Francisco Fonseca Morillo Francisco Fonseca WEB opinion

Director de la Representación de la Comisión Europea en España

 

 

Decía Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea entre el 1985 y 1995, que el mercado interior es fundamental para construir la Unión Europea. Pero también afirmaba que es poco probable que uno acabe enamorándose de un mercado. Con ello, Delors quería decir que hay que dotar de alma, de emoción, a la construcción europea, porque la manera de llegar al ciudadano es través del corazón y no por la razón.

Esta reflexión sigue a día de hoy vigente, y es más relevante que nunca en el contexto de la pandemia de la COVID-19, también es necesario alimentar el alma y la belleza después del dolor que estamos sufriendo. Recogiendo esta idea el pasado mes de septiembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteó en su discurso sobre el Estado de la Unión, actualizar el movimiento Bauhaus europeo, pero alineándolo con los objetivos de crecimiento y salida de la crisis actual, que no son otros que las transiciones ecológica y digital en la Unión Europea.

El movimiento Bauhaus fue revolucionario en los años 20 del siglo pasado porque agrupó a una serie de genios de diferentes disciplinas como eran Gropius, Meyer, Kandinsky o Klee bajo el lema: la forma sigue a la función. Si aplicamos esta divisa a la Nueva Bauhaus europea, podríamos decir que se pretende crear entornos, edificios, espacios, construcciones que sean eficientes, digitales, sostenibles y… estéticas. Ese será el legado del nuevo Movimiento a las generaciones venideras.

La Nueva Bauhaus europea bebe de las fuentes de la Bauhaus original donde se establecía que la mejor manera de progresar era aunar diferentes disciplinas como la arquitectura, la pintura, la artesanía… Pero lo actualiza incluyendo otras como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y el diseño. De la misma forma que los arquitectos de la Bauhaus tenían predilección por aplicar en la construcción materiales como el cristal y el hormigón con formas orgánicas y naturales, la Nueva Bauhaus europea redefine este concepto al buscar proyectos que usen materiales sostenibles y en línea con los compromisos que nos hemos dado de transición ecológica.

Hemos de pasar de las musas al teatro y para ello, tenemos un plan en tres etapas. Ahora mismo, nos encontramos en la fase de prospección. Por un lado, estamos buscando movimientos, tendencias e ideas que nos permitan crear un marco conceptual para reactualización del movimiento. Una vez creado ese marco, promoveremos la creación de proyectos piloto en los países de la UE, y los haremos posibles gracias a convocatorias de propuestas. Ahí la Nueva Bauhaus europea empezará a cobrar vida y se dotará de alma. Por otro, estamos identificando ejemplos de proyectos actuales que bien podrían considerarse adalides de la Nueva Bauhaus europea. Y este verano premiaremos a los que mejor lo representen.

En la segunda fase pondremos todas las ideas en práctica, y se desarrollarán los proyectos en los países de la UE. La tercera y última será la de difusión: de la misma forma que la influencia de la Bauhaus llegó a todos los confines, queremos que esta nueva ola de renovación sea global.

Desde estas páginas me permito invitar a todos los Gropius, Klee, Gray, Perriand del momento a participar en la refundación de este movimiento: porque la forma sigue a la función y la función a la belleza para legar ciudades más sostenibles, verdes e integradoras. Enlace para participar: https://europa.eu/new-european-bauhaus/index_en.