De nuevo traigo este concepto, Mindset, acuñando por la psicóloga de Stanford, Carol Dweck, y que hace referencia a “la mentalidad de lo posible, la mentalidad de creer que se puede mejorar, una inteligencia abierta al crecimiento”, o lo que es lo mismo, una capacidad abierta al aprendizaje.
El pasado fin de semana en una tarde de café con un grupo de amigos de diversos perfiles personales y profesionales surgió el tema de la edad, ese que llegado este momento de la vida suele aparecer más a menudo. Reflexionando en voz alta y compartiendo mi opinión de por qué me sentía jovial, me di cuenta que fundamentalmente esa era la razón: el querer aprender desde la experiencia, el abrir horizontes a nuevas perspectivas, el cruzar conversaciones con otras generaciones, el escuchar mucho, aunque a veces ni lo entendiera, el intentar cruzar al territorio del otro y comprender, etc. podía seguir contando que es lo que yo hago para sentirme jovial.
Traigo este tema porque este mes de octubre comienza mi tercera temporada con la sección #TalentoSenior en un programa de radio donde colaboro. Ya hemos tenido la oportunidad de hablar sobre este tema y sobre cómo aquellos trabajadores o empresarios mayores de 45 años a los que de alguna manera las crisis los invadió, tuvieron una gran capacidad de resiliencia con todo lo que ese término lleva implícito y reinventaron sus vidas, sus trabajos, sus modelos de negocio…
Por eso el concepto de Mindset, como la mentalidad de lo posible, la mentalidad de creer que se puede mejorar, junto a querer innovar y a no hacerlo en soledad, se une, un nuevo concepto como forma de coinnovación: el mentoring inverso.
Consiste en compartir experiencias entre distintas generaciones para crecer juntos, aprender y emocionarse. El intercambio que se realiza es abierto y transparente entre personas de distintas generaciones y está construido sobre el apoyo mutuo, suponiendo un enriquecimiento de los participantes que va más allá de los propios objetivos de transformación de la organización.
El mentoring inverso ayuda a interiorizar, a las personas de mayor nivel jerárquico y de mayor edad, las nuevas visiones que proceden del contexto de las personas más jóvenes de la organización tanto en procesos, métodos, tecnologías o estilos de relación. Es una excelente manera, por ejemplo, de ayudar a la empresa a mejorar la fidelización de empleados, millennials más talentosos, apoyándoles en la construcción de relaciones sociales y ayudándoles a sentirse más valorados. Una relación de mentoring inverso puede ayudar a los líderes a obtener una comprensión más profunda de lo que los empleados más jóvenes esperan de sus trabajos, qué aspectos del trabajo les resultan frustrantes y cómo les gusta que los gestionen.
Las organizaciones también lo están utilizando para apoyar iniciativas de diversidad e inclusión, mejorar el intercambio de conocimientos y estimular la innovación.
Implementarlo también presenta desafíos como por ejemplo la desconfianza de la alta dirección a dedicar tiempo a estas funciones. También se aprecia falta de confianza de los más jóvenes para construir relaciones con los líderes por las consecuencias que pudiera tener.
Es por ello que la aplicación del mentoring inverso como medida de coinnovación estratégica para la organización, debe estar sustentando por principios de transparencia y aceptación entre sus participantes.
Atrévete a innovar y no dejes de aprender, eso garantiza una gran parte de tu jovialidad.
Ana Herrero
Directora en Andalucía de Montaner & Asociados