Nuestras empresas, nuestra economía y nuestra sociedad necesitan creer que ya hemos iniciado el camino de salida de esta crisis. Es cierto que hay indicadores que comienzan a cambiar de signo y que nos inclinan a pensar que pudiera haber un cambio de tendencia. El desempleo continúa siendo hoy el gran problema y que condiciona todos los demás. Y el empleo lo crean las empresas y éstas no encuentran las mejores condiciones para desarrollar su actividad. Lamentablemente es un círculo vicioso difícil de cambiar si no existe una voluntad real y eficaz de favorecer la acción empresarial.

Luis Carreto Clavo
Luis Carreto Clavo

Incentivar la actividad empresarial es una exigencia histórica de los empresarios. Se trata de no poner trabas, de facilitar la creación y consolidación de empresas, de hacer fácil la conversión de una idea en negocio. Nuestra provincia cuenta con empresas y empresarios de primer nivel, que han alcanzado importantes cuotas de reconocimiento en un mercado complejo y exigente. Frente a los sectores tradicionales de prestigio, que continúan abanderando lo mejor de Córdoba, debemos avanzar hacia un tejido empresarial liderado por la industria, capaz de generar empleo cualificado, productos innovadores y empresas que produzcan y comercialicen. La provincia de Córdoba es un referente en sectores como el agroalimentario, el frio industrial, la joyería, todos ellos, y alguno más, con un claro componente industrial y con una materia prima de altísima calidad capaz de competir en los mercados internacionales. Pero esto se nos antoja como insuficiente de cara a posicionar a la economía y a las empresas de Córdoba en la locomotora del desarrollo. Estamos necesitados en Córdoba y en Andalucía de industria. Debemos apostar claramente por un sector industrial potente, cualificado, que otorgue valor añadido a nuestros productos. Con ello conseguiremos crecer en empleo, en actividad empresarial y en definitiva desarrollarnos más y mejor como sociedad.

Una realidad importante es que, en los últimos años, ha desaparecido una buena parte del tejido empresarial español y cordobés. Y la inmensa mayoría de esos proyectos quebrados eran pymes y autónomos, los cuales no han podido resistir las caídas en las ventas, los retrasos en los pagos (especialmente por parte de las administraciones públicas) y la estrangulación de la financiación.

Hay otros hechos relevantes: la productividad de las pymes españolas no es significativamente menor que la de las estadounidenses, salvo en las microempresas. Además, los costes laborales de las pymes crecen mucho más que los de las grandes empresas, independientemente de si exportan o se dirigen al mercado interior.

Y además, la productividad de las empresas españolas crece, y mucho, con el aumento de tamaño. Entonces, cabría preguntarse: si la empresa mediana es más eficiente que la pequeña, ¿por qué no han crecido estas últimas para mejorar su productividad y contener sus costes laborales? Porque tienen incentivos para no crecer, para no dejar de ser pyme. En Córdoba necesitamos que nuestras pymes crezcan y lo hagan con algunos de los instrumentos que están a nuestra disposición: aumento de capital, alianzas estratégicas o fusiones entre empresas. Con ello conseguiremos competir más y mejor.

 

Luis Carreto Clavo, presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO)