No cabe duda de que recordaremos el 2020 como un momento decisivo a la hora de entender el papel que desempeña la tecnología en nuestras vidas y empresas. Sin embargo, incluso antes de este año la transformación digital ya empezaba a ser una prioridad fundamental.

En 2019, IDC pronosticó que la inversión directa en transformación digital se acercaría a los 7,4 billones de dólares entre los años 2020 y 2023. En su guía sobre gasto internacional en transformación digital, la Worldwide Digital Transformation Spending Guide, publicada en mayo de 2020, IDC apuntó que a pesar de los retos que ha planteado la pandemia, el gasto en tecnologías y servicios de transformación digital crecerá más de un 10 %.

La resiliencia de este mercado teniendo en cuenta la turbulencia económica actual es una buena demostración de la importancia que las empresas asignan a la necesidad de digitalizarse. Es más, el Informe 2020 de Veeam sobre tendencias en la protección de datos muestra que prácticamente un tercio (30 %) de las empresas en todo el mundo se encuentra en las primeras fases de implantación de la transformación digital.

Claramente, la transformación digital no es la única inversión significativa, pero una iniciativa de esta magnitud requiere contar con objetivos claros, una estrategia y el compromiso de la empresa. Entender estos retos y descomponerlos en problemas más pequeños que se pueden solucionar, es un modo de proporcionar una perspectiva propicia.

Gestionar los recursos de forma adecuada

De las llamadas barreras a la transformación, una de las que más nos suena a todos es la de la falta de tiempo y presupuesto. De acuerdo con nuestro estudio, casi la mitad (47 %) de los responsables de la toma de decisiones TI en las empresas de la zona EMEA afirmaron que uno de los motivos que impide o ha impedido que la empresa avanzase en la transformación digital es que el personal TI no cuenta con ciertas destrezas y experiencia. A la pregunta de cuál es el reto que supone un mayor impacto en la gestión de datos y protección de la empresa, aproximadamente un cuarto (24 %) respondió que no cuenta con suficiente personal para trabajar en nuevas iniciativas. Mientras, un 23 % de los responsables de la toma de decisiones en la zona EMEA respondió a esa misma pregunta diciendo que el reto con mayor impacto es la falta de presupuesto para apoyar nuevas iniciativas.

Existe una serie de razones por las que las empresas pueden pensar que no cuentan con suficiente tiempo o personal para llevar a cabo la transformación digital. En primer lugar, no cuentan con los recursos humanos necesarios para que puedan centrarse en algo más que no sean las tareas diarias que mantienen a la empresa en marcha. Ahora que las empresas se están convirtiendo en entidades cada vez más virtuales, con más empleados que teletrabajan y que lo que produce la empresa ‘existe’ en cloud, mantener las oficinas en funcionamiento empieza a ser una operación que consume aún más tiempo.

En segundo lugar, quizás las empresas no cuentan en su plantilla con las destrezas adecuadas para poder ejecutar una estrategia tecnológica alineada con sus objetivos comerciales. El informe sobre el Mercado Único Digital de la Comisión Europea destaca que un 40 % de las empresas europeas tiene dificultades a la hora de encontrar especialistas TIC. Se espera que este año se contabilicen tan solo en Europa unos 500.000 puestos de profesionales TIC no cubiertos. Aunque la formación continua para mejorar y actualizar las destrezas es algo que no se puede cuestionar, las empresas no obtendrán un mayor valor si la ofrecen como respuesta a las necesidades que surgen. El ritmo al que avanza el cambio es tal que las empresas deben plantearse un enfoque a mucho más largo plazo, pensando en el objetivo digital que quieren alcanzar y entendiendo que lo mejor es invertir los recursos en el momento justo. Por ejemplo, contratar un director del departamento de informática (CIO) cuando lo que realmente necesitas es un administrador de sistemas o viceversa puede entorpecer el proceso para la empresa.

Además, las destrezas TI dentro de la empresa se deben usar de manera eficiente. Con la abundancia de software disponible para automatizar procesos como el backup y la replicación de datos, ya no es necesario que las mejores mentes del departamento TI de la empresa se dediquen a hacer estas tareas de forma manual, puesto que podrían emplear mejor ese tiempo. Por ejemplo, podrían aprovechar esas horas para configurar aplicaciones basadas en cloud que ahorren tiempo a los empleados o para redistribuir datos a entornos de almacenamiento más rentables. Al hacerlo las empresas podrían incrementar el rendimiento de la inversión en tecnología al tiempo que garantizan la continuidad de las operaciones.

Protección de datos, seguridad y gobernanza

Una de las principales amenazas a la continuidad de las operaciones es la ciberdelincuencia, sobre todo el ransomware. Un informe de Cybersecurity Ventures avisa de que una empresa será víctima de un ataque de ransomware cada 11 segundos en 2021. Dado que la media del rescate que se paga en un caso de ransomware ha subido aproximadamente en un tercio desde el inicio de 2019, hasta llegar a los 111.000 dólares, este pasa a ser un punto clave de la agenda de cualquier CIO. Esto respalda lo que indica nuestro informe, que desveló que casi un tercio (31 %) de los responsables de la toma de decisiones en la zona EMEA considera a las ciberamenazas como el principal reto para su empresa en los próximos 12 meses.

A pesar de eso, las empresas no deberían pensar en una mayor exposición al ransomware como un impedimento o un efecto secundario negativo de la transformación digital. Como pasa con cualquier implantación de tecnología, es necesario formar y mejorar las destrezas de los empleados para llevar a cabo una transición de la cultura de la empresa que permita una transformación a todos los niveles. Esto incluye formación para saber qué hacer ante las ciberamenazas, de tal manera que se garantice que los ciberdelincuentes no han pasado por la red de la empresa mediante enlaces de tipo phishing.

El que la gestión de datos en cloud sea parte de esta transformación digital puede ayudar a las empresas a resolver y mitigar el problema que plantea el ransomware. Aquí es donde se cierra el círculo y empezamos a hablar de desarrollar el potencial de los datos además de protegerlos. A menudo, el propio sector dedicado a la protección de datos considera que lo que ofrece es una reducción del riesgo y otros también lo ven así. Como líder en soluciones de backup que hacen posible la gestión de datos en cloud, Veeam ayuda a sus clientes a garantizar que sus datos se replican, son recuperables y se hace backup de los mismos en todos sus servicios TI y cloud.

Las empresas también deben centrarse en desarrollar el potencial de los datos y pueden hacerlo aprovechando la flexibilidad y las capacidades de rendimiento de la TI híbrida. Las empresas pueden obtener beneficios de la transformación digital si gestionan los recursos de manera inteligente y comprenden dónde conviene aprovechar las destrezas TI que se requieren. También ayuda saber cuáles son las tareas que se pueden automatizar para que así el personal cualificado en plantilla disponga de más tiempo. Algunos de esos beneficios pueden ser crear una plantilla que realmente pueda teletrabajar, impulsar nuevas fuentes de ingresos a través de servicios prestados desde cloud o una consolidación de costes.

Si bien se piensa que la transformación digital es una panacea en lugar de algo con un objetivo concreto, los resultados positivos que las empresas pueden conseguir son claros. La gestión de datos en cloud proporciona la base sobre la que la empresa puede desarrollar y aprovechar el potencial de los datos en lugar de esforzarse en protegerlos y enterrarlos. Este es el primer paso en la creación de una empresa digital adaptada a lo que el mundo va a demandar tras el 2020.

 

Daniel Fried

Director general y Senior Vice President (SVP), EMEA y Worldwide Channels

Veeam