Las últimas previsiones de la Comisión Europea señalan que el Producto Interior Bruto (PIB) de la Zona Euro podría disminuir un 7,8% en 2020, algo menos de lo previsto el pasado verano (-8,7%), aumentando un 4,2% en 2021 y un 3% en 2022, sin que llegue a recuperarse el nivel previo a la pandemia, al igual que ocurrirá en el conjunto de la UE.

Aunque el PIB repuntó en el tercer trimestre, a medida que avanzaba el proceso de desconfinamiento, el rebrote de la pandemia está afectando de nuevo a la actividad, coincidiendo con las nuevas medidas de salud pública puestas en marcha desde mediados de octubre. En este sentido, la Comisión considera que las proyecciones de crecimiento están sujetas a un nivel de incertidumbre muy elevado, derivándose el principal riesgo de un agravamiento de la pandemia, sin olvidar la posibilidad de un aumento de las tensiones comerciales o financieras. Sin embargo, en el lado positivo, el programa de recuperación de la UE podría impulsar la economía, al igual que un acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido.

El impacto de la pandemia está siendo generalizado, aunque con significativas diferencias entre países, condicionadas por la propagación del virus, las medidas para contenerla o la propia estructura sectorial de los países. En este contexto, la economía española será la que registre una mayor caída del PIB en el seno de la UE, según las proyecciones de la Comisión. En concreto, el PIB podría descender en 2020 un 12,4%, siendo la única gran economía europea, junto a Reino Unido, en la que las perspectivas han empeorado.

A este respecto, las cifras avance de la Contabilidad Nacional Trimestral de España para el tercer trimestre arrojan un descenso del PIB del 8,7% en términos interanuales (-21,5% en el segundo trimestre), prácticamente el doble que en el conjunto de la Eurozona (-4,4%), aunque la producción se ha incrementado un 16,7% con relación al trimestre anterior. La demanda nacional ha moderado su contribución negativa al crecimiento, aunque tanto el consumo de los hogares como la inversión descienden más de un 10% con relación a un año antes. Igualmente, la aportación negativa de la demanda externa continúa siendo negativa, debido al mayor descenso de las exportaciones que de las importaciones, con una caída especialmente intensa de las exportaciones de servicios turísticos (-74,3% respecto al tercer trimestre de 2019).

En cuanto a la economía andaluza, las estimaciones de AIReF señalan que el descenso interanual del PIB en el tercer trimestre es algo inferior al promedio nacional, observándose, en general, un mayor impacto en las Comunidades Autónomas más vinculadas al turismo. Precisamente, los datos de la Contabilidad Regional Trimestral publicados recientemente arrojan un crecimiento del PIB en el tercer trimestre del 14,5%, registrándose un descenso del 8,5% con relación al tercer trimestre de 2019, en línea con el estimado para el conjunto de España.

Pese a la recuperación de la demanda interna entre junio y septiembre, su aportación al crecimiento aún sigue siendo negativa, con un consumo privado un 9,2% inferior al del tercer trimestre del pasado año y una inversión en torno a un 15,5% inferior. También sigue siendo negativa la contribución del saldo exterior, ya que las exportaciones de bienes y servicios continúan descendiendo a mayor ritmo que las importaciones (-20,4% y -16,5%, respectivamente). Por otro lado, la actividad ha crecido en todas las ramas productivas, con especial intensidad en la de comercio, transporte y hostelería, aunque esta es una de las que acumula un mayor descenso, superior al 20%, en relación al mismo periodo de 2019, junto a la de actividades artísticas y recreativas.

De igual modo, los resultados de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre continúan reflejando los efectos de la pandemia. Aunque el número de ocupados en Andalucía ha crecido un 2,6% con relación al segundo trimestre, la región ha perdido 115.600 ocupados en un año (-697.500 en España). No hay que olvidar que la EPA considera ocupados a los afectados por ERTE con suspensión de empleo. Además, hay que recordar que el final del confinamiento en junio ha ido normalizando el comportamiento de la población activa, aumentando el número de activos y disminuyendo el de personas que están fuera del mercado de trabajo. Entre las distintas provincias, el aumento trimestral del empleo ha sido generalizado, con la excepción de Huelva (debido a la pérdida de empleo agrario por el fin de la campaña de recogida de la fresa), si bien con relación al tercer trimestre de 2019 el descenso de la ocupación también es generalizado, exceptuando Cádiz (por el aumento sobre todo en industria).

No puede descartarse un nuevo descenso de la producción en el cuarto trimestre del año, teniendo en cuenta las nuevas restricciones de movilidad y actividad. De este modo, en el conjunto del año, el PIB podría registrar una caída del 11,4% (frente al -10,4% previsto en mayo), según las previsiones recogidas en el proyecto de ley del Presupuesto de Andalucía para 2021, mientras para 2021 se prevé un crecimiento de la producción del 7% y del 5,5% en el empleo, lo que supondría la creación de alrededor de 164.000 empleos.

 

Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

www.analistaseconomicos.com

 

 

Artículo incluido en la edición de diciembre de Agenda de la Empresa