Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

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El último informe publicado por la Comisión Europea señala que la actividad económica se contraerá en el primer trimestre de 2021, tanto en la Zona Euro como en el conjunto de la Unión Europea, por la continuidad de las medidas de contención reintroducidas durante los últimos meses de 2020. La Comisión espera que el crecimiento económico se reanude en primavera y cobre impulso a partir de verano, a medida que avancen los programas de vacunación y se relajen las medidas de contención, en un contexto también de mejora de las perspectivas económicas mundiales.

La incertidumbre continúa siendo elevada, especialmente por la evolución de la pandemia y el desarrollo de las campañas de vacunación. Una mayor gravedad o persistencia de la pandemia, así como retrasos en los programas de vacunación, podrían retrasar el levantamiento de las medidas de contención. También existe el riesgo de que la crisis afecte al tejido económico y social de la UE, principalmente debido a quiebras empresariales y a la pérdida de puestos de trabajo. No obstante, la posibilidad de que el proceso de vacunación permita relajar las medidas de contención más rápido de lo previsto, así como el instrumento de recuperación europeo NextGenerationEU, podrían propiciar un crecimiento mayor de lo esperado.

Se prevé que la recuperación sea desigual por países, al igual que lo ha sido el impacto de la pandemia. En concreto, según las previsiones de invierno de la Comisión, la economía de la Zona Euro crecerá un 3,8% en 2021, registrándose tasas comprendidas entre el 1,8%, de Países Bajos, y el 5,6%, de España. En el caso de la economía española, el recrudecimiento de la pandemia en las primeras semanas del año y las medidas de contención más restrictivas habrían afectado al consumo privado y a la inversión, que se prevé desciendan en el primer trimestre para recuperarse ligeramente en el segundo.

A medida que avance el proceso de vacunación y se eliminen las restricciones, la actividad económica debería recuperarse con fuerza en la segunda mitad del año, impulsada, en parte, por la demanda embalsada. Asimismo, la inversión también se recuperaría por las mejores expectativas y la menor incertidumbre, en tanto que las exportaciones crecerían a mayor ritmo que las importaciones por la ligera recuperación del turismo internacional. Según estimaciones de FUNCAS, no sería hasta finales de 2022 cuando el turismo habría recuperado el 75% del terreno perdido por la crisis, recuperándose gradualmente la actividad a partir del segundo trimestre de este año.

También para la economía andaluza se espera que la recuperación de la actividad se vaya afianzando a medida que avance 2021, tras registrarse en 2020 una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 10,3%, algo menor que la estimada para España (-11,0%). El año cerró con un crecimiento trimestral del 0,3%, frente al 14,2% del tercer trimestre, como consecuencia del empeoramiento de la situación sanitaria en el tramo final de 2020 y la reintroducción de restricciones a la movilidad y la actividad. No obstante, este crecimiento habría sido mejor de lo esperado, debido al moderado crecimiento del consumo, tanto público como privado, ya que la inversión y las exportaciones volvieron a descender. En términos interanuales, sin embargo, todos los componentes del PIB desde el lado de la demanda descendieron en el cuarto trimestre, a excepción del gasto en consumo de las Administraciones públicas.

De este modo, en el agregado de 2020, la demanda interna habría restado nueve puntos porcentuales al crecimiento regional, disminuyendo el consumo de los hogares y la inversión un 11,8% y 15,5%, respectivamente, con una mayor la caída de las exportaciones (-23,2%), muy condicionadas por la negativa evolución de la actividad turística. Por su parte, la caída del Valor Añadido Bruto ha afectado a todas las ramas de actividad, con excepción del sector agrario (6,1%) y, dentro del sector servicios, las ramas de administración pública, sanidad y educación y actividades financieras y de seguros (1,6% y 2,5%, respectivamente). En el resto de actividades se han producido caídas que oscilan entre el -2,9% de las actividades inmobiliarias y el -24,4% de las actividades artísticas y recreativas, siendo también superior al 20% el descenso en comercio, transporte y hostelería (-23,2%).

A finales de 2020 la economía andaluza habría recuperado algo más del 75% del empleo destruido en la primera mitad del año, aunque el número de ocupados en el cuarto trimestre seguía siendo un 1,7% inferior al de finales de 2019, lo que supone una caída algo menos intensa que la registrada en España (-3,1%). El mayor peso en la estructura productiva andaluza del sector agrario y, en menor medida, de la construcción, explicarían este diferencial, ya que son estos sectores los que muestran una mejor trayectoria, con aumentos interanuales del empleo del 6,1% y 3,1%, respectivamente, siendo el sector servicios el que continúa más afectado por la crisis (-3,3%). Hay que recordar que estas cifras de empleo incluyen a los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, que en los meses de noviembre y diciembre volvieron a aumentar.

 

Análisis incluido en la edición de marzo de Agenda de la Empresa