Especial Agenda de la Empresa

 

 

En los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado, tuve el privilegio de colaborar con las empresarias andaluzas representantes de las organizaciones de empresarias existentes en aquel momento, en el proceso de creación de la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias.

En un primer momento, coadyuvando en la definición de su modelo y construyendo y diseñando una política de actuación común entre todas y para todas las organizaciones de empresarias existentes o que se iniciaban en Andalucía en aquellos años, convencidas de que solo desde una unidad de acción, desde una participación estructurada y los liderazgos transformadores compartidos, podían intervenir en las estructuras del sistema para cambiarlas.

Tras la constitución de la FAME y la asunción de mi función como secretaria general, mi compromiso con las organizaciones empresariales en general y con las redes empresariales femeninas en particular, deviene de dos firmes convencimientos; de un lado, comparto con las empresarias andaluzas que participan activamente en las organizaciones en las que se incorporan que, cada una de nosotras debe devolver a la sociedad, un poco de lo mucho de oportunidad que aquella le ha dado, ellas son fiel reflejo de esa máxima, trabajando de forma altruista y desinteresada por el bien común solo en interés del colectivo al que pertenecen; de otro, mi creencia y confianza, también compartida con ellas, en las redes formales, aquellas que permiten articular una participación estructurada, eficaz y eficiente de la ciudadanía en determinados niveles de los procesos de toma de decisiones.

Una apuesta de modelo arriesgada en aquellos momentos, incomprendida en muchas ocasiones, pero que, dos décadas después, ha demostrado su eficacia para la consecución de los objetivos que los tiempos han requerido de una organización de intereses empresariales y de género como FAME, una organización que fija propósitos que permitan disolver de forma definitiva estereotipos, roles y prejuicios, atendiendo a las necesidades irresueltas y al amplio listado de asignaturas pendientes que aún hoy, tiene el tejido empresarial femenino andaluz.

Creo que es en este escenario, donde la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias cobra importancia, donde tiene su razón de ser y donde se posiciona de forma inequívoca, siendo modelo referente en todos estos años para muchas otras organizaciones profesionales de empresarias del territorio nacional.

La Federación Andaluza de Mujeres Empresarias es una organización de organizaciones que defiende los legítimos intereses de las empresarias andaluzas, desde una óptica de género y, por ello:

­• Desarrolla acciones para reconocer y visibilizar a las empresarias andaluzas.

­• Impulsa la transferencia de modelos empresariales de referencia para el desarrollo del potencial emprendedor.

­• Fomenta el posicionamiento de las empresarias andaluzas en espacios de influencia.

­• Contribuye a la vertebración territorial y a la cohesión social, junto a sus organizaciones miembros, tejiendo alianzas estratégicas en el mundo de la empresa organizado en torno a la Confederación de Empresarios de Andalucía.

La historia no queda escrita, día a día, se van añadiendo nuevos desafíos y las empresarias andaluzas, a través de la Federación que las aglutina, van ampliando campos de acción, para así, ir afrontando todo lo pendiente: la visibilidad de las empresarias andaluzas, su reconocimiento institucional y social, el poder e influencia, la participación equilibrada en los distintos ámbitos del poder empresarial y económico que les corresponde… En definitiva, proporcionando la posibilidad de revertir el sistema, distribuyendo las oportunidades y los recursos estratégicos conforme a criterios de igualdad real entre empresarios y empresarias.

 

África Caracena Márquez África Caracena Márquez WEB opinion

Secretaria General

FAME

 

Artículo incluido en la edición de octubre de Agenda de la Empresa