El sector espacial es uno de los principales motores tecnológicos y económicos que afianzan nuestro presente y constituirán nuestro futuro

‘Viaje a la luna’, de George Méliès, estrenada en 1902, es un cortometraje mudo, en blanco y negro, que, en sus 14 minutos de duración, narra la aventura de seis valientes astronautas que viajan en una cápsula espacial de la Tierra a la Luna.

Quién pensaría que 67 años después, lo que en su día se consideró como una apertura del cine a contar historias fantásticas y de ciencia-ficción mediante el uso de trucos y efectos especiales se convertiría en realidad con la llegada del hombre a la Luna.

Y 51 años después, la meta ya no es solo el satélite de la Tierra, sino que empresas y agencias espaciales tienen puesta la vista en la vida en otros planetas.

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Un poco de historia

George Méliès fue el primero que puso en imágenes cómo imaginaba que sería la Luna, pero antes de él ya hubo autores que hablaron de los viajes espaciales, como Julio Verne, con su obra De la Tierra a la Luna escrita en 1865 -donde imaginó un enorme proyectil disparado hacia la Luna con tres hombres dentro- o Los primeros hombres en la luna de H.G. Welles, que relata el viaje a la Luna por parte de los dos protagonistas principales: el empobrecido empresario Mr. Bedford, y el brillante pero excéntrico científico Dr. Cavor, el creador de una sustancia antigravitatoria (obtenida a base de helio y metales fundidos) a la que bautiza como cavorita.

Sin embargo, la aventura espacial real del hombre comenzó con el ruso Yuri Gagarin, que el 12 de abril de 1961 se convirtió en la primera persona en viajar al espacio. Gagarin viajó en la nave Vostok 1, que dio una vuelta a la Tierra en una misión que apenas duró 108 minutos.

El siguiente paso lo dieron los americanos con la llegada del hombre a la Luna. El primer alunizaje se produjo el 20 de julio de 1969 y el primer hombre en pisarla fue Neil Armstrong. Esta misión formaba parte del proyecto Apolo, que logró completar seis viajes tripulados a nuestro satélite.

Tratado del espacio ultraterrestre

El Tratado sobre el espacio ultraterrestre o Tratado sobre el espacio exterior, cuyo nombre completo es Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, de 1969, es un tratado que forma la base del Derecho internacional acerca del espacio.

Representa el marco jurídico básico del derecho internacional del espacio y, entre sus principios, indica que el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrán ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera, y prohíbe a los estados partes del tratado la colocación de armas nucleares u otras armas de destrucción masiva en la órbita de la Tierra.

Las cifras del sector espacial

Según los datos de la Agenda sectorial Industria Espacial Española 2019, elaborada por la Comisión de Espacio de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), en colaboración con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el sector espacial supone una fuente de competitividad e innovación con gran capacidad de catalizar talento, desarrollo tecnológico y un enorme poder de transformación y generación de nuevas aplicaciones y servicios para el bienestar y progreso de nuestra sociedad.

En 2017, el sector espacial mundial alcanzó un volumen de negocio de 339.397 millones de euros, de los cuales aproximadamente 63.720 millones corresponden a Upstream -engloba a la industria dedicada a la construcción de instalaciones del segmento terreno (por ejemplo centros de control de satélites) e ingenios espaciales del segmento vuelo (lanzadores, satélites)-; 15.045 millones a Operadores -centran su actividad en la explotación de las instalaciones y equipos espaciales para su uso civil o militar- y 261.075 millones a Downstream -enfocado en las aplicaciones y servicios vía satélite o basados en tecnología espacial-.

La Agenda sectorial Industria Espacial Española 2019 destaca que el líder mundial indiscutible en el sector espacial es Estados Unidos, que controla aproximadamente el 56% del mercado comercial global de Upstream. Esta posición dominante se apuntala en cuantiosos presupuestos gubernamentales del país, que se reparten entre diferentes agencias y departamentos gubernamentales, si bien el Departamento de Defensa y la NASA controlan casi su totalidad. Mantener el liderazgo internacional en el sector espacial constituye un objetivo esencial de la seguridad nacional para Estados Unidos y, de hecho, más de la mitad del presupuesto nacional en materia espacial está controlado por el Departamento de Defensa.

