No había ocurrido antes. La decisión adoptada por la Unión Europea es nueva en su sentido más amplio aunque el hecho ya es un viejo conocido: endeudarse. Sí, es la primera vez que el grupo de los 27 países que integran la UE idea un fondo de recuperación de este tipo para paliar los efectos económicos que está provocando la pandemia del COVID-19.

España dispondrá de 140.000 millones (el 11% del Producto Interior Bruto en el año 2019). De esta cantidad, 72.750 millones serán en forma de transferencias directas, que se ejecutarán hasta el año 2026, y el resto de los recursos en forma de préstamos.

Es una oportunidad para dar un giro a nuestro débil modelo económico. Es una oportunidad para reinventarnos. El plan nacional de recuperación que proyecta el Gobierno de España está enfocado, siguiendo las directrices de la Unión Europea, a la transición verde y digital y a la consecución de los Objetivos de la Agenda 2030.

En este sentido, la potencialidad de las cooperativas en materia de empleo y sostenibilidad es un factor a tener en cuenta. Si se habla de preservar empleos (una de las recomendaciones realizadas por Bruselas), el modelo cooperativo tiene más que reconocidas sus capacidades para generar negocio de forma sostenible. No quiero enumerar la lista de instituciones y autoridades que han alabado al modelo cooperativo y que desde la crisis de 2008 han subrayado su resiliencia, destacando que estas empresas son una vía para luchar contra la precariedad económica creando empleos estables y de calidad, pero entre ellas están el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Son estas mismas instituciones las que han lanzado varias recomendaciones a los Estados de la UE para que faciliten el desarrollo de las cooperativas y de la economía social. ¿Por qué no hacer frente a la crisis actual promoviendo estas empresas?

Si hablamos de garantizar la aplicación de medidas para proporcionar liquidez a las pequeñas y medianas empresas y a los profesionales del sectores autónomo (otra de las medidas recomendadas por la UE), también tenemos que detenernos en las cooperativas. Apoyar a estas empresas es garantía de revitalización de la economía, máxime cuando en España más del 90% de las empresas son pymes.

La transición económica que plantea España tiene que cimentarse sobre las cooperativas como modelo de empresa que favorece la distribución de la riqueza y la democracia económica.

Creo sinceramente que es el momento de dar un paso al frente para alejarse de los viejos y volátiles parámetros y reenfocarse en las personas. Tenemos una oportunidad para rediseñar nuestro modelo económico y hacerlo significará que esta pandemia nos ha enseñando a cambiar la mirada sobre nosotros mismos. El plan de recuperación nacional tiene que ser el revulsivo para impulsar un empleo apegado al territorio en el que los beneficios no se deslocalizan. El Ministerio de Trabajo y Economía Social está realizando un trabajo formidable y puede hacerlo mejor si se apoyara más en la fuerza del cooperativismo. Los equipos de las cooperativas son resilientes y sobre todo, estas empresas son perdurables.

Es el momento de diseñar proyectos mirando al horizonte y Bruselas ha dado vía libre a España para hacerlo. Son los países los que determinarán qué acciones se van a apoyar financieramente y cuáles no. Cojamos la sartén por el mango y pensemos en términos cooperación para crear empleo.

 

Luis Miguel JuradoLuis Miguel Jurado WEB

Presidente de FAECTA y COCETA

@LuisMi_Jurado

 

Artículo incluido en la edición de octubre de Agenda de la Empresa