Siete meses después del inicio de la pandemia y observando las cifras de afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en Andalucía, al objeto de tener una perspectiva global de la situación actual, nos encontramos que a 30 de septiembre somos en la Comunidad 543.079 autónomos. Ni uno más ni uno menos. De hecho, somos 3.763 más que con los que comenzamos este año adverso. Son datos positivos frente a los 12.145 trabajadores por cuenta propia menos que se han registrado, en igual periodo, en el ámbito nacional.

Este más de medio millón de autónomos andaluces se dedican a las más diversas actividades, muchos de ellos tienen trabajadores, generan riqueza por valor del 20% del PIB y son una pieza fundamental para que nuestros más de 205 pueblos con menos de mil habitantes (de los 786 municipios de Andalucía) no desaparezcan y la España vaciada sea aún más grande por el sur.

Pero en este año tan particular, también ese más de medio millón de autónomos, hemos sido los primeros en sufrir las consecuencias económicas de la pandemia y, con toda probabilidad, vamos a ser los últimos en recuperarnos. Y sin embargo, no hemos dejado nuestras responsabilidades a un lado.

Sin dejar que la pandemia mine totalmente nuestra fuerza y determinación hemos continuado dedicados a la medicina, la alimentación, el transporte, la limpieza, el cuidado de personas vulnerables, las reformas, el asesoramiento y gestoría, asistencia legal, asistencia psicológica, ocio y entretenimiento… todos hemos puesto de nuestra parte para hacer algo más llevadera esta crisis, que comenzó siendo sanitaria y, ha acabado siendo de país.

Han sido muchos meses de incertidumbre, denuncias, demandas, reuniones y hojas de boletines oficiales para conseguir que un 45% de los autónomos pudiesen percibir la prestación por cese de actividad extraordinaria, que ha sido, junto con los ERTE, la tabla de salvación de muchas familias.

Pero, una vez superado el estado de alarma y preparados para la incorporación a nuestra actividad impregnados de gel hidroalcohólico, envueltos en mascarillas y adaptándonos a la “nueva normalidad”, nos damos de bruces con los rebrotes y, la ya confirmada segunda oleada y, con ellos, las restricciones a la actividad. Son más de 50 mil los autónomos andaluces del ocio nocturno, feriantes, guías turísticos, etc., que en la actualidad están con sus actividades paralizadas y, además, somos más de 493 mil autónomos andaluces los que vivimos, día a día, con el “alma en vilo” ya que todo apunta a que, con los continuos y numerosos rebrotes, se ampliarán las restricciones a otras actividades.

Todos entendemos la necesidad de medidas sanitarias para combatir el virus, las acatamos y las respetamos. Pero sin medidas económicas que acompañen estas decisiones además de buscar una vacuna contra el virus, vamos a tener que buscar una pócima mágica que nos ayude a superar uno de los mayores desastres económicos de nuestra historia reciente.

Vivimos un momento excepcional que necesita medidas urgentes y de calado, además de certidumbre y confianza. Los autónomos ya hemos demostrado que afrontamos la adversidad de cara, con fuerza y determinación. Y si queremos volver a ponernos en pie, será necesario que nos oigan, porque sin los autónomos y sin la opinión de los que estamos todos los días escuchando sus problemas, esta recuperación será imposible.

 

Rafael Amor AcedoRafael Amor WEB opinion

Presidente ATA Andalucía

@rafaelamor_ata

 

Artículo incluido en la edición de noviembre de Agenda de la Empresa