Los principales actores globales del mercado espacial son Estados Unidos, la Unión Europea, China, Rusia y Japón. Otros países también tienen una presencia significativa en el sector, como es el caso de India, Brasil, Canadá, o Corea del Sur, si bien su posición está por debajo de la de los anteriores

La Unión Europea acumula un 13% de la inversión gubernamental global en el sector espacial, situándose como el segundo agente más importante por detrás de Estados Unidos. Su esfuerzo inversor se concentra fundamentalmente en los programas de la Agencia Espacial Europea (ESA) -con un presupuesto anual de 3.700 millones- y en otros programas financiados a través de la Comisión Europea como Galileo, Copernicus, SST y, en el futuro, Govsatcom, si bien países como Francia, Alemania, Italia y Reino Unido cuentan además con programas y agencias espaciales nacionales.

En el continente, las actividades de Upstream acumulan una facturación total superior a los 8.760 millones y emplean a 45.300 personas (fuente Eurospace Fact and Figures 2018).

El sector espacial proporciona una ventaja tecnológica a Europa, y contribuye a reforzar su competitividad industrial

guía lonely planetSin embargo, estas cifras representan solo una parte del ecosistema económico que el sector espacial es capaz de construir a su alrededor. Por ejemplo, el volumen de negocio generado por los satélites comerciales europeos de telecomunicaciones, navegación y observación de la Tierra en las actividades de Downstream, que incluyen las aplicaciones y servicios relacionados con la tecnología espacial, multiplica enormemente el coste de su fabricación y lanzamiento, incluidos como parte del Upstream. Actualmente, las empresas europeas tienen una cuota de alrededor del 30% en fabricación de satélites comerciales, y de un 35% en lanzamientos comerciales. Además, el impacto del mercado Upstream sobre el conjunto de la economía va más allá de las actividades asociadas directamente a la industria espacial. Junto al negocio inducido a través de la industria auxiliar y la generación de empleo de alta cualificación, el sector espacial proporciona una ventaja tecnológica a Europa, y contribuye a reforzar su competitividad industrial.

Lonely Planet publica la primera guía de viajes de el Universo

En esta primera guía de viaje por el universo, nos lleva a los planetas de nuestro sistema solar, antes de continuar viaje a los confines del universo conocido a través de exoplanetas, estrellas recién nacidas, resto de supernovas o supercúmulos de galaxia. Una guía estructurada como cualquier otra por territorios “terrestres”, que nos llevará a descubrir las vistas más asombrosas del espacio.

Organizada con un criterio similar al de una guía de viajes, incluye infinidad de datos curiosos, detalles sobre cada uno de los planetas, exoplanetas y cuerpos celestes de todo tipo, y se completa con fotografías e infografías sobre 124 planetas.

Dentro de nuestras fronteras

El sector espacial en nuestro país cuenta con un gran potencial de crecimiento a medio y largo plazo, que las empresas españolas deben aprovechar para reforzar su posicionamiento actual y desarrollar nuevas capacidades.

En 2018, alcanzó una facturación total de 867 millones, de los cuales 607 correspondieron a Upstream y 260 a Operadores según los datos de la Agenda sectorial Industria Espacial Española 2019. Dentro de Upstream, los ingresos del segmento vuelo ascendieron a 438 millones y los del segmento terreno a 167. Por otra parte, la cifra de empleo en 2018 superó las 3.900 personas, que en su mayoría cuentan con una elevada cualificación.

En la última década desde 2007, el sector ha logrado aumentar en casi un 75% su nivel de facturación, demostrando así su madurez y capacidad de resistencia ante ciclos económicos adversos. El segmento que más ha crecido en este período es el segmento Vuelo, con casi un 125% de incremento en la facturación, lo cual pone de manifiesto el aumento de la relevancia de España en la industria de fabricación y lanzamiento de satélites.

El Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA), reunido en Sevilla el 28 de noviembre de 2019, consiguió el respaldo de los ministros para acometer la mayor inversión en la historia de la Agencia en programas espaciales. La Presidencia española de la ESA, ejercida por el Ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, aprobó un compromiso para los próximos años de 14.400 millones de euros de inversión (40% superior al anterior).

Además del indudable éxito de visualización de Andalucía y Sevilla como capital del Espacio, el resultado de la Conferencia es de gran importancia para España y su industria, ya que se consigue un compromiso que alcanza los 1.543 millones para el periodo 2020-2026, lo que supone un incremento de 586,7 millones respecto al anterior y ser el quinto contribuyente global. Por cada euro invertido en la ESA, las empresas españolas obtienen 2,1 euros en contratos.

La situación en Andalucía

Las condiciones geográficas y de visibilidad del cielo hicieron que, ya en el siglo XVII, se creara el Real Observatorio de la Armada de San Fernando en Cádiz para enseñar astronomía a los guardiamarinas para su orientación en el mar. Desde 1942, el Instituto Nacional de Investigación Aeroespacial, INTA, perteneciente al Ministerio de Defensa, se ha ubicado en Huelva. En el mismo se ubica el Centro de experimentación de vehículos aerospaciales y de investigaciones atmosféricas (El Arenosillo).

El sector espacial andaluz se situó en unos 40 millones de facturación (últimos datos disponibles, de 2017), con lo que no llega al 5% del total espacial en España, una cifra muy inferior al peso que tiene el sector aeronáutico. Entre las empresas del sector espacial andaluz destacan Alter Technology, Solar Mems, DHV o 2S, aunque hasta unas 35 empresas tienen actividad discontinua en el sector espacio. Además, unos 70 grupos de investigación participan en Andalucía en proyectos relacionados con el espacio entre los que cabe destacar a las universidades de Sevilla, Málaga y Granada y el Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Este último gestiona el Observatorio Astronómico de Sierra Nevada, una de las infraestructuras espaciales más importantes de España. Asimismo, existen centros de ensayos con capacidad de albergar actividades espaciales, como CEDEA-CEUS en el Arenosillo y ATLAS en Villacarrillo. Este último ya está siendo utilizado para el lanzamiento de plataformas HAPS (High Altitude Pseudo Satellites).

Existen, por otro lado, un gran número de empresas innovadoras en el sector TIC (especialmente en los parques tecnológicos de Málaga, Sevilla y Granada) con capacidad para desarrollar aplicaciones en el ámbito de los servicios downstream del Espacio.

Por otro lado, se está poniendo en marcha en la Base del Ejército del Aire en Morón una infraestructura estratégica para el sector espacial español y europeo, el radar SST (Space Surveillance and Tracking) desarrollado por Indra. El radar SST es un sistema clave para la protección de la infraestructura espacial, realizando las funciones de detección, seguimiento e identificación y catalogación de los objetos que orbitan en torno a la tierra, así como los servicios de soporte a las misiones, alerta de colisión y reentrada en la Tierra.

La Estrategia Aeroespacial de Andalucía 2027, impulsada por la Consejería de Transferencia Económica, Industria, Conocimiento y Universidades que recientemente ha culminado el proceso de información pública, llega en un momento crucial.

La crisis del COVID-19 está creando una gran incertidumbre en el corto plazo a todo el sector aeroespacial a nivel mundial. En este contexto, el valor y oportunidad de esta Estrategia no ha hecho sino incrementarse. En primer lugar, porque, ante esta situación, propone al sector aeroespacial andaluz nuevas capacidades y talentos a desarrollar, así como nuevos productos y mercados a explorar que permitan a las empresas diversificar, en especial en la Industria del espacio, la defensa y los UAV (vehículo aéreo no tripulado, por sus siglas en inglés). Son ámbitos en los que Andalucía tiene unas capacidades actuales y potencialidades extraordinarias y que, en el momento actual, han incrementado exponencialmente su interés, dado el contexto de “nueva movilidad” y urgente digitalización.

En segundo lugar, porque ha sido un documento elaborado bajo la premisa de “Plan de la industria para la industria”, que ha sido la primera en ver la importancia de esta diversificación.

La Estrategia contempla entre sus programas la financiación de proyectos de I+D+i/Desarrollo Industrial para el desarrollo de nuevas tecnologías aplicables al “nuevo espacio”, incluyendo HAPS (High Altitude Pseudo Satellites), small sats, microelectrónica, radiofrecuencia, optrónica, fotónica y cuántica), así como iniciativas de Compra Pública Innovadora para la industria del espacio. Se persigue impulsar la entrada de más actores andaluces en nuevos programas de la Agencia Europa del Espacio y en los programas de defensa nacionales y europeos. Otro elemento de gran importancia para la participación de empresas en los programas espaciales es la certificación/homologación de estas entidades en la European Cooperation for Space Standardization (ECSS).

Para impulsar la consolidación y crecimiento del sector espacial en Andalucía, la Estrategia pretende identificar, conectar y movilizar todos los agentes y recursos institucionales y privados regionales, nacionales e internacionales para incrementar la participación de Andalucía en el sector espacial europeo en términos de proyectos, carga de trabajo, impulso y aceleración de empresas, instalación de programas industriales, de investigación, formación en tecnologías espaciales, con programas de FP y máster universitario, capacitación y dotación de infraestructuras, etc. Otro ámbito importante que contempla la EAA2027 es la atracción de empresas de New Space.

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La Luna, de nuevo

Aunque los humanos ya hayamos “pisado” la Luna, literalmente hablando, el satélite aún tiene mucho que ofrecer y por ello, sigue estando entre los primeros planes espaciales de las grandes agencias… y también de las empresas.

La ESA dispone de un programa, en colaboración con las agencias espaciales canadiense y japonesa, llamado HERACLES, que estudia, precisamente, la posibilidad de enviar una misión – a finales de la década de 2020- tripulada a la Luna utilizando una estación orbital denominada Gateway, como etapa intermedia, que estaría situada en las proximidades del satélite.

Durante los primeros días de septiembre, la NASA inició un proceso de búsqueda para los próximos directores de vuelo de las futuras misiones espaciales tripuladas, incluidas misiones a la Luna, en el Centro Espacial Johnson de la agencia en Houston. Aquellos que resulten elegidos como directores de vuelo, que se anunciarán a finales de otoño, liderarán las misiones espaciales tripuladas a la Estación Espacial Internacional.

Por su parte, la NASA enviará una nueva misión al polo sur de la Luna en 2024, incluida la primera mujer y el próximo hombre. La nueva misión se denomina Artemisa (Artemis en inglés), como la diosa griega de la Luna, hermana gemela de Apolo.

El nuevo cohete de la NASA, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), enviará astronautas a bordo de la nave espacial Orión a 380.000 kilómetros de la Tierra, hasta a la órbita lunar. Los astronautas atracarán a Orión en la Puerta de enlace y se transferirán a un sistema de aterrizaje humano para realizar expediciones en la superficie de la Luna. Después, regresarán al puesto avanzado orbital para abordar a Orion de nuevo y regresar a salvo a la Tierra.

Previo a las misiones tripuladas, se enviarán un conjunto de instrumentos científicos y demostraciones tecnológicas a la superficie lunar, a través de entregas comerciales a partir de 2021.

La NASA comprará recursos lunares extraídos por empresas privadas

La NASA lanzó a mediados de septiembre un plan para pagarle a las compañías para que extraigan recursos de la Luna. “Estamos dando un paso crítico al publicar una solicitud para que las empresas comerciales presenten propuestas para la recolección de recursos espaciales” escribió el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, en su blog, donde incidía en que los planes no violarán un acuerdo de 1967 del Tratado del Espacio Ultraterrestre que establece que los cuerpos celestes y el espacio están exentos de reclamos nacionales de propiedad.  

Bridenstine explicó que “los requisitos que hemos descrito son que una empresa recolectará una pequeña cantidad de ‘suciedad’ lunar o rocas de cualquier lugar de la superficie lunar, proporcionará imágenes a la NASA de la colección y el material recolectado, junto con datos que identifiquen la ubicación de la recolección y realizar una transferencia in situ de la propiedad del regolito lunar o las rocas a la NASA. Después de la transferencia de propiedad, el material recolectado pasa a ser propiedad exclusiva de la NASA para nuestro uso”.

