirlo podemos utilizar unas gafas, unas lentes de contacto u optar por la cirugía. En el momento que, por ejemplo, nos ponemos las gafas y llegamos a visualizar con nitidez lo que antes era borroso se produce una sensación muy particular y especial, sobre todo si es la primera vez. Una vez que sabemos que tenemos miopía y estamos acostumbrados a utilizar gafas o lentes de contacto nos parece algo normal, es un hábito en nuestro día a día. Yo tengo este problema, y no olvidaré las sensaciones que experimenté el primer día con las gafas.

Tener una perspectiva con nitidez permite comportarnos en la toma de decisiones de una manera determinada. De hecho, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publica información relacionada con los mercados y quisiera referirme a una en concreto: la Guía de psicología económica para inversores. No somos tan racionales como pensamos, sino que “los numerosos descubrimientos sobre el modo en que funciona el cerebro humano realizados en los últimos años y procedentes de disciplinas como la psicología, la neurología o la neurofisiología revelan que esto no es así y que las personas con frecuencia desconocen sus preferencias, utilizan incorrectamente la información disponible y no comprenden bien los riesgos que asumen”. Es conocida como la economía conductual que estudia los comportamientos humanos: analiza sesgos de comportamiento e intenta predecir modelos.

Unos de los sesgos de comportamiento es la aversión a las pérdidas cuando realizamos una inversión. ¿En qué consiste? Pues que “el miedo a perder algo supone un incentivo mayor que la posibilidad de ganar algo de valor semejante”. Es decir, puedo tener una inversión financiera y estar continuamente mirando su valoración diaria. Esto puede provocar un comportamiento que te deje sin perspectiva y afecte a tu objetivo de vida, a tu proyecto personal o familiar de largo plazo. Puedes tomar la decisión de venta al haber escuchado una de tantas noticias negativas, un evento puntual cercano a ti y cambiar una estrategia, una planificación financiera de largo plazo al no tener la visión correcta en ese momento. Y te entiendo, no es fácil y menos con lo que ha provocado este virus minúsculo en el mundo. Te invito a que no vayas solo en ese camino, tu proyecto de vida. Ve acompañado y evita el efecto miopía.

 

Juan Francisco Martín Báñez WEB Juan Francisco Martín Báñez

European Financial Advisor (EFA)

LinkedIn: Franciscomartinbañez

 

Artículo incluido en la edición de septiembre de Agenda de la Empresa