Soy de las convencidas de que esta sociedad necesita encontrar una nueva forma de liderazgo, que implique una transformación, un camino de trascender al ser humano y que, de una vez por todas, recobre el sentido que a veces parece perdido. Esta premisa me lleva directamente a centrarme en el propósito.

Nos está tocando vivir un año diferente, complejo, incierto, volátil, ambiguo, sí, ese entorno al que llamamos VUCA. Este año, la mayoría de nuestras preocupaciones y ocupaciones han estado fuera de nosotros, adaptando nuestro comportamiento, nuestras actividades, a las restricciones de la situación de COVID-19. Ha sido un año en el que nuestro foco ha estado lejos del propósito, porque tenemos que sobrevivir y/o adaptarnos a esa situación concreta que nos está tocando vivir.

¿Crees que hablar sobre el propósito está demodé o por el contrario es una de las claves que puede salvarnos como personas?

El propósito está presente en los procesos individuales de coaching, de orientación profesional, de estrategia para establecer una marca personal e íntimamente ligado con los valores individuales. Sin embargo, cuando llegamos al ámbito organizacional, el concepto propósito se diluye.

Sabes que me gusta la reflexión, así que te propongo que te tomes el tiempo necesario para pararte, observes y sientas cómo es la relación que ahora tienes con tu propósito.

Recuerda, el propósito es el “para qué”, lo que da sentido a tu vida, aquello que es tu vocación, que haces sin esfuerzo, que disfrutas. Lo que define cómo haces las cosas. El propósito es tu motor, lo que te mueve a actuar con una energía desbordante, con una fortaleza inquebrantable y con un entusiasmo inagotable. El propósito es la razón por la que estás dispuesto a luchar, a enfrentarte a todo, a dejar atrás todo. Conecta con tus valores personales irrenunciables y con tus fortalezas esenciales. Te llena, te inspira, te hace más grande, más fuerte.

El auténtico liderazgo no se sostiene sin un propósito, que es el que hace activar todas tus capacidades y habilidades, y ponerlas a trabajar para lograr conseguir lo que te has marcado como objetivo, en cualquier ámbito de tu vida. Y como hoy le he escuchado a Mayte Márquez, experta en este tema, “liderar a través del propósito lleva implícita la propia transformación de la persona, que impulsa a su vez, la transformación de la organización a la que elige libremente pertenecer”.

Me sumo a esa afirmación porque estoy convencida de que el nuevo liderazgo tiene que comenzar por la persona y desde allí facilitar esa transformación en cualquiera de los espacios en los que haya decidido estar. ¿Utópico? No lo creo, solo poner conciencia, acción y compromiso.

Contar con personas que lideran desde el propósito en las empresas y organizaciones conecta directamente el modelo individual con el modelo organizacional, llenándolas de sentido y de humanismo, algo tan necesario en el ámbito empresarial y en este nuevo tiempo que estamos viviendo. Las organizaciones tienen un nuevo reto, y es integrar en la cultura el propósito y los valores que en muchas de ellas ya están definidos desde hace tiempo.

Quizás estén esperando a experiencias de liderazgo desde el propósito. ¡Fácil no es, pero sí apasionante, como vivir desde el propósito! ¿Te atreves?

 

Ana HerreroWEB Ana Herrero

Directora en Andalucía de Montaner & Asociados

@AnaHerrero

 

Artículo incluido en la edición de noviembre de Agenda de la Empresa