Si hablamos de empresas, no podemos dejar de mencionar SpaceX. Fundada en 2002 por Elon Musk con el objetivo de reducir los costes de viajar al espacio para facilitar la colonización de Marte, ha alcanzando numerosos logros, como el de contar con el primer cohete de financiación privada en alcanzar la órbita, ser la primera empresa privada en enviar una cápsula certificada para humanos al espacio, o al ser la primera compañía privada en poner humanos en órbita en la nave espacial Crew Dragon a finales de mayo de este año.

Además, conjuntamente con la NASA, tienen planeado lanzar a finales de octubre el primer vuelo operativo con cuatro astronautas de la nave espacial Crew Dragon y el cohete Falcon 9 a la Estación Espacial Internacional (ISS) como parte del Programa de Tripulación Comercial de la agencia, siendo la primera de las misiones de rotación regulares a la estación espacial una vez que se complete la certificación de la NASA.

La misión llevará al comandante de Crew Dragon Michael Hopkins, al piloto Victor Glover y la especialista en misiones Shannon Walker, todos de la NASA, junto con el especialista en misiones de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), Soichi Noguchi, para una estancia de seis meses a bordo de la ISS.

Por otro lado, JAXA, junto con Toyota Motor Corporation (TMC), han dado a conocer cómo se llamará el vehículo presurizado de exploración espacial (‘rover’) tripulado que están desarrollando conjuntamente: ‘LUNAR CRUISER’. JAXA y Toyota están trabajando de forma conjunta en un vehículo de exploración tripulado que utiliza la misma tecnología que los vehículos eléctricos de pila de combustible -Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV)-.

JAXA y Toyota firmaron un acuerdo de investigación para trabajar en el vehículo presurizado de exploración lunar tripulado a mediados de 2019, con una fecha estimada de lanzamiento para la segunda mitad de la actual década. De manera conjunta, están trabajando tanto en la producción de piezas de prueba para las necesidades de cada elemento tecnológico como en el prototipo propiamente dicho.

El trabajo de desarrollo incluye la realización de simulaciones para confirmar la potencia y la capacidad de disipación del calor durante el uso y conducción del vehículo, la valoración de diferentes prototipos de neumáticos y el uso de Realidad Virtual y modelos a escala real para analizar la ubicación del equipamiento necesario en la cabina de tripulantes del ‘LUNAR CRUISER’.

Por su parte, Ispace, compañía japonesa de exploración lunar, ha cerrado a finales de agosto una ronda de financiación por un total de 28 millones de dólares, que le permitirán completar el desarrollo de su módulo de aterrizaje lunar comercial para su primera misión a la Luna y la segunda misión que se planea lanzar en 2022.

Siguiente parada, Marte

La primera misión con éxito a Marte, Mariner 4, fue lanzada por la NASA el 28 de noviembre de 1964: pasó a 6.120 millas de Marte y envió 22 fotos, tal como se había planeado. Por su parte, la primera nave que entró en órbita de Marte fue Mars 2, lanzada por Rusia en 1971. Su nave hermana, la Mars 3, entró también en órbita de Marte y logró soltar un módulo de aterrizaje que funcionó durante 20 segundos.

Sin embargo, las misiones que popularizaron la exploración de Marte fueron las naves gemelas Viking, a mediados de los 70, que mapearon el 97% del planeta y con las que se obtuvieron las primeras imágenes detalladas de la superficie.

Existe una aplicación web con una representación nítida que muestra dónde está la misión Mars 2020 de la agencia en este momento, mientras se dirige al Planeta Rojo.

Además, a través de esta web (https://mars.nasa.gov/participate/send-your-name/future) puedes enviar tu nombre a Marte con el próximo vuelo de la NASA al Planeta Rojo, que viajará en julio de 2026, y recibirás tu carta de embarque.

La exploración de Marte se interrumpió durante más de dos décadas, hasta Mars Global Surveyor, que se lanzó en 1996 y entró en órbita en 1997.

Desde entonces, han sido varias las misiones que se han enviado para conocer más de cerca un planeta que se encuentra a una distancia media de la Tierra de 225 millones de kilómetros.

Más recientemente, a finales de julio, fue lanzada con éxito la misión Hope Mars, también llamada Hope Mars Mission o Emirates Mars Mission, la primera misión interplanetaria emprendida por una nación árabe.

Los objetivos científicos tienen como meta proporcionar una imagen completa de la atmósfera marciana. La sonda estudiará el clima diariamente y a través de ciclos estacionales, los eventos climáticos en la atmósfera inferior, como las tormentas de polvo, así como el clima en diferentes áreas geográficas de Marte. Según el equipo de Hope Mars Mission, la sonda será el “primer satélite meteorológico verdadero” en Marte.

Todos los datos obtenidos de la misión se pondrán a disposición de 200 universidades e institutos de investigación de todo el mundo con el fin de compartir conocimientos.

El Rover Curiosity celebra ocho años en el Planeta Rojo

El rover Curiosity de la NASA celebró el pasado 5 de agosto ocho años desde su llegada a Marte. Curiosity amartizó el 5 de agosto de 2012, y pronto se le unirá otro rover, Perseverance, que se lanzó el pasado 30 de julio.

Curiosity ha visto mucho desde que colocó sus ruedas dentro de la cuenca del cráter Gale de 154 kilómetros de ancho. Su misión: estudiar si Marte tenía el agua, los componentes químicos y las fuentes de energía que pudieron haber albergado la vida microbiana hace miles de millones de años.

Desde su aterrizaje, el rover ha recorrido más de 23 kilómetros, perforando 26 muestras de rocas y recogiendo seis muestras de suelo en el camino, revelando que el antiguo Marte era realmente adecuado para la vida.

Mientras, el pasado 30 de julio, la misión del rover Perseverance Mars 2020 de la NASA partió de camino al Planeta Rojo para buscar signos de vida antigua y recolectar muestras para enviarlas de regreso a la Tierra.

El rover Perseverance tiene programado aterrizar el 18 de febrero de 2021 en el cráter Jezero, antiguo delta de un río y lago, y tendrá como objetivo buscar rocas que contengan posibles signos de una antigua vida microbiana. Se espera que el rover recolecte muestras de rocas, que serán traídas a la Tierra para su análisis en aproximadamente una década.

Para poder realizar su trabajo, el rover lleva siete instrumentos científicos diferentes. Además de Perseverance, también viaja a Marte Ingenuity, un helicóptero de doble rotor y energía solar conectado a la barriga del rover, que se convertirá en la primera aeronave en volar en otro mundo.

GMV y ExoMars

ExoMars es un programa conjunto de la ESA y la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) que, a través de dos misiones, tiene como objetivo investigar el entorno de Marte y probar nuevas tecnologías de cara a la búsqueda de rastros de vida y la futura recogida de muestras en el planeta rojo en la década de 2020.

La primera misión ExoMars, consistente en el orbitador Trace Gas Orbiter (TGO) y el módulo demostrador de entrada y descenso (Schiaparelli), fue lanzada con éxito en 2016. La segunda misión, cuya fecha de lanzamiento estaba fijada para julio de 2020 -pero que se ha aplazado a 2022-, incluirá un rover o vehículo de exploración, Rosalind Franklin, que portará un perforador y un equipo de herramientas de investigación astrobiológica y geoquímica.

En esta segunda misión, GMV participa en el desarrollo del software de aplicación completo de la misión (Application SW) del sistema GNC (Guiado, Navegación y Control) y de otros subsistemas (sistema térmico, sistema de telecomandos, guiado y control del módulo portador, además del módulo de descenso, sistema de potencia). También desarrollará el software Verification Facility (SVF) utilizado para la validación del Application SW.

