Alicia Troncoso Lora alicia Troncoso WEB opinion

Catedrática de la Universidad Pablo de Olavide

Vicepresidenta de Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA)

 

Las siglas STEM aglutinan diversas disciplinas, como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, que tienen patrones comunes, pero también algunas diferencias en las que me gustaría centrarme.

A pesar de que la brecha de género es común en todas estas disciplinas, la brecha es mucho más acusada en la tecnología, en la que las mujeres representamos el 10% frente a las mujeres en las ciencias que representan un 30%. Sin embargo, hoy en día la demanda de puestos de trabajos en el sector TIC es muchísimo mayor que las personas que egresan en esas titulaciones, y, sin duda, en el futuro muy próximo un número importante de puestos de trabajos, que quizás aún no existan, estarán relacionados con las TIC.

Si las tendencias no cambian, las mujeres no desempeñarán en su mayoría esos puestos de trabajo relacionados con las TIC si no somos capaces entre todos, mujeres y hombres, de revertir esta situación. Eso hará que en el futuro próximo haya una mayor tasa de desempleo entre las mujeres. Así que la pregunta crucial que debemos hacernos es: ¿Cómo se puede revertir esta situación en las TIC?

Un paso muy importante es lo que precisamente se ha hecho en el II Foro Mujer y Empresa, celebrado en el mes de diciembre en la Diputación de Sevilla, dando visibilidad a mujeres que puedan ser referentes para las niñas y adolescentes, porque no se puede ser lo que no se ve o no existe. Actualmente, tanto en las películas como en las series se están introduciendo mujeres en profesiones tradicionalmente masculinizadas, como por ejemplo la ingeniería informática, desempeñando trabajos importantes e imprescindibles dentro de un equipo de trabajo o incluso liderándolo.

Para revertir esta situación, también sería importante que la disciplina de informática fuera una asignatura reglada más en los colegios o institutos al igual que lo son materias como las matemáticas, lengua o idiomas. Esto haría que los adolescentes tuvieran un conocimiento más amplio de la informática, más allá de los videojuegos, y que podría ayudarles a decidir una carrera tecnológica para su desarrollo profesional. Actualmente, la informática en la enseñanza obligatoria es totalmente residual, algo totalmente inexplicable dada la revolución digital que todas las sociedades modernas están sufriendo.

Pero, sobre todo, la tarea más difícil y que más contribuiría a la igualdad de oportunidades sería romper los estereotipos de género en el entorno familiar y social, que tanto daño han hecho y siguen haciendo. Estos estereotipos relacionados con la forma de vestir, juguetes, colores, actividades deportivas, etc., condicionan y limitan a las mujeres. Por ejemplo, hay estudios en los que se publica que la tasa de mujeres que usan la bicicleta es mucho menor que la tasa de hombre, y es obvio que hay determinadas actividades imposibles de practicar con falda o vestido. Por todo ello, me gustaría acabar recordando unas palabras esperanzadoras que pronunció Mae Jemison, una mujer ingeniera, médico y astronauta de la NASA y la primera mujer afroamericana que viajó al espacio: “Que no te limite la imaginación limitada de los demás”.