Rafael Amor AcedoRafael Amor WEB opinion

Presidente ATA Andalucía

@rafaelamor_ata

 

La pandemia, que durante sus primeros meses nos hizo creer que después del confinamiento y las primeras limitaciones tenia fecha de fin, se empeña en decirnos cada día y con cada nueva ola, lo que el gran Miguel Ángel le decía al Papa cuándo lo apremiaba a terminar la capilla Sixtina “Terminaré… cuando termine”.

Sin embargo, en los tiempos actuales, no se trata del período invertido en una esplendida y bellísima obra de arte. Más bien, del tiempo que hace que empezaron a correr los meses de pandemia y como ésta nos arrebata algo a cada uno de nosotros. En el peor de los casos y, lamentablemente en demasiadas ocasiones la salud, pero también está arrasando nuestros negocios, nuestro modo de vida.

Mientras esto ocurre, y pasado ya un año, aún continuamos en un gran escenario donde la protagonista principal es la polémica, con un porcentaje de vacunación de la población demasiado bajo y unas ayudas a las personas trabajadoras autónomas y empresas sin fecha de entrega.

Las vacunas y las ayudas directas son los medios para combatir el COVID-19 y salvar nuestras empresas. Los medios están para lograr buenos fines, pero en ambos casos parece que quienes dirigen esos medios se pierden o ralentizan el paso hacia el camino correcto, hacia el buen fin.

El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado 26 de marzo la Orden Ministerial que establece el reparto entre las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla de los 7.000 millones de euros con que está dotada la Línea Covid de ayudas directas a autónomos y empresas. Esta línea de ayudas está prevista en el Real Decreto-ley 5/2021 de 12 de marzo, de medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial en respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia que también señala que se efectúen las correspondientes transferencias a cada ente territorial, tras convenio entre las partes que debe firmarse en el plazo de un mes y diez días desde el 12 de marzo. El día 8 de abril, las comunidades autónomas han recibido el borrador de convenio para poner en marcha los 7.000 millones en ayudas directas que contempla el decreto

El reparto entre las Comunidades Autónomas de los 7.000 millones de euros con que está dotada la Línea Covid de ayudas directas a autónomos y empresas deja a Canarias como la principal receptora de estas ayudas, con 1.144,3 millones de euros, seguida de por Andalucía, con 1.109,2 millones, y Cataluña, con 993,2 millones. Las restantes reciben cuantías un poco más bajas.

Estas ayudas directas tendrán carácter finalista, empleándose para satisfacer la deuda y realizar pagos a proveedores y otros acreedores, financieros y no financieros, así como los costes fijos incurridos por los autónomos y empresas considerados elegibles, siempre y cuando éstos se hayan devengado entre el 1 de marzo de 2020 y el 31 de mayo de 2021 y procedan de contratos anteriores a la entrada en vigor de este Real Decreto-ley. En primer lugar, se satisfarán los pagos a proveedores, por orden de antigüedad y, si procede, se reducirá el nominal de la deuda bancaria, primando la reducción del nominal de la deuda con aval público.

Podrán solicitarlas las empresas no financieras y los autónomos más afectados por la pandemia, siempre y cuando tengan su domicilio fiscal en territorio español, pertenezcan a los sectores definidos en el Anexo I del Real Decreto-ley y cuyo volumen de operaciones anual, en el Impuesto sobre el Valor Añadido o tributo indirecto equivalente en 2020 haya caído más de un 30% con respecto a 2019.

Ahora bien, no nos podemos confiar porque aún se ha de poner en marcha la maquinaria burocrática a nivel nacional y regional y ambas han de coordinarse. Son las Comunidades Autónomas las que van a gestionar estas ayudas y hasta que ellas no publiquen la orden de solicitud con la tramitación, etc., no se pueden solicitar.

Ojalá las diferentes administraciones no hagan suya la frase del gran artista: “terminaré, cuando termine” y sean capaces de ver que a los autónomos nos cuesta, cada día más, conciliar el sueño y que el remedio es más cruel que la enfermedad. En nuestras pesadillas aparecen nuevas olas, nuevos retrasos en la vacunación y demoras en la gestión de las ayudas, todo ello hunde, definitivamente, nuestros negocios porque vemos con nitidez como nuestro colchón de ahorros se ha evaporado en los muchos meses en que solo hemos tenido gastos y limitaciones que han impedido el normal desarrollo de nuestra actividad.