Asimismo, en el marco de esta misión, GMV aportará el simulador del computador de a bordo (OBC1), se hará cargo del software operacional del centro de control del rover, cuya gestión se hará desde las instalaciones de ALTEC en Turín, Italia, utilizando el sistema de control y gestión de datos diseñado y desarrollado por GMV y suministrará el CM-DM (Central Checkout System).

Venus ya no está tan lejos

Mariner 2 se convirtió en la primera misión exitosa a otro planeta cuando sobrevoló Venus el 14 de diciembre de 1962. La nave espacial hizo una serie de descubrimientos sobre el planeta y marcó un hito al medir el viento solar, un flujo constante de partículas cargadas que vuelan hacia afuera desde el sol.

Además, la misión estableció que Venus no tenía campo magnético y midió las emisiones térmicas de microondas del planeta. Cinco años después, Mariner 5 siguió el estudio de Venus de Mariner 2 con una mirada más cercana a la atmósfera del planeta.

Más recientemente, el artículo ‘Phosphine gas in the cloud decks of Venus’, publicado recientemente en la revista Nature Astronomy afirmaba que se había detectado en la atmósfera de Venus un compuesto químico llamado fosfina – indicativa de la potencial presencia de vida en el planeta- en cantidades muy superiores a las presentes en nuestro planeta. Los autores llegaron a la conclusión de que su origen podría deberse a motivos biológicos después de realizar simulaciones sobre posibles alternativas.

Y aunque aún queda mucho por conocer del planeta, el CEO de la compañía de vuelos espaciales Rocket Lab, Peter Beck, anunció a principios de agosto el lanzamiento de una misión a Venus en 2023, con el objetivo de buscar vida en las nubes de dicho planeta. Para la misión, la compañía empleará el cohete Electron capaz de elevar hasta 300 kilogramos de carga útil a la órbita terrestre baja.

La nave Juno fue lanzada en 2011 para revelar la historia de la formación y evolución de Júpiter y a principios de este año proporcionó sus primeros resultados científicos sobre la cantidad de agua en la atmósfera de Júpiter. Publicado en la revista Nature Astronomy, los resultados de Juno estiman que, en el ecuador, el agua constituye aproximadamente el 0,25% de las moléculas en la atmósfera de Júpiter.

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Planeta A

A la espera de que todos estos avances se traduzcan, en un futuro no muy lejano, en una posible vida humana fuera de nuestras fronteras, la Tierra sigue siendo nuestro planeta A, y protegerla de elementos externos sigue siendo un objetivo.

En este sentido, con el nombre de la diosa griega del matrimonio, HERA es la contribución europea a la misión internacional AIDA (Asteroid Impact & Deflection Assessment, la primera misión de defensa planetaria de la humanidad) y tiene como objetivo averiguar si somos capaces de desviar un asteroide evitando así que colisione con la Tierra.

AIDA se compone de dos misiones, DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA, un impactador cinético diseñado para desviar al más pequeño de los dos asteroides Didymos, y la nave inspectora HERA de la ESA, que llegará al asteroide objetivo Didymos cuatro años después del impacto de DART. HERA, cuyo lanzamiento está previsto para 2024, viajará por primera vez en la historia a explorar un sistema binario de asteroides.

Los sistemas que proporcionará Thales Alenia Space serán claves para la misión y permitirán controlar y seguir a la sonda a una distancia de hasta 500 millones de kilómetros y enviar a la Tierra toda la información recopilada por HERA, así como la realización de experimentos de radio ciencia. Thales Alenia Space en España será responsable del sistema de comunicaciones en banda X que permitirá comunicaciones robustas con las estaciones terrenas, liderando un consorcio que incluye a Thales Alenia Space en Italia, como responsable del transpondedor de espacio profundo y a Thales Alenia Space en Bélgica, responsable de los amplificadores de tubo de onda progresiva (TWTA), además de otras compañías. Thales Alenia Space en Bélgica proporcionará también la PCDU, el núcleo eléctrico de la nave.

Y es que, como decía el científico Stephen Hawking, “el universo no solo tiene una historia, sino cualquier historia posible”. Preparémonos para descubrir si la nuestra continúa en la Tierra… o nos embarcamos en un viaje de millones de kilómetros.

 

Inma Sánchez