A lo largo de los años las empresas han ido cambiando sus formas de expansión. Han borrado fronteras y se han expandido a países donde los costes de producción eran más rentables. Otras muchas han decidido realizar esa ampliación con la exportación de sus productos o con la importación de materiales. Sea como fuese todas ellas han visto en la internacionalización un buen camino para que sus negocios crezcan.

Adrián Díaz
Adrián Díaz

Uno de los países  frecuentemente elegidos por muchas empresas tanto para la importación como la exportación es China. El gigante asiático es un edén de oportunidades, tanto por sus competitivos costes en la producción como por tratarse de un país con más de mil millones de potenciales clientes.

Estos datos son, sin duda, un gran aliciente para las empresas. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que oriente es la antítesis del mundo occidental. Normativas, cultura y forma de trabajo son completamente distintas por lo que es bueno dejar en manos de profesionales especializados el desarrollo de nuestro negocio.

Confiar nuestra empresa en una asesoría puede abrirnos puertas en el presente y  ahorrarnos grandes problemas en el futuro.

China es un país con un régimen muy especial en cuanto a las relaciones comerciales. Conocer la legislación específica de cada sector es complicado, sin mentar que cambia tan rápidamente como evoluciona el país.

Además es importante conocer que muchas relaciones comerciales se realizan con lo que los chinos denominan “guangxi”, es decir, las relaciones y contactos a nivel político. Para esto es clave tener al lado una persona conocedora de este tipo de arte y con los conocidos  suficientes para llevarlo a cabo. Hecho que no suele ser frecuente pues, a pesar de la apertura de los últimos años, el pueblo chino sigue teniendo grandes desconfianzas hacia los occidentales.

Por último, la empresa que se decida a emprender relaciones con el país oriental debe dejar desde el principio bien cerrada la gestión de beneficios.

Una de las mayores complicaciones de las empresas que cosechan éxito en China es el retorno de beneficios. La enrevesada legislación foránea suele suponer un gran problema para las empresas en este campo.

En conclusión, podemos afirmar que la internacionalización es la panacea para las empresas, en la que todo parecen ventajas. Sin embargo, el desconocimiento o la ignorancia de la legislación de los territorios puede volver en contra esta estrategia empresarial brillante en un principio.

Adrián Díaz

Socio-fundador de SedeenChina

www.sedeenchina.com