Desde que el pasado marzo se decretara el estado de alarma por la pandemia nada ha vuelto a ser como antes, se nos ha puesto el mundo del revés.

Hemos vivido una profunda crisis sanitaria que ha dado paso a una crisis económica jamás vista. Aunque algo sí tiene en común con crisis económicas anteriores, los autónomos y pequeños empresarios estamos padeciéndola con enorme intensidad. Hemos visto cómo nuestros negocios han tenido que cerrar de la noche a la mañana con la incertidumbre de no saber cómo hacer frente a todos los gastos y facturas pendientes, sin la certeza de si vamos a poder volver a abrir o, al menos, mantener, a duras penas, nuestra actividad en los próximos meses.

Aunque, el 90% de los autónomos ya han vuelto a su actividad, hay que tener claro que activación no es recuperación. Las cifras hablan por si solas: el 60% de los autónomos que han retomado su actividad, registran una caída de la misma por encima del 60%, con respecto a la misma temporada del año pasado. También, hay un 10% que no han podido volver a la actividad debido a las actuales restricciones por la pandemia. En definitiva, son miles los autónomos que se encuentran en una situación crítica o más bien de ruina, en estos momentos.

Aunque no se produjeran nuevos rebrotes del virus, hecho que es mejor no pensar por los enormes efectos que tendría en nuestra sanidad y economía, las graves consecuencias de dos meses y medio de Estado de Alarma que han paralizado al país y la actual caída demanda se verán con toda virulencia a partir del otoño. Y perdurará probablemente durante los próximos años. Sobre todo en los pequeños negocios que son el eje vertebrador de toda nuestra economía.

Nos esperan meses duros a los que tenemos que anticiparnos. Al mismo tiempo que se continúan implementando todas las medidas necesarias de prevención sanitaria para evitar los rebrotes del virus y salvar vidas, es obligación de todos comenzar a reconstruir lo que se ha perdido desde el pasado marzo. Poner en marcha las medidas que hagan falta para evitar que la situación se agrave después del verano es imprescindible al igual que tener con el horizonte puesto más allá del 2020.

Muy al contrario, no es el momento de llevar a cabo medidas que asfixien, aún más, a las pequeñas empresas y autónomos en la delicada situación que están atravesando. Es lo peor que se puede hacer. Por tanto, no procede plantear una subida de impuestos sino, todo lo contrario, es bajándolos como están haciendo países vecinos como Francia, Alemania o Portugal como conseguiremos aumentar la recaudación. Y además, es un arma eficaz para combatir la economía sumergida que en nuestro país alcanza un 24% del PIB, frente a un 13% que se da en la Unión Europea. Todas las administraciones han de poner en marcha mecanismos potentes de lucha contra la lacra que es la economía sumergida y que nos pone en evidencia ante el resto de Europa y perjudica a las empresas y a los negocios que sí cumplen con sus obligaciones.

Las medidas están claras, solo se necesita voluntad y altura de miras para ponerlas en marcha. Es necesario prolongar los ERTE hasta 2021 y en algunos sectores es posible que estemos hablando de la temporada de verano de ese año. Si queremos evitar la pérdida de autónomos empleadores hay que replantearse la prestación por cese de actividad para todos aquellos autónomos que no van a tener actividad durante este año. También es necesario establecer un escudo de liquidez para el otoño y ampliar el año de carencia para la devolución de los ICO, ya que muchos autónomos no podrán devolverlo. Hay que seguir combatiendo la morosidad con un régimen sancionador y recargos a las administraciones que no paguen en tiempo y forma y por supuesto, hay que simplificar trabas administrativas en las distintas administraciones. Y cómo no, es imprescindible fomentar la digitalización de los negocios.

Todo ello, sin olvidarnos que cualquier recuperación económica necesita seguridad jurídica confianza y estabilidad. Es hora de arrimar el hombro y unirnos para intentar salir adelante. Es complicado, pero si se hacen las cosas bien, si se escucha a los autónomos que son los que generan empleo, podremos conseguir que las consecuencias de esta crisis sean lo menos dañinas para el colectivo.

 

Rafael Amor Acedo Rafael Amor WEB opinion

Presidente ATA Andalucía

@rafaelamor_ata

 

Artículo incluido en la edición de septiembre de Agenda de la Empresa